[MUSIC] Espero que lo que hemos conversado hasta este punto te haya permitido reconocer que el enfoque de derechos humanos nos exige un cambio de mirada. Es decir, nos plantea una manera distinta de analizar nuestra realidad y las situaciones que afectan el bienestar de las personas. El campo de trabajo en el acompañamiento individual y comunitario, las personas y organizaciones que se encargan de las intervenciones en pro del bienestar, diseñan las iniciativas que suelen realizarse desde alguna de las siguientes tres aproximaciones. Enfoque de necesidades, el enfoque de capacidades y el enfoque de derechos humanos. En este video, vamos a diferenciar estas tres formas de actuar en las intervenciones sociales o los procesos de acompañamiento. El enfoque de necesidades. Muchas iniciativas están dirigidas a la identificación y satisfacción de lo que se consideran las necesidades básicas. Las necesidades básicas hacen referencia a las condiciones que los seres humanos requerimos para la supervivencia, de tal manera que su insatisfacción nos pueda ocasionar daños y prejuicios graves. Entre las necesidades asicas se reconocen la nutrición, el agua potable, el descanso, la vivienda, el vestido, la salud, la educación, el trabajo remunerado. Como el ejemplo de iniciativas fundamentadas en este enfoque encontramos las dirigidas a dar alimentos a las personas desnutridas, entregar subsidios educativos a los estudiantes que han abandonado el sistema escolar, llevar brigadas de salud a las comunidades más apartadas de un territorio. En este tipo de iniciativa se suele identificar y nominar a las personas como beneficiarias de las ayudas. Y las acciones tienden a enfocarse en resolver situaciones específicas que se observan, es decir, las causas inmediatas. El enfoque de capacidades. En este enfoque, las iniciativas están concentradas en fortalecer las potencialidades, fortalezas, habilidades o competencias que permiten a las personas, grupos, organizaciones o comunidades enfrentar las circunstancias en que viven y que les impiden disfrutar de bienestar. Estas iniciativas se centran en fortalecer las capacidades individuales para la generación de, Recursos materiales, como, por ejemplo, el acceso a créditos para adquirir una vivienda. Recursos psicológicos, como facilitar el desarrollo de conocimientos y el cambio de aptitudes o el fomento de habilidades para disminuir los índices de violencia de pareja, por ejemplo. Recursos sociales, facilitando la conformación de redes sociales de apoyo. El enfoque de capacidades asume que las personas son agentes. Es decir, dueños de su propio destino. Desde esta aproximación, la meta de las acciones es el empoderamiento de las personas, los grupos y las comunidades para que asuman el control de sus vidas y gestionen el mejoramiento de sus condiciones de vida. El enfoque de capacidades, por lo tanto, tiende a delegar exclusivamente en las personas directamente afectadas la responsabilidad de transformar las condiciones del entorno para mejorar su bienestar. El enfoque basado en los derechos humanos. El enfoque basado en los derechos humanos, como you hemos dicho, reconoce a todas las personas, sin excepción alguna, su rol como titulares de derechos. Es decir, seres humanos dignos de que se les reconozcan y garanticen los entándares mínimos de vida para su desarrollo integral. Además, desde esta aproximación las acciones de las iniciativas están encaminadas a garantizar la realización de los derechos humanos. Estas características son claves, porque plantean varias diferencias en el proceso de intervención social, desde el análisis de la situación hasta la evaluación. 1, no se habla de satisfacer necesidades, sino de respetar las condiciones mínimas que merecen las personas para tener una vida digna. El análisis desde el enfoque de necesidades no implica obligaciones para los Estados, desde el enfoque de los derechos sí implica esto. Las necesidades no son universales, en cambio, los derechos humanos sí lo son. Las necesidades pueden atenderse mediante acciones de corto plazo, basadas en la entrega de lo que se carece. La garantía de los derechos exige estrategias de largo plazo y procesos orientados a generar las condiciones que se requieren para el desarrollo integral de manera sostenible. Las necesidades pueden organizarse jerárquicamente, de acuerdo con orden de prioridades, mientras que los derechos, no, porque todos son igualmente importantes. El enfoque basado en los derechos humanos empodera al Estado y a sus representantes para cumplir con sus obligaciones. El enfoque basado en los derechos humanos fortalece la capacidad de los titulares de derechos para exigir a los titulares de obligaciones el respeto, la protección y la realización afectiva de los derechos humanos. Y reconoce la importancia de los titulares de responsabilidades en la realización de los derechos en la vida cotidiana. Frente a estas dos últimas características, quiero resaltar algo que, para mí, constituye la clave del enfoque basado en los derechos humanos. Como observas en la figura que aparece en la pantalla, la transformación de las condiciones en las cuales vivimos requiere la acción conjunta de diferentes agentes sociales en todos los entornos en los cuales interactuamos. No solo exige que exista un marco normativo y político a favor de los derechos humanos. También requiere que las personas, desde el lugar en que nos encontremos, conozcamos ese marco normativo y político y nos apropiemos de él. Además, nos exige coherencia, es decir, como titulares de obligaciones y responsabilidades debemos usar los derechos humanos como guía en todo lo que hacemos en los diferentes entornos. Y como titulares de derechos debemos aprovechar los mecanismos definidos para exigir que estos derechos se nos garanticen. Solo así eso que está escrito sobre los derechos humanos you no va a ser letra muerta. En la lectura que encuentras a continuación te presentamos una síntesis de las diferencias del enfoque basado en los derechos humanos con los enfoques de necesidades y capacidades. [MUSIC]