En realidad aquí, por ejemplo, en esta imagen vemos lo que sería una instalación,
una cocina, esto es una galera, pero en cualquier barco como los que hemos antes,
como los barcos, como los barcos que hacía la ruta hacia América o hacia,
en el Pacífico, la cocina a bordo de un barco es poco más que esto,
unas ollas donde se cocinan grandes cantidades de comidas,
con un fuego más o menos controlado en una caja con arena en donde se hace leña,
el fuego es el gran enemigo de los barcos, por lo tanto siempre restringido a esto.
Además esto es una foto fija, imaginemos lo que es la cocina en un barco donde hay
todo tipo de movimiento de oscilaciones, donde además el agua a veces pasa
por encima del barco y entra a la cocina, donde el cocinero tiene que tener todos
los elementos bien conservados, guardados, amarrados para que las cosas no vuelen.
Es decir las posibilidades de cocinar no eran muy grande no solo por lo que era
los productos,
la materia primera, sino también por las posibilidades lo que era la cocina propia.
Por lo tanto cuando hablamos de la alimentación y del problema de la
alimentación, hay que hablar del cocinero.
El cocinero es una figura que en la literatura aparece siempre,
en la literatura marítima.
El cocinero seguramente era el personaje más odiado a bordo de los buques,
mucho más que el capitán o que el contramaestre.
Un mal cocinero podía convertir un barco en un infierno e incluso
generalmente los hombres aguantaban los malos tratos, aguantaban el trabajo,
aguantaban el frío, todo tipo de penalidades.
Pero cuando fallaba la cocina,
cuando fallaba la comida se podía llegar a las protestas más violentas y al motín.
Se podía llegar que tampoco es un caso excepcional al asesinato del cocinero,
cocineros que desaparecían por la borda de noche no son historias excepcionales.
De manera que el cocinero podía ser la clave
para el mantenimiento de la disciplina, digamos de la alegría en un barco.
El caso contrario es un buen cocinero, un buen cocinero era la persona más amada
a bordo, era una persona a la que nunca le faltaría ni dinero, ni tabacos, ni amigos.
Por tanto, esta figura que para nosotros es una parte más de nuestra vida,
la persona o personas que hacen la comida en un barco que es
una sociedad cerrada perfectamente compartimentada en clases sociales
disciplinada y que además está en movimiento continuo, esa figura acaba
convirtiéndose en la clave, digamos del bienestar en términos modernos.
Por lo tanto, es una figura interesante a recordar.
En realidad la figura del cocinero profesional es una figura muy reciente.
En todos estos barcos que navegaban durante prácticamente 3 siglos,
el cocinero acababa siendo o un marinero viejo, mutilado que por alguna razón
no podía ocupar su plaza como marino y entonces se veía relegado a la cocina.