Casi todo el mundo tiende a aplazar el momento del estudio. No te pasa a ti solo. Muchos tenemos problemas con la procrastinación, porque si estás trabajando en algo significa que no estás trabajando en muchas otras cosas. A veces, ese proceso de decisión es doloroso, es difícil de aceptar y ello incluso cuando lo que estás retrasando es hasta agradable y placentero. En este vídeo, vamos a darte un poco de información sobre la procrastinación. Nos referimos al simple hecho de aplazar el momento de ponerse a estudiar. Revelaremos por qué surge y una pequeña y poderosa herramienta para ayudarte a resolverla. Lo que pasa cuando miras algo que realmente prefieres no hacer es que activas una parte de tu cerebro asociada con el dolor, tu cerebro, naturalmente, busca una manera de detener esa estimulación negativa, cambiando de foco, cambiando tu atención a otra cosa. Y he ahí el truco. Los investigadores descubrieron que poco después de que la persona empiece a trabajar en aquello que no le gustaba, esa incomodidad neurológica desaparecía. Por lo tanto, parece que lo que sucede cuando postergas una tarea es algo así como que primero observas, obtienes una pista sobre algo que causa un poco de malestar, no te gusta; así que para que la sensación desaparezca, desvías tu atención de lo que sea que causó ese malestar, te vuelves hacia algo más agradable, más placentero, que te dé una sensación de felicidad, aunque solo sea una sensación temporal. Curiosamente, en cuanto uno se pone a ello, el malestar desaparece. Entonces, ¿cómo logramos ponernos a ello? Te voy a dar un truco, te voy a dar una herramienta mental muy útil, se llama pomodoro, fue inventada por Francesco Cirillo a principios de los años 80. Pomodoro significa tomate en italiano y no es más que un temporizador, que utilizas a menudo y que se parece a un tomate. Es una pequeña y elegante técnica que normalmente se utiliza en la cocina, pero te puede ser muy útil. Lo único que tienes que hacer es programar un temporizador para 25 minutos, desactivar todas las interrupciones y, a continuación, concentrarte. Eso es todo. Casi todo el mundo puede concentrarse 25 minutos. Lo único que importa es darte una pequeña recompensa cuando termines, tomarte una taza de café, un poco de chocolate, incluso estirarte o dar una vuelta a la manzana. Todas esas cosas permiten que tu cerebro cambie de enfoque durante un pequeño tiempo, verás que el uso de la técnica pomodoro es muy eficaz. Por cierto, algunos de vosotros pensaréis que darse una recompensa puede ser surfear por la red o comprobar vuestros mensajes en el móvil. Y aunque es verdad que puede ser una recompensa, la investigación reciente nos demuestra que los premios anteriores, el café, el paseo, son mucho más eficaces en dar a un pequeño respiro a tu cerebro. Es un poco como hacer un entrenamiento intenso de 25 minutos en un gimnasio cerebral, seguido de un poco de relajación mental. ¡Inténtalo! Soy Teresa Martín Retortillo. Gracias por aprender a aprender.