Una vez que hemos determinado y estudiado que hay políticas generales, estructurales, gerenciales y cuál es la importancia de ellas en el Departamento de Crédito, nosotros tendremos políticas que pueden ser o liberales o conservadoras. Las políticas liberales y conservadoras del crédito para la emisión de nuestros créditos tendrán que ir muy de la mano con: el tipo de producto que nosotros estamos ofreciendo; el tipo de clientela; las condiciones económicas, políticas, sociales que imperan en la economía al momento de tener la operación. Es por eso que nuestras políticas siempre tendrán que ser adaptativas; nunca serán vigentes durante períodos muy largos y, lo más importante, las políticas siempre estarán sujetas a revisión. ¿Por qué? Porque las condiciones del mercado pueden cambiar y porque la misma economía es diferente en un periodo que en otro. Empecemos por las políticas liberales. Las políticas liberales son aquellas que ejercemos cuando el volumen de ventas es alto dentro de nuestra empresa; cuando la empresa comercializa un producto temporal o cuando el capital de trabajo de la empresa es negativo, es decir, que el pasivo a corto plazo excede el activo circulante; cuando la empresa cuenta con una gran reserva de inventarios y queremos hacer que este inventario salga al mercado, utilizaremos también políticas de corte liberal; cuando los precios de venta de los productos estén a la baja; cuando la empresa desea penetrar nuevos mercados, en ese momento aplicamos una política liberal que nos abra la puerta a un nuevo mercado; cuando la utilidad generada por los productos es alta y tenemos un colchón suficiente para poder absorber las posibles pérdidas en caso de incobrabilidad; cuando queremos expandir el número de clientes; y cuando el producto está en declive y deseamos darle circulación en el mercado. En todas estas condicionantes, las políticas liberales, es decir, que sean más fáciles y más laxas en el otorgamiento, son bienvenidas. Por otro lado, cuando la economía del país no es la mejor, recurriremos a las políticas conservadoras. Si la situación económica del país nos impide asumir riesgos, entonces la política conservadora nos permitirá tener una racionalización del crédito que otorguemos; cuando los inventarios son escasos y son pocos, también debemos cuidarlos con una política restrictiva; si la demanda supera la oferta, la política restrictiva nos ayudará a nivelar el mercado; por otro lado, si el margen de utilidad de los productos es corto y es limitado, requeriremos de una rotación de inventarios que respalde nuestros clientes leales, en ese momento le cerraremos la llave al crédito de la empresa; si las condiciones en el mercado son inestables o si la empresa trabaja por pedidos exclusivos y los artículos producidos son colocados con otros clientes, recurriremos a las políticas que son más restrictivas para poder salvaguardar nuestros productos y a nuestros clientes; si el costo de producción del producto es muy elevado y no tenemos un margen amplio para poder operar, también tendremos políticas restrictivas; si el tiempo de elaboración del producto es largo, eso incide en el capital de trabajo y en el ciclo financiero, por lo cual debemos cuidar los recursos financieros de la empresa y tener políticas restrictivas; finalmente, si la maquinaria con la que producimos los artículos es costosa y se puede dañar fácilmente, su recuperación será tardada y complicada, por eso tendremos una política restrictiva en todos estos casos. Es por eso que las políticas restrictivas o liberales del crédito pueden poner en un dilema a la empresa o bien, pueden ser su salvación. Escoger claramente la política liberal o la política conservadora de los créditos que otorgaremos es importantísimo en la función crediticia. Poder analizar al cliente, las condiciones del mercado y la economía es función principal de todo administrador financiero y del departamento de Crédito y Cobranza. Si queremos analizar las situaciones en las que tenemos una política liberal o una política conservadora, empecemos por la competencia. Si no existe competencia, tendremos una política conservadora. En tanto que, si hay una gran competencia de nuestro producto, aplicaremos una política liberal. Si el margen de utilidad es estrecho, confiaremos en las políticas conservadoras, mientras que si el margen de utilidad es bastante amplio, nos favorecerá una política de corte liberal. Si el volumen de ventas es poco, tendríamos que optar por una política conservadora. En cambio, si vendemos muchos productos, las políticas liberales serán una mejor opción. Si la demanda de nuestro producto es elevada, podríamos tener una política conservadora. Sin embargo, si la demanda de nuestro producto va a la baja y está en franca decadencia, utilicemos una política liberal para poder promover nuestro producto en el mercado. Si el nivel de inventarios es bajo, seamos conservadores con el crédito. Sin embargo, si tenemos exceso de inventarios, una política liberal nos ayudará a que nuestro inventario pueda rotar más fácilmente. Si tenemos una mala posición de efectivo, tenemos que ser cuidadosos con el ciclo financiero y el capital de trabajo, favoreciendo así la implementación de políticas de corte conservador. Sin embargo, si tenemos mucha liquidez y un buen saldo en efectivo, hagamos uso del crédito para poder vender más, sabiendo que tenemos un respaldo en nuestras cuentas corrientes. Si las condiciones económicas son de incertidumbre, apliquemos políticas conservadoras. Más vale estar prevenidos en caso que las condiciones no cambien en un futuro próximo. Sin embargo, si la economía del país es prometedora, usemos políticas liberales que coadyuven al crecimiento económico. Por último, si nuestros productos son conocidos en el mercado, apliquemos una política conservadora. Esto permitirá mantener el nicho de mercado de nuestro producto y que siga desplazado en ese segmento. Si, por otro lado, tenemos productos nuevos que queremos lanzar al mercado, apliquemos una política liberal. Esto, a través del crédito, permitirá que más gente y más consumidores conozcan y aprecien nuestro producto y, de esa forma, lo empezaremos a colocar en el mercado. Es por eso que conocer las condiciones económicas, políticas, sociales, tecnológicas, de aceptación del cliente, de nuestro producto, del mercado, son importantísimas para poder determinar si tenemos una política conservadora o una política liberal. Aplicar una política liberal cuando es de corte conservadora, podrá en grave equilibrio la estructura financiera de la empresa. Es por eso que en todo momento debemos evaluar y saber qué condiciones imperantes existen. Aplicar una política de corte conservadora o de corte liberal implica una revisión exhaustiva de nuestras políticas en plazos que pueden ser cada dos años o cuando las condiciones cambien significativamente. ¿Están listos para poder determinar si sus políticas son de corte conservador o corte liberal?