¿Sabías que el arsénico es increíblemente tóxico? Durante siglos, hasta que se descubrieron los métodos modernos de detección, los asesinos lo consideraban una de las sustancias más populares. Así que te puedes imaginar la conmoción en la Cuadragésima Octava reunión de la Asociación Alemana de Artes y Ciencias, allí por 1875, cuando dos hombres se sentaron frente a una audiencia entera y bebieron más del doble de una dosis mortal de arsénico. Al día siguiente, esos mismos dos hombres regresaron a la conferencia sonrientes y sanos. ¿Cómo es posible tomar algo tan malo para ti y no solo mantenerse vivo, sino incluso parecer saludable a pesar de todo el daño que ese arsénico está haciendo en el cuerpo? Pues la respuesta tiene una extraña relación con la procrastinación y de eso vamos a hablar en los próximos vídeos. Bueno, ya has aprendido una herramienta práctica para ayudarte con la procrastinación, el famoso pomodoro, esos 25 minutos de concentración ininterrumpida, seguido de un poco de relajación y de una recompensa. Esta semana, vamos a aprender más, vamos a aprender qué hay detrás de la psicología cognitiva de la postergación, así como entender un poco más esa química del veneno, porque puede ayudarnos a desarrollar medidas preventivas saludables. El postergar las cosas no siempre es malo. Incluso si ya eres bastante bueno en el manejo de la procrastinación, aquí aprenderás algunas ideas, que espero te sean útiles y te permitan priorizar mejor tu aprendizaje. La razón por la que aprender a evitar la procrastinación es tan importante para un buen aprendizaje es que el aprendizaje es una actividad paulatina; es una actividad gradual. Debes evitar darte el atracón de estudio, porque esos atracones no permiten construir estructuras neuronales sólidas. Si pones la misma cantidad de tiempo en tu aprendizaje, pero lo vas espaciando y si empiezas antes, mucho antes, es muchísimo mejor y, además, me da la impresión de que incluso disfrutarás más. En estos vídeos, vamos a enseñarte lo que pasa a una persona perezosa que procrastina. Vamos a hablar de tus zombis internos, ¿sabéis lo que son? Pues son respuestas automáticas, la rutina en la que entra tu cerebro como resultado de unas señales específicas. Estas respuestas zombis a menudo se centran en mejorar el aquí y el ahora. Son muy cortoplacistas. Como verás, puedes engañar a alguno de estos zombis para que te ayuden a evitar la procrastinación y, cuando lo necesites, ponerte realmente a estudiar. A diferencia de la procrastinación, la que es fácil caer, la fuerza de voluntad es difícil, porque más coge muchos recursos neuronales y no debes desperdiciar tu fuerza de voluntad en evitar la postergación, excepto cuando sea estrictamente necesario. Lo mejor de todo es que verás que no tienes que hacerlo. Si recuerdas, postergamos las cosas que nos hacen sentir un poco incómodos. Piensas en algo que no te gusta mucho y que estimula los centros de dolor en el cerebro, así que buscas otras cosas que te son más placenteras, al menos en el corto plazo. Pero por desgracia, los efectos a largo plazo de la evasión habitual pueden ser devastadores. Cuanto más pospones el estudiar, se va haciendo mucho más doloroso pensar en ponerte a estudiar. Quizá te haya pasado ya alguna vez, ¿no? Y si no te has dado el tiempo de sentar las bases neuronales con la suficiente robustez, es muy probable que te atasques en los exámenes, en los nuevos conceptos, que tus proyectos en el trabajo no te salgan. La procrastinación puede ser un hábito monumentalmente importante, un hábito que, en otras palabras, influye en muchas áreas fundamentales de tu vida. Si mejoras tus habilidades en este área, se darán muchos otros cambios positivos gradualmente. De hecho, quizás no te sorprenda que la postergación comparte algunos rasgos con la adicción. Ofrece una emoción temporal, un alivio frente a una realidad, a veces, aburrida. Es fácil engañarte a ti mismo, por ejemplo, y pensar que el mejor uso de un tiempo dado en buscar información en la web, en lugar de estar con el libro estudiando o con el proyecto que tengas entre manos, aprendiendo a resolverlo. Por ejemplo, es frecuente que te digas incluso a ti mismo que pues, por ejemplo, la química orgánica requiere un razonamiento especial que es precisamente tu punto débil. Así que, por supuesto, te va a costar y se te va a dar mal. O a veces quizás te inventes excusas irracionales, como si estudio demasiado antes de la prueba, pues el día del examen se me van a olvidar. También habrás oído la situación de estando preocupado con la procrastinación, puedes incluso empezar a decirte a ti mismo que esta es una característica innata e inmutable de tu persona. Después de todo, la postergación si fuera fácil de arreglar, ya lo habrías hecho. Sin embargo, cuanto más avances en tus estudios, más importante es tomar control de la procrastinación. Los hábitos que funcionaron en años anteriores pueden volverse en tu contra. Lo que te mostraremos en los próximos vídeos es cómo puedes convertirte en el amo de tu hábito. Tú deberías tomar las decisiones, no tus zombies. Como verás, las estrategias para lidiar con la procrastinación son simples, pero a veces no son nada intuitivas. Volvamos un momentito a la historia con la que empezó este vídeo. Los consumidores de arsénico comenzaron con pequeñas dosis de esta sustancia. En pequeñas dosis, el arsénico no parece dañino. Incluso se puede desarrollar una inmunidad a sus efectos. Esto te permite tomar dosis más grandes, incluso te sigues viendo saludable, aun cuando el veneno va erosionando tus órganos por dentro. De la misma manera que los procrastinadores posponen algo pequeño, lo hacen una y otra vez, poco a poco se acostumbran a eso. Pueden incluso parecer perfectamente saludables, pero los efectos a largo plazo, creednos, no son nada buenos. Soy Teresa Martín Retortillo. Gracias por aprender a aprender.