Para nuestro curso "Aprendiendo a aprender" contamos con el privilegio de poder entrevistar y conversar con el profesor Javier de Felipe, que es uno de los neurocientíficos más importantes que ha tenido España y que, además de dirigir el proyecto ''Cajal Blue Brain'', es una persona que ha demostrado siempre una gran inquietud por establecer esa relación entre cerebro y función y, especialmente, aquellas funciones más altas que nos identifican a los seres humanos, como puede ser el arte. Prueba de ello es este libro que probablemente muchos conocen, en el que se plasman de una manera que se funden y uno no sabe si está viendo ciencia o arte, imágenes del cerebro con un colorido y con una complejidad exhaustivamente detallada y que él nos va a poder contar cómo relaciona esto con estas funciones especiales del ser humano, lo que nos identifica y nos hace diferentes. La verdad es que el estudio del cerebro es lo más apasionante que hay porque es la esencia de nuestra humanidad. En el cerebro es donde están nuestras capacidades mentales, la capacidad de abstracción, la imaginación y una cualidad increíble que es el arte, la belleza, el cómo somos, ¿por qué necesitamos de la belleza para vivir? Porque, realmente, no es necesario para poder sobrevivir. Pero necesitamos en nuestro entorno mezclar una serie de colores, de formas, que sino de otra forma no podríamos vivir. Entonces, ¿por qué necesitamos de la belleza? ¿Y por qué la belleza te emociona? Entonces, claro, resulta que cuando estudias el cerebro y utilizas técnicas para visualizar las neuronas que son de diverso tipo, que son marcadores de distintos colores no para hacer un abordaje artístico, simplemente cada color indica una proteína, una sustancia, resulta que cuando lo ves en unos microscopios especiales que disponemos actualmente, es una explosión de coloridos increíble, con formas que son también absolutamente novedosas y, al final, es como un mundo formado por millones de formas, de colores que sirve de inspiración científica. Yo creo, de forma metafórica, se podría decir que nuestro cerebro, el cerebro del artista, lo que hace es pintar el contenido de su propio cerebro, la belleza que uno contiene. Y al mismo tiempo el artista está generando su nuevo cerebro, porque hay una influencia también en todo eso y cómo plasma el arte y cómo él está generando sus nuevas conexiones y estableciendo esa originalidad suya de su cerebro. Claro, eso también es algo, que el cerebro es una máquina increíble también porque no es estática, es dinámica, entonces, tiene la plasticidad neuronal en virtud de la cual es capaz de formar nuevas conexiones, constantemente estamos aprendiendo y desconectando; estamos recogiendo nuevas memorias, borrando memorias, pero mantenemos al mismo tiempo memorias esenciales que es lo que nos hace tener recuerdos de toda nuestra vida. Y así, como hablábamos antes, Cajal decía que todo hombre puede ser escultor de su propio cerebro para explicar que la educación, el ambiente, produce un cambio en las estructuras del cerebro. Y eso es uno de los temas de investigación actuales más apasionantes, que es cómo somos capaces de cambiar el cerebro, esos circuitos, en base al entorno, al aprendizaje, la belleza, el leer, etcétera, todo eso produce cambios en el cerebro. Que estabas hablando de esa memoria biográfica que todos hemos ido almacenando, pero que también es voluble porque la plasticidad, has comentado, que se genera en el momento que estableces la memoria y cuando la recuperas, de tal manera que nuestras memorias biográficas evolucionan en cierta forma. Y hay unos estudios, que tú sabes más que yo sobre el tema porque tú eres neurólogo y trabajas con pacientes epilépticos, pero hay un estudio que cuando se descubrieron las células de Jennifer Aniston o las células de concepto, son neuronas que al introducirles el electrodo, se activaban cuando reconocían a esta actriz y no otra. Es decir, hay unas células que están relacionadas con el concepto de una persona, de un hecho. Y, ¿cómo ocurre eso? Entonces, lo que ocurre parece ser que se forma una especie de red que cuando se activa, da lugar a una idea o un concepto y, luego, esa misma neurona se conecta con otras y da lugar a otro pensamiento, otro modelo. Y eso es una cosa también apasionante, cómo se guardan las memorias, cómo podemos tener, reconocemos algo y no es esa forma lo que reconocemos, es el concepto en relación con otra cosa. Y son temas muy actuales que se pueden investigar con los nuevos recursos que tenemos actualmente. Ya has comentado que una misma neurona participa en varias redes, es decir, puede participar en varios recuerdos. Eso es. Lo cual nos estimula a pensar que podemos aprender con las neuronas que tenemos. No necesitamos más, las podemos incorporar en más redes y seguir aprendiendo. De hecho, no sabemos cuál es el límite que tiene nuestro cerebro porque tenemos 100.000 millones de neuronas, cada neurona tiene aproximadamente entre 10.000 y 20.000 conexiones y, como es dinámico, se pueden hacer tantísimas combinaciones que es súper difícil de calcular, es infinito y no sabemos cuál es el límite. De hecho, nuestro cerebro actual es igual que el cerebro de hace 200.000 años, de nuestros antepasados, el "Homo sapiens" primitivo. Y el cerebro es igual, las neuronas eran el mismo número de neuronas, pero, sin embargo, no tenían capacidad de abstracción, de pensamiento, el lenguaje era todavía, no existía prácticamente, luego aprendimos; se descubrió o se inventó la escritura hace no más de 5.000 años. Quiere decir que el hombre no ha disfrutado de la poesía y de la literatura hasta hace solamente 5.000 años, antes, nada. Y todo eso, el cerebro ha ido cambiando la estructura, pero a nivel cultural, no biológico, porque las células están ahí. Entonces, cada vez vamos aprovechando el cerebro de una forma o utilizándolo de una forma distinta y no sabemos cuál es el límite, posiblemente por las capacidades que tiene de reorganizarse el cerebro. No sabemos, me encantaría o a mucha gente, también, a todo el mundo nos encantaría saber cómo podemos potenciar más nuestras habilidades que tenemos. Porque nacemos con capacidades, pero tenemos que desarrollarlas, porque si no estudias, no lees, no haces nada, al final te quedas con un zopenco. O el ejemplo de aquellos niños que habían sido privados de todo tipo de cariño y conexión y que fueron dados después en adopción y tenían cocientes intelectuales que aparentemente eran muy capaces de mucho, pero no conseguían desarrollarlo. Esos primeros años fundamentales, pero no por eso luego se nos cierran las puertas para aprender que, curiosamente, comentabas el "Homo sapiens", los inicios del "Homo sapiens", cómo hay ciertas funciones que no tenemos conciencia que estuviesen, como era la solidaridad, el interés por lo abstracto, la religión y eso va surgiendo sobre ese mismo, sobre esa misma estructura. Claro, exactamente. ¿En qué se sostiene? Eso, yo creo que es una cosa también que eso es una gran cualidad del ser humano, que ha sido nuestra capacidad de saber unirnos a otros grupos y trabajar juntos, ser solidarios para poder combatir a animales o a otros peligros y otras cosas. Pero, realmente, nos hemos ido creando una estructura, hemos inventado sistemas políticos, religiosos, etcétera, porque tú has ido creando, esa es la idea. Y ahí entran las emociones, también. Es importante, a lo mejor, el establecer que todo eso tiene un fin, esas emociones negativas, positivas, que hacen que uno busque una actitud o evite otra porque produce placer o produce molestias. ¿Cómo se combina eso en el cerebro? La emoción, el cerebro emocional. Eso es también algo que es sumamente interesante y no solamente es humano porque eso es un producto de la evolución de los animales. Cualquiera que tenga un perro en casa, por ejemplo, puede saber, conoce muy bien los sentimientos que tiene ese perro. El perro también se deprime, se ponen contentos, tienen emociones, se relacionan. Todo lo que ha hecho el cerebro humano a nosotros en relación a las emociones, hemos ido controlándolas más o menos, o sea, hay una inhibición para poder ser más sociables, porque el hombre es social. Hemos sido capaces de crear tribus, luego ciudades, países y porque nos vamos haciendo sociales, nos inventamos reglas y normas para vivir juntos. Y todas las emociones y todo lo que ha surgido al cabo de los años, posiblemente, lo que es la belleza, el placer por disfrutar de un cuadro, etcétera, eso puede venir a lo mejor también a lo largo de la evolución, también desde un aspecto de una atracción sexual, porque los animales también muestran; hay cosas curiosísimas de cómo el macho para atraer a la hembra, utiliza también objetos de distintos colores, etcétera, para producir emociones, emociones estéticas. O sea que la estética, incluso, tiene también un origen también animal, que lo hemos ido evolucionando nosotros. Las aves, el despliegue de plumas de colores, de colores. Exactamente, eso es. Todo eso, al final, lo que hemos hecho nosotros es utilizar, se ha transformado nuestro cerebro en algo para disfrutar de un entorno de la belleza. El por qué, eso sí que es algo que me sorprende y muchas veces lo pienso y digo, "para qué si, por ejemplo, llegas a tu casa y tienes las paredes pintadas de rojo fosforito, eso sería horrible. No podrías vivir ahí". Y, ¿por qué? Eso no lo sabemos. Pues, has comentado lo de esa situación emocional, de la ansiedad, porque a nosotros los médicos muchas veces nos lo decimos. Cuando ves a una persona o un paciente que viene a la consulta, que tiene ansiedad, cosa que con frecuencia tenemos que lidiar con ello y tiene un perro, el perro tiene ansiedad también, es decir, la ansiedad tiene una función de cohesión social que trasciende de especies, es decir, hay algo que necesariamente tenemos que transmitir a los que nos rodean, de peligro inminente, de miedo, para que ellos también lo sientan. Porque no pasa lo mismo cuando es una persona que tiene un cuadro psicótico, el perro no se hace psicótico, el perro sigue siendo normal. Pero la ansiedad se transmite al perro y ese vínculo emocional con el cerebro, es decir, hay algo ahí en las emociones que las necesitamos para aprender, para sobrevivir. Sí, como ya he dicho antes, nuestro cerebro es la base de toda nuestra humanidad y la base de nuestras relaciones, nuestras interpretaciones del mundo externo, el cómo somos capaces de adaptarnos a una nueva situación cuando hay algo estresante. Entonces, eso se comunica al resto de los que están contigo, porque es una forma también de comunicarte de que hay un peligro o algo que está ocurriendo. De repente, hay una situación, si, por ejemplo, si pensáramos que no somos capaces de transmitir nuestras ideas o nuestras emociones, sería muy difícil sobrevivir si viene, por ejemplo, un animal peligroso, a atacarte, en aquellos tiempos cuando aún estábamos en las cavernas, sería muy difícil reaccionar. Pero si uno de repente empieza a hacer unos gestos, a encontrarse de una forma extraña, todo el mundo se da cuenta de algo que pasa. El lenguaje corporal. Claro, entonces ahí ocurre, entonces son procesos evolutivos. Nuestro cerebro es una máquina extraordinaria que aprende a hacer de todo. Sí, señor, tenemos ahí eso que también influye en nuestra actitud ante ciertos desafíos. Esa ansiedad, muchas veces se ha visto como un elemento que bloquea el aprendizaje, la actitud positiva de yo puedo con ello, voy a aprender esto, es, obviamente, un paso fundamental para poder aprender con éxito, mientras que esa actitud negativa o la ansiedad profunda y crónica es un elemento que destruye muchas posibilidades. Y en la histología, ¿tú ves algunas diferencias en los cerebros de personas que han vivido con situaciones de mucho estrés y ansiedad? Sí. En animales de experimentación que están sometidos a situaciones de estrés se ven cambios en el cerebro clarísimamente, no solamente de la estructura, sino también de neurotransmisores. Lo que es muy difícil también, como hablábamos antes, ¿cómo se extrapolan los estudios que se hacen en animales de experimentación al cerebro humano? Porque nuestro cerebro es un cerebro humano. No podemos abrirlo. Claro, no es un cerebro de ratón muy grande, sino es un cerebro humano. Entonces hay muchas cosas que son comunes y, por lo tanto, se pueden extrapolar, pero otras no. Y por eso muchas de las cosas, una gran parte de la estructura del cerebro no la conocemos, del cerebro humano. Es algo que pensamos que es como ocurre en un macaco, por ejemplo, un mono o parecido a lo que ocurre en un ratón, las conexiones, etcétera. Pero, en el cerebro humano, se desconoce prácticamente en su totalidad. Por eso uno de los objetivos que tenemos en el ''Cajal Blue Brain'' es aplicar todo lo que hemos aprendido en animales de experimentación para utilizarlo en el estudio del cerebro humano obtenidos en autopsias, por ejemplo, que se pueden procesar, aprovechar. Trabajo difícil, ¿no? Es difícil. Muy difícil, pero disponemos de unas tecnologías increíbles. ¿Por ejemplo? Por ejemplo, hay una máquina ahora que es para estudiar la ultraestructura del cerebro, ver las conexiones sinápticas que son las estructuras a través de las cuales se comunican las neuronas, en tres dimensiones, el corte sería dos. Entonces hay unas máquinas especiales que son súper caras, son la nueva generación de microscopios electrónicos que hay muy pocos en el mundo. Confocal. No, este es un microscopio electrónico, confocal también es una nueva generación de microscopios, pero es mucho más común. El microscopio del que hablo es un microscopio de microscopía electrónica, que tienes que aumentar a miles y miles de aumentos, entonces es un aparato muy grande y que permite estudiar en tres dimensiones las conexiones sinápticas. Y, por primera vez, estamos pudiendo descubrir cómo la estructura tridimensional de los circuitos sinápticos en el cerebro humano, es decir, cuántas sinapsis hay por micra cúbica, cómo está la disposición espacial. Porque lo que intentamos es conocer cuál es el diseño de los circuitos del cerebro, o sea, cómo está diseñada la máquina. Esa es la idea. Muy bien, porque la idea que tenemos todos es que podemos mejorar nuestro aprendizaje. Cuando tú ves estas estructuras complejas, sinapsis, espinas dendríticas, ¿hay una relación en cuanto a la función en ello? ¿Tú puedes precisar desde lo más microscópico a lo más general? ¿O tú vas a ver espinas dendríticas similares, sea cual sea la función de esa región cerebral? No, claro, eso es una buena pregunta. Ahí el tema es que, aunque parezca de ciencia ficción, en nuestra memoria, nuestra forma de aprender, los procesos cognitivos, eso está relacionado con conexiones sinápticas, con estructuras que se comunican entre sí. Y ahí están involucradas lo que son las espinas dendríticas. Entonces, las espinas dendríticas es como el sustrato anatómico que da lugar, que podría explicar los procesos de cognición, memoria y aprendizaje. Entonces, una cosa que hay que usar, o sea, es decir, como también comentábamos, ¿dónde está la memoria?, o sea, ¿cómo se almacena la memoria? ¿Es un líquido, una sustancia, un gas? Y cada uno de nosotros tenemos nuestra vida, nuestra memoria, nuestra historia. No hay dos cerebros iguales, aunque somos millones de habitantes, incluso, siendo gemelos idénticos, tampoco van a ser iguales porque el cerebro, como ya he dicho antes, se está constantemente modificando en base a tu historia. Y esa es neuroplasticidad. Eso, claro. Entonces, debido a eso no hay dos cerebros iguales. Sigue cambiando con la edad. Y sigue cambiando, sí. Lo que tenemos que hacer con la edad es que, si no utilizamos las rutas que nos hacen, por ejemplo, tener un pensamiento abstracto y ser creativos, etcétera, se van atrofiando, es como un músculo. Un músculo que hay que usar. Sí. Muy bien, profesor Javier DeFelipe, es un placer siempre escuchar su visión tan global de lo que es el cerebro, que no es un científico que se queda en lo concreto de la neurona, sino que sabe trascender y contarnos cómo eso funciona y cómo funcionamos nosotros a través de ello. Muchísimas gracias por participar en el curso "Aprender a aprender". Un placer. Soy Antonio Gil Nagel. Feliz aprendizaje.