[AUDIO_EN_BLANCO] [MÚSICA] En el marco de las políticas públicas municipales, las políticas de bienestar social han estado siempre presentes en la agenda de los gobiernos locales. Si bien es verdad que a lo largo del proceso de construcción del estado de bienestar los gobiernos locales han tenido un papel bastante residual, bastante secundario. El estado de bienestar ha sido una construcción muy potente de políticas públicas que se ha desarrollado desde una perspectiva muy top-down desde los niveles centrales y regionales. En cambio, los gobiernos locales no empiezan a tener una presencia importante en las políticas de bienestar hasta las últimas décadas del siglo XX. Es decir, en un segundo ciclo de expansión de las políticas de bienestar. Eso se debe fundamentalmente a que los países de estructura federal han estado o han sido las regiones, los estados federados, los que han desarrollado las grandes funciones de bienestar, políticas de salud, políticas educativas. Mientras que en los países más centralizados, pues, ese papel le ha tocado al nivel central de gobierno. En cambio, sí que es verdad que después de la crisis de los años 70 y a partir de los años 80 y 90 del siglo XX, emergen en las agendas locales políticas de bienestar que no habían estado nunca situadas allí en ese nivel, políticas que tienen que ver con el proceso de una sociedad más compleja desde el punto de vista de su configuración cultural, étnica, de edades, de tipos de hogares, de tipos familiares, y por lo tanto, un bienestar más cotidiano, más de proximidad, cuyas políticas no pueden realizarse desde el nivel regional o desde el nivel central porque tampoco hay capacidad para diagnosticar realmente las nuevas realidades emergentes y las nuevas problemáticas sociales. Yo creo que ahí es muy importante de todas las políticas, por una parte, de servicios públicos de proximidad a las personas mayores, los servicios de atención domiciliaria, los servicios de teleasistencia, los servicios de centro de día. Es decir, aquellas políticas que están orientadas a garantizar, asegurar el bienestar de las personas mayores cuando sus vínculos más relacionales, familiares, se van debilitando, incluso su propio estado físico o cognitivo se va debilitando, la existencia de unos servicios de proximidad que puedan ir dando apoyo a la autonomía de estas personas mayores, y por lo tanto, que puedan seguir desarrollando de la manera más autónoma posible su proyecto de vida. Importante también las políticas de apoyo a las personas con discapacidad o con diversidad funcional. En Barcelona, prácticamente el 10% de la población tiene algún tipo de discapacidad reconocido de grado menor o de grado mayor. Y es muy importante que esas personas con discapacidad tengan derecho a la autonomía y a la accesibilidad universal. Es decir, que en la medida que van avanzando en su ciclo de vida, puedan no depender de su núcleo familiar, ni que la alternativa tampoco sea un ingreso residencial, y por lo tanto, ahí también los servicios de asistencia personal, el apoyo personal para que puedan realizar las tareas cotidianas, es muy importante. Y la accesibilidad universal, tanto desde el punto de vista físico, la superación de barreras arquitectónicas en la ciudad, en el transporte, en la movilidad, es muy importante que Barcelona, por ejemplo, you hace más de diez años consiguiera que toda su flota de transporte público fuera totalmente accesible para personas con movilidad reducida. O incluso, si en algún caso eso no es posible porque la discapacidad es muy elevada o porque no es posible el desplazamiento hasta la parada más próxima de autobús, un servicio de transporte público puerta a puerta de la manera más personalizada posible. También la accesibilidad visual, auditiva, de tal manera que la oferta cultural de la ciudad sea accesible también para personas, pues, ciegas, para personas con discapacidad auditiva, etcétera. Políticas también muy importantes en el terreno de la infancia y de las familias, la diversificación de modelos familiares ha generado un nuevo eje de desigualdad en las ciudades, donde los proyectos familiares no tradicionales muchas veces comportan determinados riesgos de exclusión social o relacional en la infancia y en la adolescencia. Por ejemplo, en Barcelona dos de cada tres familias que están integradas en el programa de Renta Mínima de Inserción son familias monoparentales, la mayoría además monomarentales. Por lo tanto, las políticas de apoyo a esos entornos de fragilidad familiar son muy importantes también en la agenda municipal de bienestar. Por lo tanto, son políticas de atención a las personas que difícilmente pueden realizarse desde otro nivel administrativo o de gobierno. Las grandes políticas del estado de bienestar, la política de salud, la política educativa, ahí la presencia de los gobiernos locales ha sido menor, pero también ahí ha habido un proceso de surgimiento de políticas locales. En el terreno educativo, por ejemplo, Barcelona es una ciudad que tiene una red muy importante de escuelas públicas propias de carácter municipal, fundamentalmente en el 03, en la educación infantil, y esa ha sido precisamente una franja educativa donde las políticas educativas locales han tenido mucha presencia en la medida en que no es una etapa obligatoria de educación establecida por ley pero, en cambio, sí que desde el punto de vista del apoyo a las familias y también desde el punto de vista del proceso de socialización y de educación de los niños y las niñas de esa edad, pues es importante la existencia de una red de escuelas infantiles públicas. Barcelona esa red prácticamente llega a las 100 escuelas públicas de cero a tres años. El proyecto o el concepto de ciudad educadora, de considerar que la educación no solamente se realiza en las escuelas, sino que existen otros ámbitos urbanos, [INAUDIBLE], los movimientos sociales, los espacios públicos, las plazas, los barrios, que tienen también un componente educativo. Incluso, los expertos nos dicen que la no reproducción o superación de las desigualdades educativas tiene que ver con lo que pasa en la red escolar, pero tiene que ver tanto más también con lo que pasa en estos otros ámbitos o espacios educativos. Un ejemplo muy claro de esto es la educación en el tiempo libre, la educación de fin de semana o de actividades extraescolares de carácter lúdico, que tienen un fuerte componente educativo y cuyo acceso no ha tenido el carácter universal que sí que tiene el acceso a la escuela. Por lo tanto, si la escuela ha conseguido superar en buena parte la segregación social, el acceso al tiempo libre educativo todavía no lo ha conseguido, y por lo tanto, políticas para apoyar el acceso de familias frágiles de barrios vulnerables al tiempo libre educativo es algo también enormemente importante. En el terreno de la salud, el papel de las políticas urbanas tiene que ver, sobre todo, con el principal determinante ambiental de la salud que es la calidad del aire, y por lo tanto, la lucha contra la contaminación. Yo creo que ese es el principal objetivo de las políticas de salud de ámbito local, y es un objetivo enormemente importante. Hoy en las grandes ciudades, en Barcelona, miles de personas cada año enferman y mueren por enfermedades cardiovasculares o respiratorias que tienen que ver con la contaminación del aire. Por lo tanto, políticas de calidad ambiental, políticas de calidad del aire, que tienen que ver también fundamentalmente con el cambio en la movilidad en la ciudad, y por lo tanto, la reducción del número de coches, el paso de una movilidad motorizada a una movilidad no motorizada, a pie, en bicicleta, la utilización del transporte público en sustitución del transporte privado, todas esas políticas mejoran la calidad del aire y una ciudad solamente puede ser una ciudad saludable si es una ciudad que tiene buena calidad ambiental. Por lo tanto, al final vemos que la agenda de las políticas urbanas en su dimensión social y de bienestar ha ido creciendo, los gobiernos locales han ido ganando también papeles erróneos de carácter estratégico, hoy es difícil pensar que solamente las grandes políticas del estado de bienestar sin la aportación local pueden generar una sociedad inclusive ecosocial. Cada vez, por lo tanto, es más relevante el papel de las políticas locales de bienestar. 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