[AUDIO_EN_BLANCO] [MÚSICA] Uno de los temas que siempre es muy importante en las ciudades es, digamos, el espacio público, los espacios públicos, la ocupación de ese espacio público, el conflicto en el espacio público, el uso del espacio público. Es decir, en muchos casos, lo que se observa es que las ciudades, sobre todo aquellas más densas, presentan problemas de conflictividad en los usos del espacio público. Podríamos decir que hay una creciente rivalidad en un recurso, si lo observamos desde ese punto de vista, que es el recurso espacio público. Es obvio que hay zonas de la ciudad muy densas con pocos espacios públicos y que en muchos casos los espacios privados tienen mala calidad, con lo cual la tendencia a ocupar ese espacio público por parte de esa ciudadanía es muy alto. Y al revés, hay zonas de la ciudad donde la calidad del espacio privado, de las casas, es alta y donde los espacios públicos, que pueden incluso existir con abundancia, son muy poco usados. Es decir, esa existencia de tensiones, de rivalidades, en el debate del espacio público es un tema importante. Quisiéramos abordarlo aquí en este curso, haciendo referencia a una perspectiva analítica como la que estoy planteando, es decir, entender el espacio público como un recurso, como un recurso escaso, y que, por lo tanto, que plantea de problemas de rivalidad de uso. De la misma manera que lo podríamos plantear si habláramos del agua o de la existencia de energía, es decir, de otros elementos propios del debate hoy existente sobre la escasez de los recursos y el debate sobre sus usos, y la rivalidad que existe en ellos. A partir de estos elementos, intentemos abordar lo que para nosotros sería importante, que es qué posibilidades de gobierno, de gobernanza, existen para afrontar esa problematización, ese problema que significaría la rivalidad en el uso del espacio público. Entendemos, partimos de la hipótesis de que hay una mayor complejidad. ¿Por qué? Porque de entrada, digamos, tenemos un nivel de preferencias en el uso del espacio público que entendemos que pasan de ser más homogéneas a ser más heterogéneas. Este sería un primer aspecto. Es decir, la mayor heterogeneidad en las preferencias sociales sobre cómo usar el espacio público vendría, sería una derivada de una mayor heterogeneidad también de personas en las propias ciudades. Esa mayor heterogeneidad de personas en el espacio público genera un número creciente de externalidades. Es decir, hay acciones, hay actuaciones de las personas en el espacio público que generan molestias a otras personas que querían usarlo de otro punto de vista, hay personas patinando, personas con la bicicleta, personas que quieren tomar el sol, madres que están paseando con sus hijos o padres que pasean con sus hijas. Hay todo tipo de situaciones en el espacio público. Esa mayor heterogeneidad implica más externalidades también en ese espacio público. Al mismo tiempo, digamos, esa diversificación de usos en el espacio público genera, normalmente, también más intensidad de uso. Es decir, a medida que hay más heterogeneidad, más necesidad de espacio para desarrollar actividades también diversas, distintas, la intensidad de uso de esos espacios se hace más intensa. Evidentemente, más en ciertas zonas de la ciudad que en otras, pero esa intensidad de uso es bastante evidente. Y un cuarto aspecto sería que ese conjunto de elementos que hemos analizado o hemos descrito, que sería mayor heterogeneidad de las preferencias; más externalidades, por lo tanto, más potenciales conflictos; y una mayor intensidad de uso, ¿cómo podría resolverse? Si existiera un nivel de autoridad reconocido como tal, tendríamos fácilmente a alguien que lo resolvería. Pero en la medida en que las ciudades cada vez más, lógicamente, son también espacios donde los elementos democráticos, de debate, de participación, son más evidentes en esta evolución que estamos teniendo en todo el mundo, el nivel de autoridad entendido como algo autoritario, jerárquico, se hace más difícil. Por lo tanto, diríamos que cuando hablamos de mayor complejidad en los usos y en las formas de entender el espacio público, lo que estamos viendo es que en la combinación de más heterogeneidad, de más externalidades, de más intensidad de uso, y las mayores dificultades para utilizar un elemento autoritario y jerárquico, convierten al debate del espacio público en un tema, no de gobierno estrictamente, sino de gobernanza. [AUDIO_EN_BLANCO] [MÚSICA] [AUDIO_EN_BLANCO]