[AUDIO EN BLANCO] Veamos ahora por qué es importante colaborar con tecnología. Y lo que quiero mostrarles es un trabajo que usó un estudiante de doctorado hace muchos años atrás para comprender si se podía también colaborar adecuadamente sin tecnología. De hecho muchos profesores han tratado de colaborar sin tecnología y lo han dejado de hacer, y quiero mostrarles tres instancias que nosotros observamos para comprender que la tecnología puede ser un gran facilitador del trabajo colaborativo. No estoy diciendo que siempre tiene que haber tencología. Estoy diciendo que aquellos profesores que saben lograr que sus alumnos colaboren sin tecnología lo sigan haciendo. Lo estoy diciendo a los que han tenido dificultad o lo que han tratado vean en la tecnología una oportunidad para que sus alumnos puedan colaborar. El primero es son las mismas tareas que hemos visto anteriormente, hay un objetivo común. Pero ahora en vez de una pantalla con un computador que está dando retroalimentación simplemente se le entrega un pedazo de cartón donde los niños tienen que trabajar. Son tres niños y fíjense ahora el problema de no haber un mediador que de alguna forma minimice el conflicto. Entonces lo que ocurre acá se entrega el cartón, y los niños están mediando pero ¿cómo están mediando para el control del cartón? A través de la pelea física. Y nosotros no queremos realmente desarrollar habilidades sociales negativas, queremos hablar de la importancia de desarrollar habilidades sociales. Pero en este caso como el profesor tiene más de 40 alumnos a su cargo no puede estar mirando lo que hace cada uno de sus grupos. Y el cartón no logra mediar, en cambio la tecnología sí puede mediar. Y al mediar en forma efectiva puede desarrollar habilidades sociales, que en este caso no ocurrió, al revés estamos mediando para producir conflicto. El segundo ejemplo lo encuentro incluso más triste, ya tienen el cartón y cada uno de los niños recibe un papel donde están los objetos que tienen que poner en el cartón. Si un niño toma el control de esto, y los dos niños que están al frente son dos niños más socialmente desarrollados presionan al joven que está detrás y dicen no oye perdón, a todos nos corresponden los cartones, pero al niño que está con anteojos, que está más atrás, ese niño que fue un poco más débil, no luchó por su cartón y ahora el niño que está atrás a la izquierda y lo está sometiendo y fíjense como lo humilla tirándole sus objetos al suelo y haciendo que él tenga que hincarse frente al grupo. Ahí estamos enseñando humillación y no estamos desarrollando habilidades sociales adecuadas en nuestros niños. El profesor estaba ausente, no puede estar sobre los 40 niños, entonces tenemos que evitar que ocurran este tipo de cosas. Y la tecnología tiene que estar construida de tal manera que este tipo de situaciones no ocurran. Y tiene que permitir una mediación efectiva en los roles de los niños. El tercer ejemplo, es de una niña que está trabajando sola, ella recibió el cartón, recibió los objetos, están los otros dos miembros del grupo y lo que nosotros observamos es que ella lo hace completamente solo y los otros están simplemente mirando como ella realiza la labor. ¿Qué están aprendiendo los otros dos? Claramente los otros no están aprendiendo. Y aquí no hay nadie que esté mediando, el profesor está lejos y no hay cartón, no puede mediar. Nuevamente la tecnología como lo vimos en los ejemplos anteriores puede realizar esta labor. Para terminar quiero detenerme para que ustedes vean que siempre hemos trabajado con grupos de a tres. ¿Y por qué hemos trabajado con grupos de a tres? Porque nosotros vimos experimentalmente y la comunidad científica ya lo ha demostrado, que tres es el tamaño óptimo del grupo. Con dos personas solo se produce el intercambio de ideas, con tres se produce un momento la conversación, se produce una nueva idea, que produce la necesaria divergencia para que vean qué es lo que está ocurriendo acá y puedan de esa manera después construir a través de los distintos puntos de vista la respuesta que estamos buscando. Con cuatro se producen demasiados puntos de vista y hemos observado experimentalmente que aquellos alumnos que son socialmente más poderosos, toman el control del grupo y los más débiles se retraen. iii a trabajar los socialmente más fuertes. Con cinco más evidentemente la situación es pero, por eso hemos visto que tres es el tamaño óptimo del grupo. Los invito pues a contestar la siguiente pregunta.