[MUSIC] ¿Cómo persuadir?, jugando con palabras. ¿Qué es la argumentación? La argumentación, según las teorÃas de Austin y Searle, es un acto de habla. Esto significa que la argumentación es una acción que implica lenguaje. Es algo que hacemos por lo tanto, con las palabras. Y esto implicará necesariamente el uso del lenguaje natural y no de lenguajes, por ejemplo, como la lógica y la matemática, que son lenguajes formales. La argumentación, como todos los actos de habla, tiene tres niveles. Consta de tres aspectos o tres dimensiones. En primer lugarm la dimensión del acto locutivo, que tiene que ver con el sentido, con el contenido, con el significado por ejemplo de los enunciados que componen el argumento. En segundo lugar, hay el acto ilocutivo, que no tiene que ver con el sentido sino con la fuerza, con aquello que estamos haciendo cuando utilizamos este acto de habla. Por ejemplo, en el caso de argumentación la fuerza es argumentar. Por último hay el nivel del acto perlocutivo, que tiene que ver con el efecto, con la finalidad, con aquello que se quiere conseguir, y esto es la persuasión. La dimensión pragmática del nivel perlocutivo, esto que tiene que ver con la persuasión, es clave para relacionar la teorÃa de la argumentación con la retórica. Y concretamente en los próximos minutos vamos a hablar de la historia de la retórica, para contextualizar el tema de la argumentación. Vamos a ver por lo tanto la historia de este arte, la retórica, que tiene como objeto, la persuasión. Roland Barthes nos habla, por ejemplo, de la idea del imperio de la retórica. La retórica es un término con muchos significados, con muchas connotaciones y por lo tanto podrÃamos decir, que es objeto de una sobredeterminación. En la historia, el sofista Gorgias en los siglos V y IV antes de nuestra era decÃa que, el poder de la palabra es inmenso. En el sentido de que con la palabra se puede conseguir la adhesión, se puede conseguir entristecer, se puede conseguir motivar, se puede conseguir animar a una audiencia determinada. Por lo tanto, el poder de la palabra indica también una cuestión polÃtica que tiene ver con la soberanÃa. Le retórica, por lo tanto, es una práctica, implica un código e implica también una disciplina determinada, una serie de técnicas para conseguir este objetivo de la persuasión. DecÃa Aristóteles que la retórica no tiene territorio especÃfico o tema propio, puesto que se encuentra en todas partes. Esta caracterÃstica de inescapabilidad de la retórica nos lleva a pensar que, de hecho, desde los tiempos de la antigua Grecia, por ejemplo, Demóstenes, hasta los tiempos de Obama, de la presidencia de los Estados Unidos. Hemos tenido a lo largo de la historia muchÃsimos componentes en los que la retórica jugaba un papel protagonista. Pues bien, la retórica, ¿cómo nació?, ¿de dónde apareció? La retórica nació en Siracusa en el año 485 antes de Nuestra Era. La retórica no es directamente la persuasión, sino que es la técnica y los medios para conseguir la persuasión. El contexto de aparición, de nacimiento de la retórica fue una revuelta democrática en la ciudad estado de Siracusa que derrocó la tiranÃa. Luego de la derrota de la tiranÃa, los ciudadanos tuvieron que decidir cómo se distribuÃan las tierras que habÃan estado expropiadas por el tirano. En este sentido, tuvieron que organizar tribunales populares en los que los ciudadanos tenÃan que argumentar delante de un jurado que tal tierra o tal parcela era de su propiedad. Por lo tanto fue necesario que una serie de maestros como Empédocles, el filosófo, pero también como Córax y como Tisias. Empezaron, empezasen a iniciar a los ciudadanos en el arte de la argumentación, en cómo estructurar, producir y realizar discursos. En este sentido, la persuasión en los tribunales fue el primer ejemplo propiamente de retórica en la historia, y en este sentido el género forense dio nacimiento al arte, al estudio y a la disciplina de la retórica. Es decir, de las técnicas para alcanzar la persuasión. En este sentido, cabe destacar que las dos caracterÃsticas fundamentales que tuvo la retórica desde su origen fueron que su objeto no era tanto la verdad como la verosimilitud. Es decir, aquel que argumentaba ante un tribunal tenÃa de algún modo que conseguir que aquello que estaba diciendo pareciese cierto, fuese verosÃmil. Y en otro sentido, y muy importante, la retórica como hemos dicho antes, no es directamente la persuasión sino que es todo el discurso, toda la disciplina, todo el lenguaje enfocado a conseguir los mejores medios para alcanzar la persuasión. Y en este sentido la retórica es un lenguaje sobre el lenguaje, un discurso sobre el discurso, y en este sentido es también un metalenguaje. En sus orÃgenes la retórica you fue acusada de ser una disciplina vacua, sin contenidos, pura estilÃstica. Y este tópico, este estereotipo sobre la retórica ha seguido, de algún modo, hasta nuestros dÃas, cuando por ejemplo, un escritor moderno como Ambrose Bierce dijo que la retórica es la conspiración del lenguaje y la acción para engañar a la inteligencia. Según Roland Barthes, el imperio de la retórica se basaba en seis caracterÃsticas. En primer lugar era una técnica, un arte, es decir, se basaba en el hecho de organizar un conjunto de reglas para obtener la persuasión. Y en este sentido, el paradigma para entender la ética tiene que ser necesariamente instrumental. Tiene que ser técnico. En segundo lugar, la retórica antigua fue también una enseñanza, implicaba una vÃa institucional para transmitir una serie de aprendizajes sobre como persuadir. En tercer lugar, implico también una ciencia. Esto es, un campo de observación sobre el lenguaje, para ver qué caracterÃsticas debÃa tener para conseguir este efecto que es la persuasión. En este sentido, la retórica en sus orÃgenes, fue sobre todo una sintagmática, esto es, fue un problema que tenÃa que ver con la organización y la estructuración de las partes del discurso. En cuarto lugar, la retórica es también una moral, en el sentido que implica a la retórica una serie de reglas que se deben cumplir para conseguir estos objetivos. Y en este sentido, todos estos códigos implicaban también una reflexión ética sobre el uso de la retórica. Y en quinto lugar, la retórica es también una práctica social. Es una técnica para conquistar y para conservar la propiedad de la palabra. Y en este sentido, la retórica tiene mucho que ver con la gestión y administración de los que tienen propiedad sobre la palabra. Y aquellos que, por asà decirlo, quedan fuera de la retórica, porque no dominan estas técnicas y no tienen estos conocimientos. Y en este sentido, la retórica como practica social, dividió de algún modo la sociedad, entre aquellos que podÃan hablar bien y aquellos que de algún modo no podÃan dominar el arte del bien decir. Por último, la retórica es también una práctica lúdica, en el sentido que a lo largo de la historia, el uso oficial de la retórica, los discursos de tipo formal generaron también una serie de juegos, de sátiras y de crÃticas también retóricas contra el uso oficial del lenguaje. Estas seis caracterÃsticas conforman de algún modo, el núcleo duro según Roland Barthes de la retórica antigua. Del imperio de la retórica, pasamos ahora a la república de la argumentación. En sentido amplio, debemos decir que la retórica incluye también la teorÃa de la argumentación. En este sentido, es importante recordar que el argumento como acto de habla, que tiene como finalidad justificar o refutar un enunciado. De algún modo, esto nos lleva a pensar que, la argumentación se basa, no tanto en oraciones como en enunciados. Es decir, el enunciado es el contenido de las frases o las oraciones que entran en juego en la argumentación. Pero no se identifican. Diferentes oraciones pueden tener un mismo contenido, pueden significar un mismo enunciado. Cuando hablamos de retórica, además debemos distinguir entre opiniones, sentimientos y hechos. La retórica tiene que ver con el campo de lo opinable, que es un campo que no es evidente por sà mismo. Pero que tampoco es irracional, sino que es un campo donde las opiniones deben estar sustentadas con razones. Esto es, no podemos confundir una opinión con un argumento. La opinión podrÃamos decir que es la conclusión del argumento. Pero, por sà misma, esta opinión es precaria. Siempre necesitará una serie de razonamientos, necesitará una serie de razones que justifiquen esta opinión. Según Perelman, en el renacimiento de la retórica hay una diferencia en la argumentación entre persuadir, que tiene que ver con un auditorio concreto, y convencer. Que serÃa un uso del lenguaje de tipo general, donde el objeto de la persuasión, o de la convicción en este caso, serÃa un auditorio ideal. La argumentación en sentido actual, es una competencia democrática, porque implica el auto cuestionamiento de nuestras opiniones. En el sentido que, si bien no podemos establecer que en la argumentación hay verdades sagradas o dogmas que no pueden ser discutidos. También debemos decir que en la argumentación no todas las opiniones valen lo mismo. Sino que, el valor de las opiniones dependerá de la capacidad de movilizar y de generar argumentaciones. En este sentido, la argumentación implicará también un auto cuestionamiento, una autocrÃtica que tendrá por objetivo el hecho de mejorar. El hecho de conseguir un progreso en la capacidad de defensa de nuestras opiniones pero también en la capacidad de modificar nuestras propias opiniones. La argumentación, por otro lado, implicará siempre una apertura a alteridad. No tendrÃa sentido hablar de argumentación si no tuviésemos en cuenta que la argumentación implica siempre una relación social. Y en este sentido la argumentación no es nunca un monologo, sino que tiene componentes claramente dialécticos. Donde el que argumenta se dirige siempre a otro, y en este sentido hay una apertura a la alteridad para dar razones, pero también hay apertura a esta misma alteridad para comprender las razones y examinar las razones del otro. En este mismo sentido, la argumentación como efecto retórico, combina la competición, el agonismo, una cierta agonÃstica. Porque en todo debate se trata de conseguir la mejor forma de argumentar, y en este sentido se trata de conseguir la adhesión de los demás participantes, y este sentido tiene claramente un marco competitivo, agonÃstico. Pero al mismo tiempo, este marco agonÃstico, competitivo, no tendrÃa sentido sin una base de cooperación. Cuando se argumenta, se hace exactamente lo mismo que por analogÃa podrÃamos entender en un deporte. Esto es, se deben cumplir ena serie de normas, una serie de reglas en las cuales se coopera por parte de todos los participantes con el objetivo de conseguir luego que, siguiendo estas mismas reglas, uno pueda conseguir el efecto de la persuasión. No tendrÃa ningún sentido, ni ningún valor, conseguir la persuasión si hablamos de argumentación, saltándonos estas propias reglas, estas mismas reglas. Es decir, vulnerando estas normas, y por lo tanto trasgrediendo lo que serÃa una buena argumentación, sólida y atenta a todas las razones. Pues bien, la argumentación como capacidad crÃtica, tiene que ver con una habilidad que se puede conseguir, que se puede mejorar, pero también tiene que ver con una actitud. Que es una actitud crÃtica que sirve para mejorar nuestra propia capacidad de argumentar, pero al mismo tiempo también para conseguir detectar aquellos elementos que, en la argumentación, por parte de los demás, pues pueden ser objeto de crÃtica o pueden ser objeto de objeciones para conseguir una mejor argumentación. Para finalizar, los ámbitos de la argumentación nos los encontramos prácticamente en todas partes, en la sociedad civil, en la polÃtica, en la justicia, en el mundo profesional, y también en la academia. Estudiar argumentación, por lo tanto, va a ser algo que no se circunscribe solo en aspectos concretos de nuestra vida, sino que la retórica, la argumentación como medio del lenguaje. Es también necesariamente un entorno que como decÃa Aristóteles, es omniabarcable, es omnipresente, y nos interesa a todos. Finalmente, como conclusión, debemos decir, que argumentar no es simplemente afirmar un punto de vista, sino que argumentar implicara you siempre un esfuerzo para apoyar un punto de vista con razones. Esto lo dice Weston en un libro que se titula Las claves de la argumentación. El estudio del pensamiento crÃtico, por último, es una rehabilitación del viejo imperio de la retórica. No debemos confundir aquà retórica con mala retórica. Y en este sentido la argumentación nos da los instrumentos, nos da las herramientas par tratar de conseguir mejorar nuestras capacidades y nuestras habilidades, y nuestras actitudes para conseguir ser persuasivos. Las referencias que he utilizado para realizar esta primera sesión son estas que se pueden ver ahora mismo en pantalla. Muchas gracias.