[MUSIC] La aceptabilidad se refiere a la atención que se presta a las características demográficas y culturales específicas de las personas, cuando se definen las oportunidades que ofrece el contexto para disfrutar de un derecho determinado. Las características demográficas incluyen la edad, el sexo, el estado conyugal, el nivel de ingresos, la ocupación y el nivel educativo de las personas. El concepto de cultura, por su parte, tiene muchas definiciones. Para los fines que tenemos en esta lección, vamos a retomar la definición que utilizamos en el curso de Sexualidad y Educación. Ahí, dijimos que las características culturales incluyen tanto la historia, tradiciones y costumbres de un grupo social, como el cumulo de experiencias, creencias, actitudes, expectativas, normas sociales, estándares de conducta, intereses, aspiraciones, ideas, opiniones que regulan la manera como vemos e interpretamos el mundo. La forma como expresamos nuestras emociones, la manera en como interactuamos con otras personas y con el ambiente en el que vivimos. La cultura es lo que nos permite darle sentido a las palabras, a los gestos, a las imágenes, a los símbolos, a los comportamientos y a todo lo que ocurre en nuestro alrededor. Contrariamente a lo que popularmente se cree, las personas no somos recipientes vacíos de la cultura. Cada instante y en todas las interacciones sociales que establecemos cotidianamente creamos, aplicamos, reproducimos, transformamos y transmitimos prácticas culturales como agentes sociales activos de la cultura. Seguramente tú has notado que los seres humanos tendemos a ser muy similares en muchos aspectos, pero también somos muy diferentes en muchos otros. Asimismo ocurre con la cultura, si bien las personas que vivimos en una misma vecindad, ciudad, región o país tenemos muchas cosas en común, hay muchas cosas que nos diferencian. Y esas particularidades son relevantes cuando se trata de definir las oportunidades para la garantía de los derechos humanos. La aceptabilidad se refiere al grado en el que las oportunidades que se ofrecen para la realización de un derecho se ajustan a las características demográficas y culturales específicas de las personas. En el caso del derecho al agua, por ejemplo, es esencial valorar las características demográficas y culturales de los grupos y subgrupos de la población, y tenerlas en cuenta al decidir sobre los servicios, medios y recursos que se van a poner a disposición de las personas para garantizarles el acceso al agua potable. Desde el enfoque basado de los derechos humanos y teniendo en cuenta el criterio de aceptabilidad, las personas interesadas en reducir la inequidad y promover el bienestar deben ser capaces de, a, examinar su propio marco de referencia cultural, para establecer que los conocimientos, valores, creencias, opiniones, actitudes, normas sociales, intereses, aspiraciones, expectativas, habilidades y limitaciones, pueden influir en sus decisiones y en las relaciones que establecen con personas culturalmente diversas. b, reconocer y respetar las particularidades culturales de las personas con las que se interactúa para poder analizar las situaciones desde su perspectiva, prestarles la atención que merecen y permitirles participar de manera efectiva en las decisiones sobre los asuntos que les afectan. Es importante señalar que esta tarea no es fácil, muchas veces no somos concientes de nuestra propia cultura y a veces nos resulta más sencillo identificar las características de personas pertenecientes a grupos culturales diferentes al nuestro. Además, en muchas ocasiones se nos dificulta reconocer que nuestras características culturales y las diferencias que tenemos con otras personas influyen en la manera en la que nos relacionamos. En ese sentido, al analizar las oportunidades que ofrece el contexto para disfrutar de un determinado derecho, necesitamos establecer si se adecúa a las características demográficas y culturales de las personas, si satisfacen sus intereses y expectativas, si les genera confianza. Una pregunta clave para este análisis es, Al definir la oferta de oportunidades para la realización de los derechos, ¿se tuvieron en cuenta las características demográficas y culturales de las personas? En nuestro caso sobre el derecho al agua potable, para valorar el criterio de aceptabilidad podemos plantearnos preguntas como las siguientes. ¿Se realizó un análisis de la situación y se tuvieron en cuenta las características demográficas y culturales para determinar cómo debía ofrecerse el servicio de agua potable? ¿Los recursos y materiales que se usan para proveer agua potable fueron seleccionados teniendo en cuenta las características demográficas y culturales de esta población? ¿Al definir el servicio se consideraron sus tradiciones, costumbres, normas sociales, creencias, actitudes y prácticas habituales de higiene que en la comunidad se relacionan con el uso del agua? [MUSIC]