La capacidad de combinar fragmentos de formas nuevas y originales es la base de muchas innovaciones históricas. No sé si sabías que, por ejemplo, Bill Gates, el fundador de Microsoft, y otros líderes de la industria reservan periodos de lectura de una semana de duración para poder exponerse a muchas y variadas ideas al mismo tiempo. Esto les ayuda a generar su propio pensamiento innovador al permitir que las ideas frescas, a veces de otras disciplinas, se relacionen con las ya existentes. Básicamente, lo que la gente hace para mejorar sus conocimientos y adquirir experiencias es aumentar gradualmente el número de fragmentos en su cabeza, esos valiosos pedacitos de información que se pueden luego juntar y formar nuevas ideas creativas. Los maestros del ajedrez, por ejemplo, pueden acceder fácilmente a miles de patrones de ajedrez diferentes. Músicos, lingüistas y científicos pueden acceder a fragmentos similares de conocimiento en sus propias disciplinas. Cuanto más grande sea esa capacidad de almacenar, cuanto más grande sea tu biblioteca mental de fragmentos, cualquiera que sea el tema que estés aprendiendo, más fácilmente podrás resolver problemas y encontrar soluciones. Como descubriremos pronto, la fragmentación no es el único modo de desarrollar flexibilidad creativa en tu aprendizaje, pero sí es un componente importante. Los fragmentos también pueden ayudar a entender conceptos nuevos. Esto se debe a que cuando captas una idea o un fragmento nuevo, te darás cuenta que puede estar relacionado de manera sorprendente con fragmentos similares, quizás ni siquiera en el mismo campo, pero que tú ya conoces y estás familiarizado con ellos. Esta idea se llama transferencia. Por ejemplo, los conceptos y los métodos de resolución de problemas que aprendiste para la física te pueden ser muy similares a los fragmentos sobre la empresa. En mi caso personal, aprendí el concepto de eficiencia en el uso de recursos siempre limitados en el mundo de la empresa, y hoy lo aplico a muchos otros terrenos, incluso el del aprendizaje. Conceptos de estandarización de procesos, conceptos de aprovechamiento óptimo de capacidades disponibles en un momento y en un lugar adecuado son ideas que me son muy útiles también para el aprendizaje. El fragmento es una forma de comprimir información para hacerla mucho más compacta. A medida que adquieras experiencia en la fragmentación de un tema particular, verás que eres cada vez más capaz de formar fragmentos más grandes y complejos. Verás que no solo esas cadenas son más largas, sino que los patrones neuronales son de cierto modo más oscuros, se van haciendo más sólidos, más arraigados en tu cerebro. Si tienes una biblioteca de conceptos y soluciones internalizadas como patrones en fragmentos, puedes pensar en ella como una colección de patrones neuronales. Y, cuando intentas averiguar algo, si tienes una buena biblioteca de esos patrones, puedes saltar más fácilmente a la solución correcta. Volvamos un momentito al modo difuso, esto lo puedes hacer, de hecho, escuchando los susurros de tu modo difuso. Recuerda que tu modo difuso puede ayudarte a conectar dos fragmentos entre sí de maneras nuevas para resolver problemas novedosos. Otra forma de verlo es esta: a medida que construyes un fragmento, se va llenando una parte del panorama de tu conocimiento, pero si no practicas con esos fragmentos en crecimiento, estos pueden permanecer débiles e incluso desaparecer, y será, por lo tanto, más difícil formarte una visión general de lo que estás tratando de aprender. Si no inviertes en construir una estructura sólida de tu nuevo armario, los fragmentos nuevos no terminarán por encajar bien con los otros y será mucho más difícil lograr que se queden en tu memoria a largo plazo. Al construir una biblioteca con estos fragmentos, estás entrenando tu cerebro para que reconozca no solo el concepto específico, sino también diferentes tipos y clases de conceptos que pueden estar relacionados, y así puedes resolver rápidamente el problema que estés tratando de solucionar. Comenzarás a ver patrones que simplifican la resolución de problemas, y pronto descubrirás que diferentes técnicas de solución están a la espera y todas ellas en tu memoria. Antes de los exámenes parciales o finales puede ser fácil repasar y tener esas soluciones a punto. Hay, en general, dos grandes maneras de descifrar y de resolver problemas: primero, hay un razonamiento secuencial, paso a paso; el segundo es un enfoque más basado en la intuición, más integral, más holístico. El pensamiento secuencial, en el que cada pequeño paso conduce deliberadamente hacia una solución, implica el modo focalizado. Por otro lado, cuando usas la intuición, a menudo parece requerir del modo difuso, del modo creativo, que enlaza pensamientos, aparentemente, distintos y en partes de tu armario separadas. Sorprendentemente, a la mayoría de los problemas y conceptos difíciles de captar les es útil la intuición, les es útil el modo difuso, porque estas nuevas ideas se alejan de aquello con lo que estás familiarizado. Ahora bien, no olvides que la forma semi automática de hacer conexiones en el modo difuso significa que las soluciones que te proporcionan deben ser verificadas muy cuidadosamente usando el modo focalizado. Las intuiciones, ya sabemos, no son siempre correctas. Es posible que en ocasiones te estreses pensando que hay tantos problemas y conceptos en una sola sección o capítulo de lo que tienes que aprender, que no llegues. Pero, en estos casos, recuerda que la suerte favorece al que lo intenta. No te puede tocar la lotería si no juegas. Entonces, empieza concentrándote en la sección que estás estudiando, y verás que una vez que pongas ese primer problema en tu biblioteca mental, sea lo que sea que estés estudiando, el segundo concepto entrará un poco más fácilmente y el tercero más fácilmente aún. No es que todo esto sea sencillo, pero sí se va haciendo más fácil. Soy Teresa Martín Retortillo. Gracias por aprender a aprender.