[MÚSICA] [MÚSICA] Hola, te doy la bienvenida a la unidad sobre Proactividad. Es muy frecuente que si preguntamos a las personas que nos definan qué entienden por Proactividad, nos digan que es la capacidad de avanzarse a una situación y, indudablemente no es una respuesta incorrecta, pero sí parcial. Para hacer referencia a Proactividad tenemos que remontarnos un poco a la historia del concepto. Y para ello nos vamos a acercar a Víktor Frankl, su obra, Referencia del hombre en busca de sentido, precisamente inicia lo que sería el concepto de Proactividad y permíteme que te relate, a menos que contextualice un poco lo que fué la vida de Viktor Frankl. Viktor Frankl era un psiquiatra vienés que, digamos vivió durante la Segunda Guerra Mundial algo que nadie tendría que haber experimentado y es, estar encarcelado, prisionero, en un campo de concentración. Vamos a imaginarnos qué supone en nuestra situación de bienestar, de personas libres, que satisfacen sus necesidades cotidianas, lo que es pasar de estar en una situación así a estar en una situación encerrado, en el que te privan de tu libertad, vives entre alambradas. Indudablemente estás sometido a un régimen carcelario con soldados que van armados, de una forma constante y permanente, es una amenaza de peligro. Has perdido todos los elementos de tu identidad. Llevas un uniforme de prisionero, igual al de todos. No tienes nombre, tienes número. you tu familia, no sabes lo que le ha ocurrido, es una fuente de gran preocupación. No te alimentan, estás desnutrido. Vives hacinado, en barracones. Haz perdido toda intimidad, posibilidad incluso de tener un espacio para tí. Padeces enfermedades, malos tratos. Es una situación muy difícil. Y Víktor Frankl a partir de esa experiencia, veía que al día siguiente, había personas que fallecían y otras personas que no fallecían, sometidas a las mismas condiciones. Indudablemente algunas enfermas, otras que a lo mejor you no resistían. Y llegó a una conclusión muy importante en relación a la Proactividad, Te lo pueden arrebatar absolutamente todo, pero hay algo que nadie puede arrebatarte, la libertad interior. Nos lo pueden arrebatar absolutamente todo indudablemente, pero esa libertad interior que tienes, te pertenece y eso es uno de los pilares fundamentales de la Proactividad. El concepto va evolucionado y nos aparece la magnífica obra también de Stephen Covey, Los Siete hábitos de la gente altamente efectiva. El segundo hábito precisamente de esta obra, trata sobre la Proactividad y Covey nos indica que nuestra conducta, nuestra manera de comportarnos, es resultado siempre de nuestras elecciones. Es decir, nosotros hemos de decidir de forma consciente, nos hemos, hemos de determinar nuestra respuesta en base a una serie de valores. A diferencia de otras personas que señalan que, en la vida les pasan cosas y que casi no son responsables de lo que les sucede, Covey dice que siempre cuando tomamos una decisión consciente, hemos de ser responsables, hemos de responsabilizarnos de esa respuesta. Con lo cual rescata el concepto de Frankl, de Víktor Frankl y nos indica que, ante una situación dada, un estímulo, las personas emiten una respuesta, tienen un comportamiento, una conducta. Pero entre ese estímulo y esa respuesta, media indudablemente siempre, nuestra libertad interior. Ésta, en ocasiones puede ser un hueso difícil, ¡eh! de tragar, no siempre a lo mejor nos puede apetecer considerar que somos responsables de nuestra respuesta. En esa libertad interior, Covey además señala que hay una auto conciencia, es decir hemos de ser conscientes de la respuesta que estoy dando y de asumirla como propia, ¿no? Es decir, yo tengo una voluntad independiente, por lo tanto no estoy condicionada por el medio. Siempre mi respuesta tiene que ir a fin al valor, a los valores que yo defiendo y sobre todo no olvidemos la imaginación. Siempre es posible dar una respuesta diferente utilizando esa creatividad. Con lo cuál, importante, hagámonos la pregunta, ¿qué tipo de respuesta eliges dar en determinadas circunstancias? Si estoy dando una respuesta u otra, pensemos que siempre es la que estamos decidiendo, es la que estamos eligiendo. A ese respecto resulta interesante ver que la Proactividad que es en definitiva, la conciencia y la responsabilidad de elegir la respuesta que quiero dar, también se, tiene su contrario y es una respuesta reactiva. ¿Qué es la Reactividad? Pues básicamente pensar que los acontecimientos, la situación exterior, las personas tienen el poder de determinar nuestra vida, ¿no? Y eso hace indudablemente que yo you no tenga poder de decisión sino que me convierto en víctima de mis impulsos, ¿no? ¡Es que no pude refrenarme! No, tú puedes refrenarte, sólo que elegiste no refrenarte, ¿no? Con lo cual cedo el control que yo tengo sobre ese impulso y me eximo de responsabilidad, entonces eso tiene un riesgo, porque si yo no puedo controlar, tampoco puedo cambiar. Y esa es realmente la raíz de la Proactividad, ¿no? Si soy responsable de mi respuesta, ejerzo mi libertad interior, entonces decido la respuesta que quiero dar, indudablemente. Vamos a hacer un ejercicio y ahora te voy a pedir que, hagas un círculo y en ese círculo incorpores todos aquéllos elementos que te preocupan. Te voy a ayudar, pongamos que, pues te preocupa la salud, la salud tuya o de tus seres queridos. Te preocupa pues a lo mejor, la economía. Te preocupa el trabajo, tener un trabajo que te permita pues, vivir con cierta calidad de vida. Te preocupa a lo mejor la Liga, de Fútbol. [RISA] Te preocupa el cambio climático. Bien, te pueden preocupar multitud de cosas. Ahora lo que te pido es que dento de ese círculo de preocupación haz un círculo dentro, y tú incluyas aquéllas cuestiones de las que te preocupan, en la que realmente tienes posibilidad de hacer algún tipo de cambio. y lo llamamos círculo de influencia. Y lo que nos indica Covey es, precisamente dónde centras tu preocupación. Pongamos el caso del cambio climático. Tal vez yo en mi responsabilidad como ser humanos digamos, mi posibilidad de cambio sea mínima, pero indudablemente sí tengo una pequeña acción y es reciclar o adquirir productos menos contaminantes, con lo cuál esa, esa acción entraría dentro de mi círculo de influencia. ¿Qué ocurre si me enfoco más hacia uno o hacia el otro círculo? Pues tenemos que nuestra respuesta entonces no es la misma. Por ejemplo una persona que siempre está preocupada por aquéllos aspectos que no puede cambiar, genera un foco reactivo. Porque indudablemente lo que no puedo cambiar, al final, es una situación que no hay cambio. Por el contrario cuando me enfoco en aquél círculo en el que yo tengo una posibilidad de influir, ese círculo crece, es un foco proactivo porque realmente está en mi ámbito, en la posibilidad de que yo genere algún tipo de influencia o de cambio. También es muy interesante y eso indudablemente lo veréis en la correspondiente unidad didáctica en relación al lenguaje, pero una persona proactiva y una persona reactiva utilizan un lenguaje muy, por decirlo de alguna manera, muy característico. Un foco reactivo, una persona reactiva, siempre señalará que no puede, si tuviera más tiempo, es decir, siempre hay algún tipo de excusa. La persona con una respuesta proactiva dice puedo, hagámoslo, intentémoslo. Es afirmativo, es un lenguaje más positivo. ¿Cómo relacionamos la proactividad y el coaching? Bien, recordemos, una persona puede venir y solicitar algún proceso de cambio. Es muy importante siempre hacer reflexionar a las personas sobre su ámbito de responsabilidad y donde pueden ejercer algún tipo de control y de cambio. Normalmente tenemos un control directo con todo lo relacionado con los hábitos personales. Pongamos, alguien que viene porque sistemáticamente llega tarde, bueno, pues será cuestión de revisar su planificación y organización, su propia digamos, [RISA] Cómo tiene estructurada su día a día, su vida. Ahora bien, si una persona viene y dice, es que con el equipo, con los compañeros, en el entorno del trabajo estoy teniendo dificultades. Entonces, tenemos muy claro que no podemos cambiar a las personas. El único cambio que puedo hacer es el mío, pero sí puedo de alguna manera cambiar mis formas de influir. Mi capacidad por ejemplo de comunicar, mi forma de relacionarme, mi adecuación emocional a nivel de empatía o de afectividad. Y por último indudablemente están aquéllas situaciones en las que no puedo hacer nada. No puedo cambiar. Ahí, lo que, el único resultado es la aceptación de esa situación. Pongamos por caso alguien cuya actividad profesional es muy estresante, de muchísimos viajes. Una de dos, o cambia de actividad o entonces tiene que aceptar que es una condición de que su desarrollo profesional va implícito y tiene que aprender a asumir, vivir esa situación, ¿no? Concluimos esta unidad didáctica con una propuesta de Eleanor Roosevelt que nos dice, Nadie puede herirnos sin nuestro consentimiento. En este caso os invito a esa reflexión, es decir, cuánta atención prestamos a situaciones, a comentarios en los cuáles, en el fondo lo que estamos haciendo nosotros es, ofrecer la respuesta que queremos. Y como dice la señora Roosevelt en el fondo, si me siento agredido es porque elijo sentirme agredido. Muchísimas gracias. [MÚSICA] [AUDIO_EN_BLANCO]