[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] Desde la antigüedad, hubo una preocupación sobre el impacto del cambio tecnológico en el mundo del trabajo. Aristóteles se preguntaba qué harían los músicos y los tejedores si los instrumentos y las agujas funcionaran solas. El problema del desempleo tecnológico se volvió importante en la Gran Bretaña de la Revolución Industrial. El movimiento Ludita reunía a artesanos que rompían las máquinas como protesta contra la mecanización de su trabajo. En el siglo XXI, el problema del desempleo tecnológico parece cobrar una nueva dimensión a medida que la robótica y la inteligencia artificial amenazan con destruir trabajos a una velocidad nunca vista antes. Se está formando una clase social nueva, que algunos llaman el precariado, compuesta por millones de personas que sobreviven con trabajos ocasionales. Mientras algunos gobiernos empiezan a discutir la alternativa de un ingreso universal, el blockchain también propone una solución para el futuro del trabajo. El trabajo puede dividirse en dos tipos, activo y pasivo. El trabajo activo es un trabajo que sabemos que estamos haciendo, llevar a un pasajero de un lugar a otro, escribir un software, dictar una clase, etcétera. Hemos visto que el blockchain habilita nuevas formas de registro de propiedad y la realización de pagos sin fricción. Algunos creen que esto nos permitirá monetizar mejor el trabajo activo. Como vimos en el caso de Ujo Music, los ingresos que hoy quedan en manos de intermediarios como Youtube o Spotify podrían ir al bolsillo de los músicos. OB1 es una plataforma similar a Ebay pero descentralizada y con menores comisiones. Arcade City propone una aplicación como Uber pero descentralizada. En lugar de pagar una comisión del 30%, los conductores se quedan con todo el dinero. El trabajo pasivo es un trabajo que no sabemos que estamos haciendo. Por ejemplo, cuando escribimos un review en Yelp, estamos ayudando a los usuarios de la red a elegir un restaurante. Pero no lo vemos como trabajo y no ganamos dinero con eso. Cuando hacemos una publicación en Facebook, generamos contenido para los contactos, pero no lo vemos como un trabajo y Facebook es el que se beneficia económicamente del contenido. Históricamente, la guía Michelin tenía un equipo de empleados dedicado a calificar restaurantes. Yelp distribuyó este trabajo entre millones de personas que lo hacen de manera gratuita. Los periódicos y canales de televisión históricamente pagaron a equipos de periodistas y actores para generar contenidos. Facebook, Google y Twitter distribuyeron este trabajo entre millones de personas que lo hacen de manera gratuita o a muy bajo costo. Actualmente se están construyendo organizaciones descentralizadas que permitirán a los usuarios monetizar su trabajo pasivo. Steemit, por ejemplo, es una red social similar a Reddit pero construida sobre un blockchain y propiedad de los usuarios. Los usuarios son remunerados por los contenidos que generan. Synereo, otra red social descentralizada, propone pagar a los usuarios por el tiempo que dedican a ver publicidad. IPFS es como un Dropbox descentralizado, permite a los miembros de la red ganar dinero compartiendo el espacio de su disco rígido. Golem nos permite compartir la capacidad de cómputo ociosa. En el futuro, es posible que nuestro ingreso se derive de tres fuentes, un ingreso básico nos garantizará un mínimo para la subsistencia. Otra parte será un ingreso por el trabajo activo, como nuestra contribución a canciones o productos. Y otra parte vendrá del trabajo pasivo, nuestra contribución a redes sociales o el alquiler de activos ociosos. Y todo esto gestionado por organizaciones descentralizadas propiedad de los usuarios. [MÚSICA] [MÚSICA]