[MUSIC] Hola amigos, en esta cuarta semana del curso vamos a iniciar un nuevo bloque temático que está destinado a trabajar las diferencias de estilo en una obra en concreto. Se trata de El guardián entre el centeno, que como es bien sabido es una traducción al español de la obra inglesa The Catcher in the Rye, de J.D Salinger y publicada en el año 1945. En estas lecciones y en las sucesivas vamos a analizar las dos versiones traducidas al español de esta obra inglesa. En ambos casos, la traducción ha sido llevada a cabo por Carmen Criado. La primera de esas traducciones se llevó a cabo bajo el tÃtulo El guardián entre el centeno y se publicó en el año 1978, esta versión vamos a denominarla versión a. Y la segunda traducción al español se llevó a cavo también bajo el mismo tÃtulo, El guardián entre el centeno, y se publicó en el año 2007, en lo sucesivo la denominaremos versión b. Por tanto, lo que aquà nos interesa es analizar las diferencias de expresión o de estilo entre estas dos traducciones al español. Y no vamos, por tanto, a detenernos ni en analizar la calidad de la traducción, ni tampoco en analizar la calidad literaria. you que, en este último aspecto, esta labor responderÃa a una disciplina a como la teorÃa literaria. En esta primera lección vamos a abordar estos tres aspectos en concreto. En primer lugar, la apelación al lector, en segundo lugar, el uso de los tiempos, y finalizaremos esta lección tratando algunos casos de concordancia. Queremos mencionar, respecto a la apelación al lector, que se trata de un recurso expresivo muy caracterÃstico de El guardián entre el centeno. you que, como es bien sabido, el protagonista es un joven adolescente de 17 años que relata sus experiencias haciendo, precisamente, continuas referencias a el lector mediante mecanismos de tipo apelativo. Empezaremos, por tanto, analizando precisamente estos mecanismos de apelación al lector. Por ejemplo, en las oraciones de 1 se puede observar distintas formas de apelar al lector. En el primer caso por la presencia de elementos que realizan esa función apelativa. Y en la segunda oración, porque hay esa ausencia de esos mecanismos de apelación. En 1a se señala, pero les juro que estoy completamente loco. Ese, les juro que, es una referencia directa al lector y por tanto serÃa un mecanismo para realizar esa función apelativa. En el caso de 1b, pero estoy loco. Lo juro por Dios. Se matiza de forma bastante drástica esa apelación a el lector. En el caso de las oraciones de 4, tenemos, en cambio, una distinta formulación de la exposición de esa apelación al interlocutor. Es decir, se utilizan distintos procedimientos para esa función apelativa. Por ejemplo, en el caso de 4a. ¡Jo! ¡No se puso furioso ni nada! En este caso, los elementos de negación dentro de esta estructura exclamativa, serÃan los que realizarÃan esa función apelativa. Por el contrario, en la oración de 4b. Jo, cómo se enfadó. Vemos como es precisamente ese pronombre exclamativo, esa exclamativa indirecta, la que realizarÃa esa función apelativa. Pues bien, analizaremos en primer lugar esa manifestación explicita de la apelación al lector. Y después veremos los distintos mecanismos que se utilizan en las dos versiones para desarrollar esta función apelativa que es tan importante en el texto de El guardián. Empezaremos, como decÃamos, por la manifestación explicita de esa apelación al lector que, cómo se puede observar, a veces puede no aparecer. Eso es lo que ejemplifican, pues, los casos que aparecen escogidos en 1, en 2 y en 3. En el caso de 1, es el que acabamos de observar previamente, donde tenÃamos ese, les juro que estoy completamente loco, que como decÃamos, en la versión de b, pues apenas aparece explicitado. En, lo juro por Dios, se pierde de forma bastante importante esa función apelativa. Pero también hemos recogido otros casos en los que en la versión de a se manifiesta la apelación, mientras que en la versión de b no aparece prácticamente esa apelación. Por ejemplo, en el caso de 2a, a pesar de todo soy un tÃo bastante sano, no crean. Ese, no crean, es una clara referencia al lector, que desaparece la versión de 2b, aunque estoy bastante sano. Lo mismo sucede en la oración de 3a, sé que es un tipo de cobardÃa bastante raro, la verdad, pero aún asà es cobardÃa. No crean que me engaño. Donde los segmentos subrayados son aquellos segmentos que realizarÃan esa función apelativa y que, como se puede observar, en el ejemplo de 3b quedan reducidos a una única expresión, si lo piensas bien. Por tanto, podemos observar, a raÃz de estos ejemplos, que la versión de b suele matizar más esa función apelativa, que la versión de a. Como hemos señalado en ocasiones, en ambas versiones se ofrece esa apelación al lector, pero las fórmulas empleadas en cada una de ellas son distintas. Estos son los casos que aparecen recogidos en 4. En la versión de a, por ejemplo, se realiza esa apelación al lector, mediante una negación exclamativa. Que, por el contrario, en la versión de b se sustituye por una exclamación de tipo indirecto. De este modo se observa en los ejemplos que aparecen a continuación. No se puso furioso ni nada, se puede observar cómo los elementos negativos son los que realizan esa función apelativa. En cambio, en la versión de b, cómo se enfadó, es el pronombre exclamativo en esa exclamativa indirecta, el que realiza tal función. Y lo mismo sucederÃa con el resto de ejemplos. No me sentÃa poco raro, frente a que raro me sentÃa. No me estaba poniendo poco nervioso, frente a que nervioso me estaba poniendo. No estaba poco preocupado el tÃo, qué preocupado se le veÃa. Y, finalmente, no era poco nerviosa la tÃa, frente a qué nerviosa era. Por tanto, aquà tenemos dos procedimientos distintos, en este caso para la misma función, que serÃa la de la apelación al lector. También tenemos alternancia en la apelación mediante el uso de fórmulas diferentes. Aquà por ejemplo en los casos de 5, aparecerÃa la diferencia entre si quieren que les diga y si quieren saber la verdad. En el primer caso, si quieren que les diga, en ocasiones no aparece exactamente esta construcción, sino que se da alguna variante, ¿np?, en alguno de los elementos de esta expresión, pero, al fin y al cabo, expresarÃa lo mismo. Por ejemplo, en los casos recogidos a continuación. Si he de serles sincero les diré que soy virgen. De verdad. En cambio la oración de 5, si quieren saber la verdad, soy virgen. De verdad. Vemos cómo se repite el caso de la fórmula de verdad, pero, en el primer segmento difieren de forma bastante leve, pero, al fin y al cabo, son expresiones diferentes, ¿no? En la segunda oración, si quieren que les diga la verdad, el tÃo que me cae mejor, frente a la versión de b, si quieren saber la verdad, el tÃo que más me gusta de, etc. Y a asà en el resto de oraciones. Por tanto, aunque la fórmula es bastante semejante, en realidad no es exactamente la misma, aunque la función sà que lo es, que es la de la apelación al lector. Otras fórmulas que se utilizan en las dos versiones para realizar esta apelación son las que aparece en 6. En la versión de a, por ejemplo, se señala, como iba diciendo, y esa seria la fórmula para realizar la función apelativa. Mientras que la versión de b, la fórmula utilizada es bueno, pues. Y aquà sà que vemos como hay una diferencia bastante importante entre las fórmulas seleccionadas. Obsérvese en los ejemplos, pero como les iba diciendo, cuando me metà en la cama, frente a la versión de b, bueno, pues cuando estaba en la cama. O, en la siguiente oración, pues, como iba diciendo, era diciembre y hacÃa un frÃo que pelaba, frente a bueno, pues era diciembre y todo eso y hacÃa un frÃo que pelaba. Y asà sucesivamente con el resto de oraciones. Por tanto, aquà si que hay una diferencia bastante importante entre las dos fórmulas utilizadas, si bien la función, como decÃamos, es la misma, que es la función apelativa. Pues bien, a continuación analizaremos otro recurso distinto, que es el uso de los tiempos y que se aprecia a partir, por ejemplo, de los casos de 7. En la versión de a podemos observar cómo se opta por la forma, divertÃamos, frente a la versión de b en la que se sustituye esta forma verbal por otro tiempo diferente como, nos divertimos mucho. Si analizamos este ejemplo en concreto, vemos como el cambio que se produce es de un imperfecto, como divertÃamos, a un pretérito, como divertimos. Esto se debe por el segmento que aparece previamente a ese verbo, pero durante una temporada nos divertÃamos, en el caso de a, frente a durante una temporada nos divertimos mucho, en la oración de b. El cambio de imperfecto por pretérito se debe seguramente, pues, a ese interés de acercar los hechos pasados lo máximo posible al tiempo presente del lector. Y eso se consigue, pues cambiando el imperfecto por el pretérito. Del mismo modo sucede cuando se utiliza el cambio de pretérito a perfecto compuesto, como en los casos que aparece en 8 y que se ilustran en las dos versiones, la versión a y la versión b. Se puede observar, por ejemplo, como en las versiones que aparecen en 8a, ¿cómo es que vuelves a esta hora si ella solo habÃa pedido permiso hasta las nueve y media? ¿La hiciste llegar tarde? Aquà utilizamos los tiempos del pretérito, frente a la versión de b, que cambia esos tiempos por los del perfecto compuesto. Vaya horas de volver si ella habÃa firmado solo hasta las nueve y media. ¿La has hecho llegar tarde? Y lo mismo sucede en las siguientes oraciones. ¿Le distes recuerdos mÃos? SÃ. ¿Qué dijo? ¿Sigue dejando todas las damas en la fila de atrás? Es la versión a, frente a la versión b que utiliza el perfecto compuesto ¿Le has dado recuerdos mÃos? Le pregunté. SÃ. ¿Qué ha dicho? Le dije, ¿le has preguntado si sigue dejando todas las damas en la fila de atrás? De nuevo vemos cómo todavÃa se produce más ese acercamiento de los hechos del pasado de la narración, al tiempo presente de el lector. Finalmente, analizaremos algunos casos relacionados con la concordancia. En primer lugar, los que suscitan ejemplos como los que aparecen en 8, donde tenemos, porque a mis padres les darÃa un ataque. Frente a la versión de 8b, que señala, porque a mis padres les darÃan dos ataques por cabeza. Lo que pone de manifiesto o ponen de manifiesto estas dos oraciones, es una cuestión relacionada en español con los plurales que tienen el sentido de parejas o también de varios singulares. Es decir, cuando utilizamos el sustantivo, padres, nos podemos referir tanto al padre como a la madre, por un lado, y por otro lado, a dos padres, es decir, padre uno más un padre dos. Y eso es lo que a veces motiva a esa ambigüedad, que se haga necesario distintos recursos para deshacer de esa ambigüedad. Por eso, quizás, esa haya sido la motivación de la versión de 8b, es decir, que se haya cambiado ligeramente la expresión para, pues, evitar esa ambigüedad. Y por eso se señala, a mis padres les darÃa dos ataques por cabeza, es decir, uno al padre y otro a la madre. Sin embargo, consideramos que la oración de 8a no presenta tal ambigüedad, you que se entiende perfectamente que cuando se refiere a, mis padres, se hace referencia al padre y a la madre, y no a padre uno más padre dos. Por tanto, consideramos que no es del todo adecuada el cambio de 8b, y por lo tanto, serÃa totalmente válida en español la oración de 8a. Otra cuestión de la concordancia se pone de manifiesto en las oraciones de 9. Se puede observar en 9a cómo hay una concordancia de sentido que no es necesaria en la oración de 9b. Dice la oración de 9a, faltaban pocos minutos para la cena y habÃa anochecido bastante, pero nosotros seguÃamos dale que te pego metiéndole puntapiés a la pelota. Estaba you tan oscuro que casi no se veÃa ni el balón, pero ninguno querÃamos dejar de hacer lo que estábamos haciendo. En este caso, ¿por qué decimos que hay una concordancia de sentido? Pues, al aparecer el indefinido, ninguno, delante de del verbo, deberÃamos realizar la concordancia gramatical con este elemento, es decir, deberÃamos decir, pero ninguno querÃa dejar de hacer lo que estábamos haciendo. Sin embargo, la concordancia querÃamos se realiza a partir del pronombre nosotros, por tanto, que no aparece al lado de ese verbo. Por tanto, es una concordancia de sentido, you que en realidad lo que deberÃamos señalar aquà es que ninguno de nosotros querÃamos. Sin embargo, se realiza de forma ad sensum, es decir, por el sentido y no por la concordancia de tipo gramatical con el indefinido. Esto sÃ, por el contrario, en la oración de 9b no se produce, ¿por qué? Pues porque no aparece explÃcitamente indefinido, y se señala, pero no querÃamos dejar de hacer. Simple y llanamente, concordando con el pronombre, nosotros, que ha aparecido previamente en la oración. Pues bien, con esto finalizarÃamos esta primera lección, no sin antes, y como siempre, remitir a las referencias bibliográficas y, sobre todo, a los apuntes donde aparecen detalladas estas explicaciones y se analizan otros ejemplos. Muchas gracias y hasta la próxima lección del curso.