[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] El economista austriaco, Joseph Schumpeter, definió el capitalismo como un proceso de destrucción creativa, un proceso donde el cambio tecnológico y la iniciativa emprendedora, causan la muerte de industrias viejas y el nacimiento de actividades nuevas. En 1989, el mismo año que caía el Muro de Berlín, Tim Berners-Lee creó la World Wide Web. Con esta nueva tecnología, los emprendedores.com crearon la transformación económica más grande de todos los tiempos. Una disrupción que afectó, una tras otra, a todas las industrias, fue el ascenso de Silicon Valley. Google, Facebook y Twitter disrumpieron a los medios de comunicación. Ebay y Amazon transformaron el comercio. Uber y Airbnb cambiaron nuestra forma de viajar. Internet fue una fuerza que quebró el poder de viejos intermediarios. Fue un arma de los débiles contra los poderosos. Con un logo gratuito, de pronto, cualquiera podía alcanzar una audiencia de millones. Antes, la única alternativa era tener un diario o un canal de televisión. Con Ebay, un pequeño vendedor podía acceder a un mercado global. Antes, eso estaba reservado para grandes corporaciones. Más allá del entusiasmo inicial, con el tiempo, una nueva realidad empezó a emerger. Era cierto que internet rompía con intermediarios viejos, pero los reemplazaba por intermediarios nuevos y mucho más poderosos. Los nuevos intermediarios eran cuasi monopolios globales en el negocio de conectar personas. Google conecta a productores de contenido con la audiencia y anunciantes. Ebay conecta a compradores con vendedores. Uber a pasajeros con choferes. Con más de 2.000 millones de usuarios, Facebook controla una gran parte de la información y de la comunicación mundiales; reemplaza, incluso, funciones tradicionalmente cumplidas por los Estados, como el registro de identidad. Sabe quiénes somos, qué nos interesa y con quiénes nos relacionamos. Así llegamos a una situación paradójica. Es indudable que las grandes plataformas fueron un enorme avance, permitieron a millones de personas conectarse y comerciar a bajo costo. La contracara fue una formidable concentración del poder y la riqueza. Son los usuarios los que publican los contenidos de Facebook y los que conducen los vehículos de Uber, pero son los intermediarios los que cosechan la mayor parte de los beneficios. En 2008, en medio de la crisis de Wall Street, y en pleno ascenso de Silicon Valley, un individuo anónimo inventó una tecnología llamada Blockchain. La primera aplicación de la tecnología fue una moneda digital llamada bitcoin. En los últimos años, el bitcoin fue celebrado como un caso de innovación financiera. Pero esta aplicación monetaria es el árbol que tapa al bosque, el potencial del Blockchain es mucho más grande. Como dijo Schumpeter, la destrucción creativa es el hecho fundamental del capitalismo. Nadie puede escapar, ni siquiera los gigantes de Silicon Valley. El Blockchain tiene potencial de causar una disrupción en todas las industrias digitales, llega con la promesa de crear una democracia para el internet. [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA]