[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] En aquella época, en la OSTAR de los 80, el tema de la alimentación era un tema complicado. Empezaba a haber alimentos liofilizados que eran prácticamente horrosos, o sea, eran malísimos, tenías que poner muchísimas salsas y muchísimas cosas porque eran incomibles. Y prácticamente nos alimentábamos a base de latas. Latas, puré de patatas, arroz, huevos, queso, y prácticamente. Después descubrí, cuando estaba en Inglaterra preparando la regata que estuve 2 meses, descubrí un pan, una especie de pan así en rodajas que le llamaban long-life, y que aguantaba como 3 o 4 meses. Y entonces, yo me lancé a base de esto, a base de un congelador lleno de comida, con carne, pollo y una bolsa congelada para cada, que cada día yo sacaba del congelador, y era lo que comía aquel día. Y a base de esto, pues, hacías las regatas. La verdad es que yo, que estuve 22 días, perdí 7 kilos, o sea, reconozco que me alimenté muy mal, pero bueno, tampoco tienes tanta necesidad de comer mucho. O sea, a base de espaguetis, arroz, el arroz hubo un momento en que se me estropeaba y había un poco, pues, con unos gusanitos de tantos, bueno, procuraba limpiarlo un poco, y si algún gusanito, pues, también era una proteína más, ¿no? Pero de alguna manera, yo no sé, o sea, no tenía tanta obsesión con la comida como con otros apartados de la regata en sí. O sea, la comida no era una recompensa, muchas veces era una obligación. Muchas veces era una obligación y nunca ha sido una recompensa, o sea, no sé. Tal vez soy un mal ejemplo pero, porque yo sé, por ejemplo, Ugarte, José Luís Ugarte, que salió de la misma OSTAR que yo, él estaba obsesionado con la comida, no sé, y yo siempre le decía, bueno, es que los vascos coméis mucho, ¿no? Y a lo mejor, yo comía menos. Pero yo la verdad es que no, no, se comía y la pasé bien. Bueno, en general, lo pasé muy bien, o sea, es una experiencia irrepetible, irrepetible, o sea, es fantástica, pero, pero a nivel de la comida, el premio no es la comida, el premio es constante, es lo bien que te sientes haciendo lo que más te gusta en el mundo, que es navegar. Llevaba una dieta previa, estuve hablando con un médico, con un dietista, y me hizo unas dietas de consumo, bueno, de tener unas calorías mínimas diarias. Pero, a la hora de la verdad, no le hice caso absolutamente de nada, o sea, comía lo que me apetecía en aquel momento porque es que, sino se me hacía muy duro, O sea, las galletas y cosas estas que no sé si me aportaban las calorías que realmente necesitaba, pero es que se me hacía muy difícil, sobre todo yo encontré muy mal tiempo, en general, y comer con mal tiempo y tal también, y cocinar es muy pesado, muy pesado. Lo que comía más a gusto eran tortillas, muchas tortillas de guisantes, llevaba unos guisantes franceses que son buenísimos que se llaman Case Grand y casi casi era el menú, mi barco se llamaba Garuda, y yo siempre he dicho, es el menú Garuda, o sea, es tortilla de guisantes. Entonces, a base de tortilla de guisante, tortilla de queso, espagueti, arroz, pollo. La carne se me hacía incomible, pero totalmente incomible, o sea, ponían la carne en la paella y tal y, es que se me hacía incomible. O sea, el pollo me apetecía, de postre, evidentemente, un poco de chocolate y tal, y un poco pues cuando tienes hambre. De todas formas, también hay una cosa que es muy importante para tenerla en cuenta a la hora de valorar las comidas y la cena. O sea, navegando solo hay 2 conceptos que desaparecen en seguida, uno es el día y la noche. O sea, el día y la noche no tienen sentido, es lo mismo de día que de noche. De día te ves mejor y de noche te ves peor. Pero, el concepto es el mismo, o sea, el barco no se para de noche. Entonces, el concepto día y noche no existe. Y el concepto hora de comer, y hora de cenar, y hora de desayunar, hora de merendar, desaparece totalmente, porque en la mayoría de los casos, son conceptos muy sociales. O sea, tú tienes hambre a la hora de comer porque comes con no sé quien, o con tu familia, o con quien sea, pero si estás solo, comes cuando tienes hambre. Entonces, todo esto cambia, o sea, son esquemas que yo me quedé sorprendido. Y había hecho regatas en solitario, largas, bueno, largas, de 5 a 6 días, y you me había dado cuenta de que esto iba así, ¿no? Pero en la OSTAR fue increíble, o sea, el concepto, o sea, imagínate que cuando yo volví, y volví de Estados Unidos otra vez con el barco y volví con unos amigos, o sea, volví con 4, eramos 4 tripulantes cuando volvimos, pues, estaban muy enfadados porque yo casi nunca comí con ellos, porque yo comía cuando me apetecía a mí, pero la cosa social de ahora vamos a comer todos juntos, me molestaba muchísimo. Me había acostumbrado a comer cuando realmente tenía hambre o tenía necesidad de comer. Uno de los problemas de la alimentación a base de latas es un problema muy tonto. En aquella época, las latas acostumbraban a ir con etiquetas de papel, entonces, bueno, pues, en unos entrenos antes de la OSTAR, llevaba todas las latas en la sentina del barco y se me mojaron todas por una vía de agua también y perdí todas las etiquetas. Con lo cual, te encuentras con 150 latas que no sabes lo que hay dentro de la lata. Entonces, ahí tomé buena nota, y cuando hice la tranza en la OSTAR, bueno pues, saqué las etiquetas para, porque las etiquetas además me obstruían la toma de agua de la sonda, ahí de la bomba de agua de achique, y ahí con un rotulador waterproof, tenías que escribir lo que había dentro de la lata. Esto es a tener en cuenta para el que no quiera llevar liofilizados. [RISAS] Bueno, el tema del agua, claro, al ir solo, yo iba con un barco muy pesado, nada que ver con un IMOCA, pues, llevaba muchas botellas de agua, muchas botellas de agua, muchísimos. Pues bueno, pues, si ibas bebiendo, pues, aparte de los depósitos de agua del barco, pero claro, tampoco el agua, digamos para 22 días para una persona sola, tampoco es muy grave, o sea, no necesitas mucha agua tampoco, sobre todo por el Atlántico Norte. Porque piensa que en el Atlántico Nórtico, Norte, yo salí el 7 de junio del año 1980 y estuve navegando prácticamente un 30% de la regata con temperaturas de entre 7 y 12 grados. O sea, yo me fui muy al norte, o sea, toda la zona de hielos y todo hasta llegar a coger la Corriente del Labrador. Entonces, claro, los alimentos se me conservaban bastante bien incluso fuera del congelador, y tenías poca sed porque sudabas muy poco. O sea, que claro, a ver, una vuelta al mundo el esquema es muy distinto, es muy distinto porque pasas por sitios que hace mucho calor y que has de beber mucho porque puedes quedar deshidratado. Con el paso de los años, todo esto se ha convertido en una Fórmula 1, o sea, claro, la Fórmula 1, pues, es la Fórmula 1, o sea, no puedes ser un amateur avanzada que se va a hacer una regata de este tipo, en aquella época sí. Entonces, claro, esto te permitía más juego, ¿no? O sea, evidentemente, o sea, un congelador ahora es impensable. Saber lo que pesa un congelador, el gasto energético de un congelador, etcétera, o sea, ahora es impensable, totalmente impensable para el tipo de regatas y el nivel profesional que hay.