[MUSIC] Hola amigos. En esta tercera lección de la sexta semana del curso vamos a finalizar con el análisis de las diferencias de estilo en El cazador oculto de 1961 en la versión de Méndez de Andes y de 1998 la versión de Pedro Rey. Señalamos de nuevo que vamos a establecer un contraste con las dos versiones realizadas al español por Carmen Criado, la primera del año 1978 y la segunda del año 2006. En esta tercera lección vamos a abordar los siguientes asuntos. En primer lugar los insultos reniegos y otro léxico de carácter coloquial, y finalizaremos esta presentación hablando sobre las expresiones soeces de particular relevancia en la obra de Salinger. Empezaremos, como decíamos, trabajando sobre los insultos, los reniegos y otro léxico de carácter coloquial. Para ello queremos aludir al estudio de Aguilar 2007, quien señala que el lenguaje obsceno y los vulgarismos son una de las características definitorias del idiolecto del protagonista de Holden Caulfield. Porque impactan, you que se establece un contraste por el origen social del protagonista, porque son una manifestación de rebeldía y porque realzan la riqueza emotiva del texto. Así pues, si establecemos un análisis de los distintos insultos que aparecen en la obra y en las distintas versiones que estamos analizando, podemos observar cuestiones muy interesantes. En primer lugar, si observamos la traducción de Méndez de Andes del año 61, podemos ver como hay un insulto que destaca por encima del resto y es cochino, que aparece hasta en 48 ocasiones. Si bien es cierto que también hay otros insultos que parecen de forma bastante recurrente como por ejemplo tarado, la diferencia con respecto a ellos es bastante importante. Por tanto, podemos decir que hay un insulto que predomina frente a los demás, que en este caso es cochino. Lo mismo sucede en el caso de Carmen Criado 2006. Podemos observar que hasta en 62 ocasiones aparece el insulto asqueroso y sus derivados, de modo que podemos considerar que en esta versión este es el insulto preferido, es el predominante. Es cierto que aparecen otros, como por ejemplo, cretino y sus derivados, con 22 casos, pero se hallaría bastante distanciado de esos 62 que hemos mencionado. En cambio, en las otras dos versiones, la de Carmen Criado del 78 y la de Pedro Rey, no parece tener una tendencia tan clara a la hora de seleccionar un insulto. Es cierto que, bueno, pues en el caso de Pedro Rey tenemos 26 casos de estúpido, y en el caso de Carmen Criado 78, tenemos 24 en el caso de tontería y sus derivados. Pero, no hay una distancia tan grande, como hemos visto en los otros dos casos, respecto a otros insultos que también son bastante frecuentes. Como por ejemplo, los 17 casos de cretino y sus derivados en Carmen Criado 78 o los 20, por ejemplo, de cretino y sus derivados en Pedro Rey 98. Por tanto, en este sentido destacarían las versiones de Méndez de Andes y Carmen Criado 2006 por seleccionar exclusivamente y de forma predominante un insulto de todos los que aparecen en la lista. Si nos centramos en la variante peninsular, también podemos observar una cuestión muy interesante, y es que las versiones de Carmen Criado tienen una serie de insultos que no aparecen en las versiones argentinas. Lo cual demostraría que estaríamos ante insultos muy locales, muy pertenecientes a el español de España. Queremos destacar sobre todo por su frecuencia los dos primeros, hortera y puñeta, que aparecen con bastante frecuencia en las dos versiones de Carmen Criado. Y que, en cambio, apenas se recogen en las versiones argentinas de la obra de Salinger. A continuación vamos a comentar algunos casos interesantes, que nos parecen además muy curiosos y que merecen un análisis. El primero es el caso de un reniego que es exclusivo de España y que aparece en la versión de Carmen Criado de 2006. Es el caso del reniego, rediós. Como se puede observar en los distintos ejemplos de la diapositiva, las soluciones que aparecen en el resto de las versiones de la obra de Salinger, son diferentes. Por ejemplo, en Méndez de Andes, ¡por el amor de Dios!, en Carmen Criado 78, ¿no te fastidia?, o en Pedro Rey, ¡por favor! Y en cambio, Carmen Criado en el 2006 lo cambia por rediós. Cambio que nos parece muy oportuno, que nos parece muy preciso, porque precisamente esta palabra, rediós, es una palabra que está marcada desde el punto de vista diastrático como perteneciente a un registro informal y sobre todo, podríamos señalar, que incluso rural o rústico. Que va muy bien con el protagonista que emite esta frase, que es un taxista de Nueva York. Por tanto, muy ajustado, muy preciso el empleo de este rediós tan adecuado en este contexto. Si bien hemos de señalar que este rediós sería una palabra muy exclusiva del español peninsular, tal como se puede observar en la consulta al CREA. Vemos que es una palabra no demasiado frecuente, solo aparece en 18 ocasiones, pero en cualquier caso todas ellas pertenecen al español de España. Por tanto, aunque es una selección muy adecuada por el contexto, también debemos tener en cuenta que se trataría de una selección muy adecuada para también el español de la península. Otro caso interesante es el caso de Mac, que resulta, por lo pronto, curioso. Vemos cómo se utiliza en el original en inglés, dice Mac para aludir a cualquier persona. Con esa clara alusión, ¿no?, a ese Mac escocés que se utiliza frecuentemente. Y lo que resulta de interés es ver cómo la versión de Méndez de Andes conserva el Mac que aparece en la versión inglesa, sin ningún tipo de traducción, como se observa en el ejemplo. Por el contrario, las otras versiones que estamos analizando sustituyen ese Mac por la palabra amigo. Méndez de Andes resulta ser tan coherente en ese empleo, en ese mantenimiento de Mac, que incluso lo sigue conservando cuando el original inglés no lo utiliza, como es el caso que aparece en la diapositiva. Fíjense cómo en el original aparece la palabra, bud, pero en cambio, en Méndez de Andes se sigue utilizando Mac. En cambio, en las otras versiones, pues se sigue apostando por la palabra amigo. Hacemos notar que quizás en este contexto podíamos utilizar la palabra capullo, que también se adecuaría a ese tono informal que aparece en el fragmento. Lo que ocurre es que deberíamos tener presente que se trataría también de un localismo claro del español peninsular. Otra opción que también nos parece interesante y que aporta Carmen Criado en el 78, es su sustitución por la palabra chaval. Pero, hemos de tener presente de nuevo que se trataría también de una palabra bastante mucho más utilizada en el español peninsular, como se observa en CORPES. Donde la mayoría de los ejemplos pertenecen a esta variante del español. En cuanto a las expresiones locales pero que se ciñen a la variante argentina, queremos comentar algunos ejemplos. Por ejemplo, lo que aparece en la diapositiva es el empleo de el verbo me aplace, junto con el verbo llevar una asignatura, que son propios de esa variante argentina que señalábamos. Por el contrario, en las versiones del español peninsular estos verbos, estos usos más locales, se sustituyen en primer lugar por el verbo más general, que es el verbo suspender. Pero también se utiliza en Carmen Criado 78 un localismo del español peninsular, como es el verbo catear. Otros ejemplos semejantes sería los que aparecen a continuación, donde Méndez de Andes utilizar decir vulgaridades en el sentido de decir mentiras o decir cuentos. Que en Pedro Rey en el año 78 se sustituye por el verbo versear, que según Chuchuy y su diccionario de americanismos significa decir mentiras. Y como se puede observar en las versiones de Carmen Criado, se utiliza meterle cuentos o bien enrollarme. Si acudimos al verbo versear, podemos observar a partir de su consulta en el CORPES que precisamente se trataría de un verbo exclusivo con ese significado obviamente del español de América. Y en concreto de ciertas zonas entre ellas el español argentino pero también el de Chile, el de Colombia y el de Uruguay. Respecto al léxico despreciativo que se utiliza en muchas ocasiones con ese valor sarcástico, nos gustaría hablar sobre todo de el ejemplo que aparece en Carmen Criado 78 por su contraste con las soluciones con las que se opta en las otras versiones. Véase por ejemplo, Méndez de Andes utiliza a príncipe, pibe, Pedro Rey utiliza también príncipe y nene, y la propia Carmen Criado en el 2006 utiliza príncipe y criatura como derivado de crío. ¿Qué ocurre con ese encanto y ese tesoro? Bueno, pues según Seco en su Gramática del 72 señala respecto a esto que es típico del habla femenina informal el uso abundante de diversos recursos de ponderación así como el empleo, raro en boca de hombres, de adjetivos como mono, con el significado de lindo y rico con el significado de encantador. Por ejemplo, llevaba un pañuelo muy mono o qué niño más rico. Y también de nombres calificadores como monada, ricura, sol, cielo o encanto. Queremos decir con esto que quizás Carmen Criado observó está cuestión, es decir, que el uso de encanto era más propio del habla de una mujer que del habla de un hombre y que como en ese pasaje precisamente hablaba un hombre era más adecuado sustituirlo por otro tipo de sustantivo. Y en este caso pues utilizó el sustantivo criatura. A continuación vamos a observar algunas cuestiones que podrían pensarse que se trata de expresiones de marcado carácter argentino pero que en realidad una consulta de distintas fuentes nos muestra que quizás su frecuencia sea mayor en esa variedad pero que podían también usarse fuera de esta variedad. Por ejemplo, se trataría del caso que aparece en Méndez de Andes 61 del empleo de la palabra el punto, que en otras versiones se sustituye por imbécil o por idiota. Pues bien si acudimos a la consulta en el diccionario de uso de español de la palabra punto, podemos observar en la sección número 29 que María Moliner indica que se aplica como nombre calificativo a una persona pícara o sinvergüenza, aveces benévolamente. Y remite también a punto filipino que significaría lo mismo. El diccionario de Chuchuy se halla en consonancia con esto que acabamos de afirmar e indica que se usa para referirse a un nombre cuyo nombre se desconoce, se ha olvidado o se omite deliberadamente para expresar desprecio. Es decir, sería semejante al español peninsular tío o a fulano en el caso también del español peninsular o del español de Argentina. Pero ninguno de los dos diccionarios se señala que se trate de un localismo de la variante argentina, por tanto, pese a que aparece más en esta variante del español podría ser utilizado fuera de ella. Otro caso semejante sería el empleo de ponerse borracho, es decir, de ese uso ingresivo con esta perífrasis. Como se puede observar si se contrastan las dos versiones argentinas con las dos del español peninsular podemos ver como las argentinas utiliza la perífrasis ingresiva mientras que las del español peninsular, las del español peninsular se hace el uso del verbo emborrachar. Pues bien, esto podría suponerse también algo propio del español de la Argentina. Sin embargo, podemos ver cómo en otras frases que son habituales en el español peninsular pues también hacemos este uso ingresivo, como puede ser ponerse ciego o ponerse morado. Y también podemos utilizar ese valor ingresivo de iniciar un estado con frases como las siguientes, ponerse, podemos ponernos pesados, nerviosos, tristes, contentos, etc. Por tanto, quizás podríamos matizarnos el localismo de esa expresión aunque aparezca utilizado más en las versiones argentinas que las versiones del español peninsular. Finalizaremos esta lección hablando sobre las expresiones soeces y en concreto con tres que you hemos trabajado en lecciones anteriores del curso que son cabrón, hijo de puta y la versión sintética hijoputa. Vamos a trabajar estas tres palabras puesto que son las que como hemos señalado, hemos trabajado en las versiones de Carmen Criado y ahora vamos a añadir la información respecto a las dos versiones argentinas. La tabla resume un poco los resultados de el análisis de estos insultos soeces. Podemos ver como en Méndez de Andes 61 no se utiliza ninguno de estos insultos soeces. Salvo el caso de hijo de con puntos suspensivos que aparece en dos ocasiones. Pedro Rey sí que utiliza en concreto y exclusivamente en 17 ocasiones hijo de puta y Carmen Criado sí que es quizás pues la traductora que utiliza con más amplitud estos tres insultos, sobre todo en su versión del año 78, en la que destaca de forma bastante importante el empleo de cabrón, que es la más frecuente, usándola hasta en 25 ocasiones. Algo que es muy significativo que luego desaparezca totalmente en su versión del año 2006 que, como se puede observar, apenas se utiliza, no hay ningún caso frente al uso de hijo de puta y de la versión sintética hijoputa. En el siguiente cuadro aparecen las distintas opciones que se utilizan en las distintas versiones para el insulto cabrón. Se puede observar cuales son esas versiones en Méndez de Andes, en Pedro Rey y en la propia Carmen Criado, y en los 25 casos como hemos señalado del uso de cabrón en Carmen Criado 78. Lo mismo reflejamos en esta tabla respecto al insulto hijo de puta y también a su versión sintética hijoputa. Como se puede observar es predominante sobre todo en las versiones de Carmen Criado y de Pedro Rey, apenas se utilizan en Méndez de Andes porque se utilizan otras expresiones como degenerado, tarado y malparido. En resumen, vemos como Méndez de Andes prefiere expresiones malsonantes pero no soeces. Que Carmen Criado en el 78 usa un término exclusivo que no usan los demás versiones pero que luego abandona, que Pedro Rey en el 98 usa expresiones soeces pero que son de difusión más general en la lengua. Y que Carmen Criado en el 2006 difiere de su propia versión efectuada en el 78 y es más coincidente en las opciones que utiliza esta nueva versión con las que utiliza el propio Pedro Rey. Con esto terminamos está tercera lección del curso, como siempre remitimos a las referencias bibliográficas y sobre todo a la lectura atenta de los apuntes donde aparecen detallados estos y otros ejemplos. Y como esta es la última lección del curso, queremos agradecerles el seguimiento que han llevado a cabo y esperamos que les haya gustado y que hayan disfrutado con él. Muchísimas gracias.