[MUSIC] Hola amigos, en esta tercera lección del curso vamos a seguir trabajando con algunos problemas de expresión en español actual. Con esta tercera lección finalizaremos la primera semana del curso. En concreto vamos a abordar cuestiones más de tipo sintáctico, como, por ejemplo, la negación expresiva o redundante, el orden de palabras, las oraciones disyuntivas, y finalmente el régimen verbal. En cuanto a la negación expletiva se trata de un fenómeno que ponen manifiesto la oración que aparece recogida en 1a. Donde vemos que aparece un no en la construcción, las normas estilísticas no son apenas una retórica huera. En la oración de 1b, en cambio, ese no, no aparece. Las normas estilísticas son apenas una retórica huera. Pues bien, lo que pone de manifiesto la oración de 1a, es el fenómeno conocido como negación expletiva. La gramática señala que el no expletivo es aquel no, que no aparece utilizado con su sentido propio, es decir, con el sentido de negación, sino que aparece como un elemento meramente expresivo y que, por tanto, no aporta significación alguna. Eso hace que sea totalmente prescindible en la oración. Así, ante dos oraciones, no me voy hasta que no me echen donde aparece no, o no me voy hasta que me echen. Se puede observar que, en ambas oraciones, son totalmente sinónimas, aportan la misma significación, y que por tanto el no que aparece en la primera de ellas y que está señalando en rojo es totalmente prescindible. En definitiva, el no expletivo es una cuestión que de alguna manera conviene evitar cuando se construyen oraciones. Sin embargo, la gramática señala algunas construcciones en las que es admisible este no expletivo. En concreto, se admite la negación expletiva, cuando se construye una proposición subordinada en la que el verbo principal es un verbo de duda o es un verbo de temor, como por ejemplo, Juan teme que no vaya a suspender el examen. También se admite lo expletivo en las construcciones comparativas, como por ejemplo, más vale ser feliz con poco dinero que no desgraciado con mucho. También es posible utilizar el no expletivo en las proposiciones temporales en las que aparece el hasta puntual, como no me iré de aquí hasta que no me echen, por ejemplo. También se puede utilizar en aquellas oraciones, pues retoricas o expresivas, como, por ejemplo, cuánto no habrá trabajado María para lograr ese puesto. Y finalmente se puede utilizar el no expletivo en las proposiciones en las que aparece un verbo de negación que a su vez está negado, por ejemplo, no niego que no tenga interés en el asunto. Por tanto, fuera de estos usos admisibles convendría no utilizar el no expletivo. Por tanto, en la oración que estamos analizando, donde se pretende hacer una equiparación de estos tres valores las normas no son apenas una retórica con no expletivo. Sería lo mismo, que las normas son apenas una retórica, o las normas apenas son una retórica. Vemos que, en cualquier caso, no es ninguno de los ejemplos en los que se admite el no expletivo. Y además, la oración que estamos analizando aparece también el adverbio apenas, que es un adverbio que es, además, negativo y por tanto you incluye en su significado, el valor de negación. Por tanto, debemos concluir que la oración que estamos analizando, ese no expletivo, no es correcto y deberíamos eliminarlo. A continuación, trataremos algunos aspectos relacionados con el orden de palabras. En concreto vamos a abordar un fenómeno que se denomina con el nombre de anáfora, y que ponen de manifiesto los ejemplos que aparecen recogidos en dos. La anáfora es un recurso expresivo que se suele utilizar para no repetir palabras en el texto, y por tanto, es un recurso que es muy adecuado para la economía dentro del texto. De modo que, a través de la anáfora nos referimos a un elemento que ha salido previamente en el discurso, sin tener que repetirlo en su totalidad. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, que son los ejemplos que aparecían en dos, tenemos pues, en primer lugar, una anáfora a partir de un pronombre como, lo, que se refiere a los supervivientes. Y tenemos en segundo lugar una segunda anáfora mucho más violenta y difícilmente recuperable en su referente que sería la que se establece entre no tenemos y algo de qué hablar. En este último caso, como algo y nada no son correferentes y por tanto no se puede recuperar la información de la anáfora, convendría, por tanto repetir el elemento pese a que ello fuese en contra de la economía del texto. Por tanto, la oración de 2a debería ser corregida, de manera que tendríamos la oración de 2b, pero no lo somos, supervivientes, este elemento quizás sí que sea más prescindible y sustituible por la anáfora. Pero el segundo sí que debería restituirse y no poner el elemento anafórico, de manera que tendríamos así que no tenemos nada de qué hablar. Pese a que, repetiríamos parte del texto aparecido previamente. A continuación, trataremos alguno aspectos relacionados con las oraciones disyuntivas, y en concreto la eliminación de elementos dentro de este tipo de construcciones. Por ejemplo, en la oración de 3a, se elimina el cómo, el quedar como un tonto o un sinvergüenza, en lugar de quedar como un tonto o como un sinvergüenza. En la oración de 3b, tendríamos la eliminación del prefijo ex, un prefijo que aparece separado de su base, bien contra ex novios o esposos. Y en la oración de 3c tendríamos la eliminación del crítico en cada uno de los verbos que lo rigen, medir, pesar, estudiar, analizar o educarla. Pues bien, en cuanto a este aspecto debemos tener en cuenta primero, que la conjunción o, manifiesta un valor polisémico, porque puede utilizarse con un valor disyuntivo, es decir, podemos decir Antonio o Francisco, blanco o negro, vencer o morir, en esa optatividad, esa opción uno, opción dos, que marcaría ese valor disyuntivo. Pero también podemos utilizarla con un valor conjuntivo, es decir, de suma, de adición, del mismo modo que utilizamos la conjunción copulativa y. Por ejemplo, el protagonista o el personaje principal de la fábula es Hércules, aquí estamos haciendo una suma de valores mediante la conjunción o. Pues bien, en la oración que aquí nos ocupa vemos cómo los valores que ponen en relación la conjunción o, son valores totalmente que no se pueden coordinar, decimos tonto o sinvergüenza. Por tanto, no es coherente el sentido con el valor conjuntivo que puede tener o, sino solo es coherente con el valor disyuntivo. Y ese valor disyuntivo solo se consigue de forma unívoca con la reiteración de la conjunción como. Por tanto, en la oración de 3a debemos restituir ese como que se ha suprimido. Así pues, la oración quedaría de la siguiente manera, ¿Están aquí por alguna razón que yo no alcanzo a comprender, para hacerme quedar como un tonto o como un sinvergüenza? Los otros dos ejemplos, los ejemplos de 3b y 3c, ponen de manifiesto otro tipo de cuestión, como es la de la condición de isla de las palabras. Esta condición, señala que no se permite la autonomía referencial, o sintáctica, de las partes o componentes de una palabra. Eso significa que desde la sintaxis no podemos acceder a distintas partes autónomas de una palabra formada. Así en ningún caso, por tanto, se va a poder eliminar un prefijo del segundo elemento dentro de las oraciones de tipo disyuntivo. Por tanto, en la oración de 3b, debemos restituir el segundo prefijo ex, y quedaría la frase de la siguiente manera, buscaban protección, bien contra ex novios o ex esposos. Lo mismo sucedería en el caso de los clíticos, que debemos también añadir cada uno de los verbos que lo rigen, así debemos pues repetirlos en cada uno de ellos. La frase de 3c, por tanto, quedaría de la siguiente manera, su completa oposición a todo intento de medirla, pesarla, estudiarla, analizarla o educarla. Para finalizar, vamos a tratar algunos aspectos relacionados con el régimen verbal que suscitan las oraciones de cuatro. En primer lugar, el verbo creer, y en segundo lugar, el verbo avisar. En cuanto al verbo creer, señala la gramática que tiene dos valores, un valor transitivo en la que el verbo creer si introduce una oración subordinada, debe aparecer precedida por la conjunción que. Creo que vendrán esta noche o creo que no hay remedio. También se puede usar con valor intransitivo, y en este caso, el verbo creer aparecerá seguido de la preposición en. Creo en la democracia o no creen en los potingues. La gramática señala que, cuando este verbo se construye con una proposición u oración de infinitivo, aparece introducido sin la conjunción. De modo que, en esta oración que estamos analizando, parece que existe una especie de fusión, ¿no? Entre ese valor en el que se puede hacer desaparecer la conjunción, que, con las proposiciones de infinitivo y aquellas en las que se debe mantener. De hecho, si realizamos una consulta en los corpus, podemos observar como el verbo creer, de forma mayoritaria, se construye con la conjunción, que. Puede observarse como hay 95 casos en 92 documentos en el corpus CREA. Por tanto, debemos concluir que la construcción que estamos analizando sería incorrecta puesto que, deberíamos añadir la conjunción, que. Así pues, debería quedar de la siguiente manera, ha optado por mantener el principio de negación y jugar la carta de la confrontación que cree que puede darle réditos electorales. En cuanto al verbo avisar, si consultamos en el Diccionario de Uso del Español, conocido como María Moliner, podemos ver que en este diccionario no se dan indicaciones sobre la construcción de este verbo con o sin preposición. Sin embargo, si vemos los ejemplos que este diccionario aporta, podemos ver que hay ejemplos, tanto de construcción de este verbo con la preposición de, y sin ella. Le avisaron que venía el guardia. No me habían avisado de que la carretera estaba en mal estado. Y, le avisé que se llevara el abrigo. Por su parte, Slager en el año 2004 en un libro bastante actual, señala que la construcción, avisar de, es la más usual, a pesar de que precisamente, delate de que es más frecuente omitir la preoposión. Sin embargo, indica que ambos usos son totalmente viables. Esta consideración de Slager, sin embargo, no queda ratificada por el uso, you que si realizamos una consulta en CREA podemos observar como es mucho más frecuente el empleo de este verbo sin la preposición, que con ella. También se puede observar este hecho en los eneagramas de Google, donde aparecen sobre todo libros, y vemos claramente, como es mucho más frecuente el empleo de este verbo sin preposición, que con la preposición. Además, si consultamos este verbo en el Corpes, en el CORPUS del español del siglo XXI, no solo podemos ver la dispersión geográfica de este verbo, con y sin preposición, sino también, como es mucho más frecuente en Español de América, utilizar este verbo sin el uso de esta preposición. Por tanto, se puede concluir que, en primer lugar, las dos versiones de este verbo, la que se construye con preposición y sin ella, son totalmente válidas en Español, pero que parece existir cierta preferencia por el uso sin ella, sobre todo en el Español de América. Sin embargo, esto se está extendiendo más allá de ese continente, y podemos decir también que en el Español peninsular está ganando el terreno la construcción de este verbo sin preposición, que con ella. Además, y para finalizar, advertimos que existen otros verbos de significado afín al verbo avisar, en los que también se está produciendo este fenómeno, como el verbo advertir, o como el verbo informar. En definitiva, con estos ejemplos hemos querido dar cuenta de algunos casos más de problemas de expresión en español actual, pero remitimos tanto a las referencias como las apuntes para hallar un análisis más pormenorizado y demás ejemplos de este tipo. Muchas gracias y hasta la siguiente lección.