Señor Camarasa usted regenta Negra y Criminal la primera librería especializada en literatura de negra y de género. Es comisario de las jornadas BC de negra, Barcelona negra del ayuntamiento de Barcelona y es miembro de jurado de algunos premios importantes de novela negra. Por tanto sus comentarios y sus observaciones sobre George Higgins van a ser, van a estar muy autorizadas y van a ser muy, muy, diríamos de gran interés en, en nuestro curso mox sobre corrección y estilo en español. Porque en él se estudian las diferencias cualitativas y de estilo de dos versiones de la obra cumbre de George Higgins. La primera titulada El Chivato en español del año 78 y la segunda Los amigos de Eddie Coyle traducida en el 2011 por, publicada en los libros Libros del asteroide. Bien, con este prólogo de justificación en primer lugar, ¿cómo surgió su interés por la novela negra y la iniciativa para abrir esta singular librería? >> Formo parte de una generación que llegamos tarde o no llegamos mucho a, a la televisión. Para nosotros la televisión es en blanco y negro. Y durante la infancia y la parte de la adolescencia así como otros compañeros y sobre todo las compañeras cuando tenían gripe leían a Agatha Christie. Agatha Christie una autora muy leída sobre todo en épocas de gripes, resfriados muy habituales por aquella época. Teníamos menos reservas. Yo era mas de tebeos, que sí yo era mas de, de tebeos de aquella época después se pasó you mas a historieta y después comic y ahora you no se exactamente. Tebeos de aquellos apaisados donde había poca literatura policial pero había mucha de aventuras. En la universidad llego y de repente en la coalición estrella de, de aquella época que todos universitarios teníamos que, que consultar. Que era libro de bolsillo de alianza donde estaban desde, bueno, historias de España un poco diferentes. Los poemas de Bertolt Brecht, una biografía de Ho Chi Minh. En aquellos años de finales de los 60 de mucha efervescencia en la universidad alguien me pasó un libro de bolsillo que yo como anécdota siempre cuento que pensé que era una cosa, se llamaba Cosecha Roja, y pensé que era algo así como de la lucha de los campesinos de Andalucía o una cosa de estas o de lo, o de la, o de la, la conexión con la literatura realista de los años 30 en Estados Unidos. Problema de la izquierda es porque venía con un problema de Luis Cernuda. Y Luis Cernuda en aquel momento era un poeta exiliado y todo lo que olía exilio era interesante para un universitario de aquella época. Leí Cosecha roja y me quedé subyugado. Dije, pero, ¿qué es esto? ¿cómo se puede escribir y hablar de estas cosas tradicionales de siempre? Que eran la corrupción, el poder, el vivir y vencerás a través de un personaje como el agente de la continental y ahí fue como me enganché. En aquel momento en aquella época en la universidad teníamos, teníamos algún problema porque la literatura negra o la policial eran literaturas de evasión era literaturas de entretenimiento. Y estaba mal visto y todo el mundo teníamos la labor pendiente de derribar al franquismo y de hacer la revolución. Entonces entre comillas perder el tiempo leyendo una novela policíaca era algo complicado. Menos mal que en el 74, 75 eh, un intelectual muy querido por por, todos, muy valorado y muy querido especialmente por los de la novela negra que se llama Manuel Vásquez Montalbán cabalgó como en sentido de caballería y nos rescató. ¿Porqué él? Que era un intelectual comprometido que escribía en triunfo. Y que hacía muchas cosas. Digamos muy, muy comprometidas. Que protestaba contra Puchenti que hacía muchas cosas por favor. Entonces todas estas cosas escribía novelas policíacas, ¿no? Y por contra cuando te encontrabas con aquellos universitarios que leían poetas y leían cosas más, más exquisitas y la gran literatura siempre podías decir que Manuel Vásquez Montalbán era uno de los nueve noblísimos y la antología por excelencia de aquella época que había José Castilleta había preparado en donde está feliz a su iii. Entonces por la parte culta o por la parte política Manuel Vásquez Montalbán descubrió y nos dio la coartada necesaria para poder leer novela negra tranquilamente. >> Se ha dicho que los amigos de Eddie Coyle, Justin East en particular la, los Amigos de Eddie Coyle constituye una revolución en el genero policial. ¿Qué opina usted al respecto? >> Yo creo que sí por dos cuestiones. Primero porque sobre todo visto en perspectiva. Es decir la, la novela en los años finales de 70 principios de los 80 la novela, los ecos de los clásicos de novela negra, Hammett, Chandler. Hammett no escribe después de la segunda guerra mundial. Chandler sus últimas novelas son 53, 55. Largo Adiós, Playback. Continúa Ross McDonald con su Lew Archer y el clásico de detective. Pero fíjese que todos estos son digamos de la costa oeste de Estados Unidos. Porque cuando hablamos de novela estadounidense hay que hablar de la costa de, de Los Ángeles, San Francisco la costa oeste y la costa este que es Boston que es Nueva York que es Washington que es otro ritmo de vida y otras tramas de ideas diferentes. En aquel momento después de los clásicos de la figura del hardboiled de detective había toda aquella, todos aquellos novelas que recogían por una parte las novelas más populares Mickey Spillane, Perry Mason, Earl Stanley Gardner todos aquellos que eran más comerciales. Y por otra parte las novelas de los perdedores Bill, Bill Ballinger, David Goodis que no llegaban. De repente que será a los principios, finales de los 70 principios de los 80 aparece Higgins y dice dejaros de contar historias, hagamos novelas cortas donde reflejemos las historias pero sin contarlas. Que las historias hablen por sí mismas. Entonces de repente qué les diré comienza a hablar un lenguaje donde no sabes quién habla si la policía los que están a un lado de la ley o los delincuentes los que están al otro. Todos hablan el mismo lenguaje, hablan igual. Tienes que identificar quién habla no porque el novelista te lo diga sino porque tienes que meterte en el diálogo y adivinar, adivinar comprobar quién está hablando. Porque en el fondo todos hablan lo mismo todos participan de una misma cosmovisión de lo que es el bien y el mal y Higgins hace magistralmente eso que nadie hasta entonces lo había hecho. >> Higgins y en particular esta obra Los Amigos de Eddie Coyle es una de las cuatro, cinco mejores novelas del género. ¿Qué opina usted sobre esta consideración de Higgins y de Los Amigos de Eddie Coyle en el canon de la literatura negra? >> Yo creo que, yo creo que sobre todo en Estados Unidos está bien. Y además uno de los que lo dice es es, Dennis Lehane que encima tiene el componente más o menos chovinista o, o patriota de que es de Boston como, como Higgins, ¿no? . Y entonces, decía porque Lehane es muy de Boston, ¿no? Que ha sido muy de Dorchester de Boston lo que significa. Y yo me imagino que para un joven como Dennis Lehane que va escribiendo, que va leyendo y esas cosas que de repente alguien le hable de su, del Boston este que, que nos llega a través del imaginario normal como los Kennedy, la ciudad más culta más europea todas estas de las buenas sociedades. Pero él habla de otras cosas. Él habla de los perdedores de los chivatos de los, de los, porque en el fondo Eddie Coyle es un, es un pobre hombre atrapado por su propia historia. Pero historia con minúscula porque si todavía fuera una historia con mayúscula en esta, en esta pequeña. Y entonces Dennis Lehane como joven yo me imagino que lee eso y queda alucinado. Me dice este es un poco el camino que yo quiero recorrer y que después él hace en sus novelas sobre Boston. Porque Boston es una ciudad poco importante en la novela negra. Mucho más importante Nueva York mucho más importante Los Ángeles. Pero pocas ciudades tienen dos narradores como George Higgins y Dennis Lehane. >> Concretamente el mismo Dennis Lehane precisamente se pregunta que cómo es posible que un libro tan breve con apenas descripciones y sin héroes. De hecho acaba usted de apuntar que Eddie Coyle es casi, casi un anti héroe es un, es un, es un chorizo menor, quiero decir es, es un mero traficante de, de pistolas ni nada más de pistolas. Es decir de armas menores quiero decir casi, ¿no? por encargo. Y cómo es posible que haya, se haya convertido en una obra, una obra maestra en el género se pregunta él. >> Pues, sí realmente es un. Después de, yo creo que después de, del, del, del Higgins y de Eddie Coyle hay más. más narratividad, más narrativa sobre el anti ori. Yo creo que el, que el Eddie Coyle es un anti ori. Yo creo que casi no, ni se entera, es un pringao que diríamos ahora. Ahora es un poco tipo que se encuentra ahí porque por otra parte tampoco ha tenido muchas alternativas. En el fondo con la mujer lo que pretende es una televisión en algún momento. Cosas muy poco, muy poco. >> Está pendiente de entrar en la cárcel. >> Está pendiente de entrar en la cárcel. No sabe. Ha dicho o no ha dicho. Es este chantaje de qué es lo que hará o no. ¿Cómo es posible? Porque supuso un, todo un aire fresco. En los años 80 supuso todo una, toda una nueva forma de explicar las cosas. Sin Higgins no tendríamos por una parte a Dennis Lehane, que también juega mucho con los diálogos, pero, sobre todo con un personaje nos dejó hace dos años, un novelista como Elbore Leonard que también juega fundamentalmente con los diálogos. Cualquiera, y además no se si nos estará escuchando alguien en, en, en el curso que, que estáis haciendo sobre si quiere escribir o no alguien una novela o, o una novela negro criminal o simplemente una novela. Pero si uno quiere escribir una novela, y va a salir de, y va a haber diálogos, tiene que leerse Los Amigos de Eddie Coyle, porque aprenderá a hacer diálogos. >> Claro. >> Precisamente hablando de los diálogos, el mismo Dennis Lehane precisamente se refiere a ellos diciendo que, que, que, que nadie ha escrito los diálogos tan escabrosos, divertidos, incluso rayanos con la histeria, y ni, ni tan poderosamente auténticos, ¿no? En es, ese sentido, es evidente que, que manifiesta esa, ese entusiasmo que usted you advierte, que usted destaca en Dennis Lehane por los diálogos estos de, de Higgins en Los amigos de Eddie Coyle. ¿Cómo podríamos, diríamos? >> Es que. >> Resaltar, destacar, esa, ese, ese fluir, de la acción precisamente en el, en el mero intercambio de personajes pues por la mera conversación, el mero el, la tensión del, del diálogo, ¿no? >> La, la, me hubiera encantado conocer a, a Higgins y hablar con el un poco porque uno tiene la sensación, quiero decir, lo que pasa es que después te das cuenta cuando hablas con algunos autores, que, a veces lo que suena como sencillo es muy difícil, es decir, poder decir, hombre, es que diálogos como este los escribe cualquiera. Bueno, pues no. Seguramente, seguramente no. Pero uno no sabe si es que le sale a, a Higgins esta cuestión por, por el contacto que el tenía, porque recoge perfectamente lo que él, como abogado penalista conocía y tenía, o bien son diálogos trabajados minuciosamente medidos, digamos, porque parece que, como si fueran o bien son diálogos trabajados minuciosamente medidos, digamos, porque parece que, como si fueran como todas las grandes novelas, quiero decir, como las novelas fundadoras como El cartero llama dos veces, que no llega a 150 páginas, como el propio Cosecha roja o Alcón Malqués o Llave de, de, de cristal, no llegan a 200 páginas, como las mejores novelas de Simenón que no llegan a las 200 páginas. No es necesario explicar muchas cosas para que el lector consigas atraparlo, meterlo y jugar con él. Las, las novelas pequeñas, todas las novelas pequeñas han sido básicas en la, en la historia de la novela negra, ¿no? Quiero decir, ellas, Los Amigos de Eddie Coyle es muy pequeño quiero decir, como, como, como las primeras de Hammett, como las primeras de, de James Cane, como Los clásicos. Pero luego además él lo publica en un momento, quiero decir, que es un momento donde las editoriales están perdiendo baza frente a las, a la industria editorial. Las editoriales dejan de ser, es la época que las editoriales dejan de existir como, como ente cultural, para ser en grandes conglomerados en Estados unidos de, del entretenimiento. Es decir, donde las películas, la televisión son esto. A nosotros no, a nosotros nos llega a finales de los 70 cuando estamos descubriendo un montón de cosas en una colección, la primera El chivato, de, de Higgins, en una colección de Esfinge de Noguer que era una colección absolutamente ecléctica. >> Sí. >> Y tú podrías encontrar los primeros Lay Carter junto a un Root Rendel, junto a Robert Sheckley, que eran de ciencia ficción junto a los primeros, a algún Juan Madrid, autores muy desconocidos, y en esos desconocidos aparece El chivato, donde nadie te lo sitúa. >> Por cierto, rarísima, porque no se encuentra en librerías, ni se encuentran por ningún lado esa edición, ¿eh? >> No. No. Está, está desaparecida, ¿sabes? >> Me la encontré yo en un almacén de mi, mi de mi colección, de mi pequeña colección de casualidad, y que me llenó de satisfacción porque intenté localizarla por todas partes. >> No, no. >> Y no había manera. >> No. Se encuentran muy pocas de, de estas. Algo de iii y algo de los primeros Le Carré. Pero era una colección muy ecléctica, muy, en aquel momento, muy no, por ejemplo, con la contraposición de la de Bruguera, que era novela negra dirigida por Juan Carlos Martini, y, y, y auspiciada por Ricardo Rodrigo, el que ahora está en RBA, que era una colección más coherente, digamos. Era más novela negra, estaba Chandler, tal, los estos, Margaret Miller, Ross Mcdonald, todo esto. El Esfinge Noguer era una colección en un momento donde además no hay crítica literaria. No hay, hay un tipo de crítica literaria, pero no hay crítica literaria sobre novela negra. Nadie nos la sitúa. Y pasa desapercibido. Pero también pasa desapercibido en, en Estados Unidos porque no ha recuperado, Higgins no vive de la, de la, de la novela. Él es abogado fundamentalmente. No le preocupa mucho. Bueno sí, bueno, esta, estas cosas de, de, de. Entonces no, no, no hace giras, no, no planifica, no hace cuestiones y pasa desapercibido y afortunadamente, afortunadamente es una de las cosas que le tenemos que agradecer a Libros del asteroide, a Luis Solano que ha recuperado, que recupera a Leo Malet, recupera a George Higgins, con una traducción que yo estoy convencido porque. >> Altísima calidad. >> De que es de Montse Gurgui y Hernán Sabater que eran los mejores traductores que ha tenido la literatura estadounidense. Ellos han, han perfectamente el ambiente de la, lo que ha querido decir Higgins lo trasladan perfectamente a los lectores. Tengo la sensación de que la de El chivato no era tan buena. >> you. >> Era más, más seguramente trabaja. >> Más rápida. >> Más rápida, peor pagada y, y, y mucha, mucha. >> Buen inicio de edición y calidad para el momento. Pero, lo que tu dices, de quizá. >> Pero, yo recuerdo a Montse Ariguri y Hernán Sabater que son los dos grandes traductores, por ejemplo son los, los que han hecho posible que entendamos en castellano una, una obra tan compleja como la de Jensen Roy que es muy difícil, me imagino que es muy difícil. >> Sí. >> Entonces, volviendo a, volviendo a Higgins, bueno, Higgins es esa novedad en concreto. Las otras creo que tienen menos gracia, y hay que decir también que es una de las novelas recogidas no tanto en castellano, pero es de las pocas novelas de Higgins recogidas en La Cueva de Paya, por, por Javier Coma en esa dirección. en la versión catalana de la Cueva de Paya. >> Precisamente hablando de diálogos escabrosos, en Los amigos de Eddie Coyle, hubo algún caso de algún alumno que se refirió, o sea, que advirtió del, del uso de ejemplos con un lenguaje poco correcto que lo que podía, se habla ahora o se considera ahora lenguaje nada correcto en el sentido en que aparecían términos como en la edición del 78, negrazos referido a personas de color. O en la edición más moderna del 2011, negratas, para esos mismos personajes. ¿Qué opina usted sobre el, el uso de este lenguaje que podríamos decir más o menos escabroso e incluso en cierto modo violento en la novela negra, en la novela de género? >> Bueno, la novela de género, por ejemplo en los inicios de la novela de género, es profundamente machista, naturalmente, quiero decir, porque la mujer, la mujer solo era como muy especial. La, la mujer era la femme fatale de, de las rubias de, la, la, hechas en el cine por Lana Tarner o Bárbara Stanwyck que eran las grandes culpables, que los hombres éramos unos juguetes en manos de ellas. Ahora, desde luego si haces una lectura feminista de ahora, de lo que era, no eran los novelistas que eran machistas. Era simplemente toda la sociedad la que era machista. Tú no puedes, tú tienes que, hay un fenómeno que es el del argot. Es decir, desgraciadamente los delincuentes no van atracando de, oiga, por favor, ¿sería usted tan amable de levantar las manos, no mucho? ¿O se ha puesto desodorante por lo de las axilas? Y todo este tipo de, de cosas no ocurren. El argot es un fenómeno que, que, muy interesante. Por ejemplo, de vez en cuando, hace muy poco comentábamos que no existe argot delincuencial en catalán, porque el argot llega desde las cárceles, y el lenguaje de los bajos fondos en Cataluña, en Lérida, Barcelona, cualquiera, son fundamentalmente, hablan castellano. Es decir, bueno, ahora podríamos hablar de algunos financieros o directores de, de centros culturales que espero que vayan algún día a la cárcel que puedan hablar en Catalán. Pero desgraciadamente no, no contactarán con otros, con otros, con otros. >> Sería novela negra del oeste. >> Sería novela negra del oeste. Entonces, fíjate que hay una cuestión, por ejemplo, la única influencia del gitano, del, del caló, del lenguaje gitano en el castellano viene a través del argot delincuencial porque solo los gitanos se juntan con los, con los presos en las cárceles. Los gitanos, la separación entre payos y gitanos es brutal en la sociedad civil, pero en la cárcel todo se, todo se, se, se, se contraponen, ¿no? Y hay un, hay un argot que es de la época. Tú puedes decir ahora afroamericano, pero no puedes decir afroamericano a todos los negros porque los negros dominicanos no son afroamericanos, dominicanos o de otros que puede haber, ¿no? Quiero decir. Pero, pero yo creo que es una cuestión de lo políticamente correcto que en el caso de Higgins, en la, en la época de Higgins o en algunas épocas ni se le ocurría. No existía este concepto. Porque además yo recuerdo alguna anécdota como, de esto de lo políticamente correcto, de un guardia urbano pidiendo una identificación desde un coche de, en Jijón, un coche de la policía local que llama a la central diciendo, pida la identificación de un ciudadano de color con el documento. Y dice, de color con qué quieres decir, de qué color, dice, negro coño de qué color va a ser. Esto es un poco la tergiversación de algunas cuestiones. Cuando hablamos políticamente correcto por decir los subsaharianos que estamos mezclando en África y todos los negros no son iguales. Los subsaharianos ¿a qué se refieren? A los blancos racistas de Suráfrica que también son perejón Sahara por diferenciar de edad. Yo creo que lo políticamente correcto puede ser válido a niveles de no dañar determinadas sensibilidades pero no en el caso de un novelista. El novelista tiene la obligación de ser ni políticamente correcto ni incorrecto, tiene la obligación de ser real y verosímil. Es decir, y yo no me imagino hablando en lugar de negro, decir oye tú afroamericano a un consumidor de, o a un consumidor de crack por ejemplo. >> Para concluir y con mi agradecimiento y el de los seguidores de curso, ¿quería añadir alguna cosa más, destacar algo acerca de Higgins sobre la novela negra en general o de las dificultades de, de la librería, en particular del mundo este de, de los intermediarios? Y además que en su caso especializado un tipo de literatura tan concreta, ¿no? >> Hombre, al Higgins yo creo que como que estamos en este curso y eso, yo creo que you van a leer iii. Seguro, pueden leer otras cosas de Higgins. Son cortas, se leen muy rápido pero además yo diría si seguimos con Boston tiene que leer, tiene que leer a Deris Lehein que es el gran narrador en este momento que hace novela negra pero como decía un periodista de estos así muy académicos, muy prejuiciosos con respecto a la novela negra, qué pena que Lehein con lo bueno que es escriba novela negra. Pues bueno, hay gente para todo entre los críticos. Yo creo que la novela negra es, nos está tocando vivir tiempos duros. Quiere decir que la novela negra sirve para explicarnos la parte oscura que los periodistas no nos pueden explicar, no porque no sepan sino porque no pueden. Porque un simple periodista se enfrenta a los poderosos gabinetes de abogados de los poderosos de siempre de toda la vida. Y él va a tener que explicar, por ejemplo según que cosas tú nos puedes contar de un señor que se llame Millet y que todos conocemos aquí en Barcelona. Pero Jordi Borjas puede hacer un personaje que se llame señor Miret que tenga una secretaria, que tenga un gerente, que haya cheques que vayan para arriba y para abajo y el señor Miret no existe por lo tanto no puede, aunque todos sepamos quien es, no puede no puede querellas. Yo creo que la novela negra está ahí que ha venido, que se queda, que estamos bendiciendo los prejuicios que decir, estamos entrando en una universidad en los suplementos literarios, cosa que Higgins en su época tuvo que padecer este ghetto de la novela negra o la novela policial como su genero, como marginal, como poco literario. Entonces bueno decir you me gustaría a mi que muchos de los diálogos que encuentro yo para hablar de crisis matrimonial o de crisis existencial o de cualquier cuestión tuviera la calidad, la agilidad, la efectividad de los diálogos de Higgins, que you le digo que no es fácil, no se pudo aprender indudablemente en ninguna escuela de escritura. Y por lo demás como librero pues lo tenemos un poco, estamos una sociedad donde cada vez hay más tiempo de ocio de otra forma, donde el libro ha perdido su valor como refugio quizás como, yo he viajado poco pero, pero he viajado mucho a través de Misilloni a través de la novela negra. Esta mañana estaba hablando en un club de lectura sobre la Suráfrica de Lapargel y los incata, los iii, los tulus, los tal a través de una novela negra y creo que la novela negra, bueno a mi me ha explicado muchas cosas, me ha permitido tener esta librería que abrimos porque fuera un punto de encuentro, de refugio de todos estos libros que están dispersos por ahí, incluso de autores que están condenados, están condenados al olvido porque el mercado no permite suficientes ventas como para reeditarlos. Y entonces aquí tenemos pues desde algunos Thomson que todavía no ha sido reeditado, algunos de estos que no han sido reeditados, algunos de los textos de esfinge o algunos de los textos que asteroide ha recuperado o otros que no. Y esa una pena que los autores sean condenados porque en los libros, en este país no existe pena de muerte par alas personas pero existe pena de muerte para los libros. Un libro que no llega a la cifra de mercado que el editor de marketing del comercial ha decidido que es rentable queda absolutamente condenado a la guillotina y es textual, es guillotinado y hecho pasta de papel. Dentro de un tiempo, por eso es que a veces no encontramos libros de hace solo 10 años. >> Bueno y además ocurre una cosa que es que, me da la impresión, yo por las visitas que he podido hace a su librería me da la impresión que ustedes ofrecen no solamente ediciones vivas, ediciones de, últimas ediciones sino incluso ediciones de época, ediciones de resto, ediciones de en su momento que son capaces de revitalizar, de saber contar, de buscarle un sitio a la estantería y bueno de volvérselos a ofrecer a sus clientes, ¿no? >> Es que nosotros somos una librería que estamos llenos de novelas que protagonizan unos detectives y en cuanto podemos nosotros mismos protagonizamos, nos hacemos detectives. No como Don Quijote y Cervantes, sino que nos ponemos a ser detectives y a buscar libros que están descatalogados para el lector que nos pide. Y este es el papel del librero, yo creo que como libreros estamos bien, y como librero es un poco lo que en alguna ocasión decimos e insistimos mucho con la gente. Las series está muy bien, Breaking Bad es fantástico, True Blood detective, todas las que podamos decir no solo las suecas, del borde de killing fantástica, es decir nos gustan muy bien, nosotros también las consumimos, el cine desgraciadamente no vamos tanto como podíamos, la televisión afortunadamente nos ayuda mucho a leer, está mala en todas partes que crea lectores, quiere decir pero el libro siempre es una cuestión quizás por refugio de lo que fue y un poco lo que nosotros tenemos muy claro es que todo el mundo puede vivir como quiera y muchos piensan que se puede vivir sin leer novela negra y es cierto se puede vivir sin leer novela negra pero se vive mucho peor.