[MÚSICA] Ahora que you tienes una idea clara de cómo funciona tu cerebro, podemos darte algunos trucos útiles finales que te ayudarán a rendir mejor en los exámenes. La manera clásica en que se enseña a los estudiantes a enfrentarse a los exámenes es abordando primero los problemas más fáciles. Esto se basa en la idea de que para cuando terminas los problemas relativamente simples, tendrás la confianza para resolver los más difíciles. Este enfoque funciona para algunas personas, sobre todo porque cualquier enfoque funciona siempre para algunas personas. Pero desafortunadamente, para muchas personas es contraproducente. Los problemas difíciles a menudo requieren mucho tiempo, lo que significa que es mejor empezar por ellos al inicio de la prueba, al inicio del examen. Los problemas difíciles pueden también requerir los poderes creativos del modo difuso. Pero para acceder al modo difuso, necesitas no concentrarte tanto en lo que deseas resolver. ¿Y qué hay que hacer entonces, los problemas fáciles o los problemas difíciles? ¿Por dónde empezamos? La respuesta es empezar con los problemas difíciles, pero saltar rápidamente a los fáciles. Me refiero a que cuando te entreguen el examen, lo primero que debes que hacer es echar un vistazo rápido para tener una idea de lo que implica y en lo que vas a estar trabajando. Deberías hacer eso siempre. Luego, cuando empieces a trabajar en los problemas, comienza primero con lo que te parece ser el problema más difícil, pero eso sí, prepárate para dejarlo después de uno o dos minutos si te atascas o si tienes la sensación de que no estás yendo por el camino correcto. Esto hace algo que es muy, muy útil. Empezar por lo difícil carga el primer problema más complejo en tu mente y luego desvía la atención a otra cosa. Estas dos acciones son las que permiten que el modo difuso comience su trabajo. Si tu trabajo inicial en el primer problema difícil te ha inquietado, sigue con un problema fácil y completa o has todo lo que puedas. Luego, pasa a otro problema que parezca difícil y trata de progresar un poco. Una vez más cambia a algo más fácil tanto pronto como sientas que te estás atascando. Cuando vuelvas a los problemas más difíciles, verás con alegría que el siguiente paso o pasos de los problemas parecen mucho más obvios. Puede que no logres llegar hasta el final inmediatamente, pero al menos puedes llegar más lejos al cambiar de una cosa a otra. En cierto sentido, con este enfoque de abordar los exámenes, estás siendo como un chef eficiente, mientras esperas a que se dore la carne, puedes cortar rápidamente la guarnición de tomate y darte una vuelta para sazonar la sopa y luego revolver las cebollas gratinadas. Con la técnica de empezar por lo difícil y saltar a lo fácil puedes usar tu cerebro con mayor eficiencia y permitir que las diferentes partes de él trabajen simultáneamente en diferentes problemas. Usar la técnica de empezar por lo difícil y saltar a lo fácil en los exámenes garantiza que al menos trabajarás un poco en cada problema. También es una técnica valiosa para tratar de evitar el [INAUDIBLE] esa idea de quedarte atascado con el enfoque equivocado y no llegar a la solución del problema. Todo esto es de suma importancia si tu instructor o tu profesor te da crédito parcial. El único tema importante a recordar con este enfoque es que debes tener la disciplina para salir del problema una vez que te ves atascado por uno o dos minutos. Para la mayoría de los estudiantes esto es fácil de hacer, pero para otros se necesita disciplina y fuerza de voluntad, y esta puede ser la razón porque los estudiantes a veces se sienten que la solución les viene a la mente justo en el momento que salen por la puerta del examen. Cuando you se han dado por vencidos su atención cambia y eso les brinda que el modo difuso, que necesitaban para traer nuevas ideas, les aporte precisamente la solución. Pero claro, es demasiado tarde. Por si todavía tienes dudas de si esta estrategia podría funcionar para ti, inténtalo primero con los problemas de la tarea o de los deberes que te ponen. Pero recuerda que si no te has preparado bien la prueba o el examen, entonces puede pasar cualquier cosa, independientemente de con qué empieces. Pero pruébalo. ¿Me dejas que comparta contigo algunas reflexiones de cómo prepararte para esos exámenes importantes o incluso para esas pruebas en el trabajo que son determinantes? Si te estresan los exámenes o estas pruebas, ten en cuenta que el cuerpo produce sustancias químicas, como el cortisol, cuando está bajo estrés. Esto puede causar palmas sudorosas, palpitaciones, un nudo en la boca del estómago pero, curiosamente, la investigación ha descubierto que es importante la forma en la que interpretas estos síntomas. La historia que te cuentas a ti mismo acerca de por qué estás estresado hace una gran diferencia. Si cambias tu forma de pensar, de esta prueba me ha dado miedo a esta prueba me ha entusiasmado para dar lo mejor de mí, tu rendimiento puede mejorar mucho. Otro buen consejo para quienes entran en estado de pánico frente a un examen es que prestes atención momentáneamente a tu respiración. Relaja el estómago, coloca la mano sobre él y respira profundamente. Debes mover la mano hacia afuera mientras todo tu estómago y tu tripa se expande hacia fuera como si fuera un barril. El hacerlo desde el estómago parece que tiene efectos más relajantes que cuando respiras profundamente con el pecho. Al practicar este tipo de respiración profunda, estás contrarrestando la respuesta de luchar o escapar que alimenta la ansiedad y el estrés. Esto te calmara. Pero no empieces con esta respiración el mismo día de la prueba. Si practicas esta técnica de respiración en las semanas anteriores, solo necesitarás uno o dos minutos el día del examen. Entrarás con mucha más facilidad en el patrón de respiración relajada. Recuerda, la práctica genera permanencia. Es muy útil pasar deliberadamente a un patrón de respiración profunda en esos momentos de ansiedad y quizás de pánico antes de entrar en el examen. Déjame que comparta también algunos de los excelentes consejos que muy buenos profesores en todo el mundo han compartido conmigo, y estos son algunos de los mejores que yo he oído. Por ejemplo, una excelente profesora aconseja a sus estudiantes que tape las respuestas de esas opción múltiple y que intenten recordar la información para que puedan responder a la pregunta por sí mismos antes de contrastarlo con la respuesta. Otra profesora le dice a sus estudiantes que enfrenten sus temores. A menudo, vuestro peor temor es no obtener la calificación que necesitas para la carrera elegida o no pasar la entrevista de trabajo. ¿Cómo puedes manejarlo? Muy sencillo, ten un plan B para cualquiera de estas situaciones. Una vez que tengas un plan para el peor escenario posible, te sorprenderá ver que el miedo comienza a disminuir. Y lo que recomendamos es que estudies muchísimo evidentemente para ese primer examen, para es opción A. Pero que tengamos en cuenta que si no sale, no pasa nada. Hay otras opciones que son absolutamente válidas e interesantes. He aquí algunas reflexiones finales. El día anterior a una o varias pruebas echa un vistazo breve y final a los materiales para repasarlos. Al día siguiente, necesitarás el poder del modo focalizado como el del modo difuso. Así que no debes presionarte demasiado en la preparación o en el día antes. No correrías una carrera de diez kilómetros el día antes de participar en un maratón, ¿no? Bueno, pues no te sientas culpable si parece que no puedes esforzarte demasiado el día antes de una prueba, el día antes de un examen. Si te preparaste adecuadamente, parece que lo más natural es que ese día sea un día relajado, donde tu subconsciente esté preparándose para conservar la energía mental que necesitas en ese examen. Mientras estás en el examen, también debes recordar que tu mente puede engañarte para que pienses que lo que has hecho es correcto, aunque no lo sea. Esto significa que siempre que puedas, deberías pausar, parpadear, cambiar tu foco de atención y luego revisar tus respuestas desde una perspectiva más amplia, preguntándote a ti mismo si esto, si tus contestaciones tienen realmente sentido. Si tu examen es un examen de trabajo, considera dejar el informe o el correo electrónico que has preparado, déjalo unas horas reposando y luego revísalo con la mente fresca antes de enviarlo. Asegúrate que eso es realmente lo que quieres decir. A menudo hay más de una manera de responder a una pregunta y comprobar las respuestas desde diferentes perspectivas. Eso te da la oportunidad de oro para verificar lo que has hecho y comprobar que efectivamente estás en la contestación correcta. Si no hay otra manera de comprobarlo, excepto dar un paso atrás en tu lógica, ten en cuenta que los problemas sencillos han hecho tropezar incluso a los mejores estudiantes. Has lo mejor que puedas. En las clases de ciencias, hacer que las unidades de medida coincidan a cada lado de la ecuación puede darte una pista importante sobre si lo que has hecho es correcto. También es importante el orden en el que realizas los exámenes. Por lo general, los estudiantes trabajan en los exámenes de la hoja de adelante hacia el reverso. Cuando estás revisando tu trabajo, tus exámenes, empieza desde el reverso y vas avanzando hacia adelante. A veces parece que eso le da a tu cerebro una perspectiva más fresca y que te permite detectar errores con más facilidad. Nada es seguro nunca. A veces puedes estudiar mucho y los dioses de los exámenes simplemente no cooperan. Pero si te preparas bien, practicas y vas construyendo una biblioteca mental sólida y abordas la instancia del examen sabiamente, verás que la suerte estará cada vez más de tu lado. Soy Teresa Martín Retortillo, gracias por aprender a aprender.