Como hemos comentado en vídeos anteriores de esta sesión,
uno de los aspectos más trabajados de la literatura que estudia los
procesos de implementación son los actores de éxito o fracaso en la implementación.
Una manera interesante de poder abordar el
análisis de estos factores es clasificarlos según su naturaleza.
Una propuesta la podemos recoger de acuerdo a autores como Sabatier y
Mazmanian que nos proponen clasificar estos factores de la siguiente manera,
un primer grupo de factores serían características del propio problema que
vamos a abordar con la implementación de un determinado programa,
es decir características sobre la tratabilidad del problema.
Otro grupo de factores harían referencia a atributos del
programa que vamos a implementar o de la política pública que
hemos definido y que vamos a desplegar y un tercer grupo de factores harían
referencia a características del entorno económico, político, social,
tecnológico, etcétera, es decir aspectos que no necesariamente forman parte
de la definición interna del programa que vamos a desplegar.
Si nos centramos en el primer grupo de factores, es decir aquellos relacionados
con la tratabilidad del problema que vamos a abordar, podríamos por ejemplo apuntar
factores como la disponibilidad de teorías o tecnologías probadas para
acatar este problema, por ejemplo si podemos observar a nivel comparar
qué hay en otros países o en otros ámbitos el mismo tipo de intervención que nosotros
queremos desplegar you ha sido de manera positiva utilizada en otros ámbitos,
esto nos puede dar un tiempo margen de probabilidad de éxito.
Un segundo factor sería la diversidad del comportamiento del grupo objetivo,
normalmente a mayor diversidad de comportamiento de grupo objetivo mayor
probabilidad de dificultad a la hora de implementar un determinado programa.
Un tercer factor podría ser el porcentaje del grupo objetivo en la población
que representa sobre la población total, es decir a mayor mención del grupo
objetivo tal vez sea más difícil obtener éxito en la implementación del
programa y cuanto más reducida sea la dimensión de ese grupo objetivo,
es probable que podamos conseguir éxito con mayor facilidad.
Y finalmente un cuarto factor podría ser la magnitud del cambio
que esperamos conseguir, es decir si nos hemos propuesto un cambio
realmente importante o conseguir un cambio importante en el comportamiento del grupo
objetivo o simplemente las características de la circunstancia social,
a mayor ambición en el cambio propuesto mayor probabilidad de,
de no conseguirlo, y por tanto de que sea,
que tengamos cierto grado de fracaso al final del proceso.
Un segundo grupo de factores que puede influir en el
éxito o fracaso de la implementación de la política pública o de un programa son
características relacionadas con el propio programa que vamos a implementar.
Por ejemplo, la definición de los objetivos ¿no?
es una de estas características.
La definición de los objetivos pues puede ser o no explicita, puede ser coherente,
si tenemos diversos objetivos pueden ser coherentes entre ellos o no,
pueden ser objetivos consensuados por diferentes agentes o no,
pueden ser objetivos controvertidos o no.
La definición de los objetivos puede influir en el éxito o
fracaso de la política, pero no necesaria de una manera unívoca,
es decir el hecho de que los objetivos sean explícitos y claros no significa
necesariamente que ello va a tener una consecuencia positiva y
vaya a conllevar una mayor probabilidad de éxito en la implementación.
De hecho, mucha veces los objetivos se dejan definidos de manera ambigua
para que no susciten demasiado conflicto a lo largo del proceso de implementación.
Por lo tanto, las características de la definición de los
objetivos pueden ser relevantes pero no siempre en la misma dirección.
Un segundo aspecto relevante del propio programa de
implementación puede ser que se fundamente una teoría causal válida,
es decir una teoría que vincule determinados tipos de actuación con
determinadas consecuencias que se quieran conseguir pero que sea válida por el
hecho de que you estado o ha sido contrastada en otros ámbitos y por
tanto que el diseño del programa se haya fundamentado en esa teoría causal válida.
Un tercer aspecto podría ser que los recursos humanos, económicos,
organizativos, tecnológicos que se hayan puesto al servicio a la implementación del
programa sean no solamente los necesarios sino también los adecuados desde el
punto de vista del perfil por ejemplo en el caso de los recursos humanos.
Otro aspecto importante es el del diseño organizativo en el cual vamos
a hacer descansar todos estos procesos para implementar una política pública,
no todos los programas necesitan el mismo tipo de diseño organizativo.
En función de cuales sean las características de estos programas, las,
nuestros objetivos a conseguir, etcétera,
tal vez necesitemos un tipo de diseño organizativo u otro.
Los canales de comunicación que sean más adecuados para las
dinámicas previstas para ese proceso de implementación.
Y finalmente también la necesidad de haber previsto unas
relaciones de comunicación no solamente en el interior de las
propias organizaciones protagonistas en el proceso de implementación o a las
que se les ha asignado la responsabilidad de ese proceso, sino también cómo se
comunican esas organizaciones con otras organizaciones externas a ellas y
cuya colaboración va a ser necesaria para el éxito de esa implementación.
Un tercer grupo de factores que también pueden incidir en el éxito o fracaso de
la implementación son factores externos a la propia definición del programa.
Uno de ellos por ejemplo es la capacidad de liderazgo de
los responsables del proceso de implementación.
Ciertamente es una característica un poco no solo imponderable sino también
impredecible a veces, aunque podamos incluirlo en un proceso de selección.
Pero en cualquier caso la capacidad de liderazgo puede ser un
factor diferencial a la hora de aumentar las probabilidades de éxito de
un determinado programa y de su proceso de implementación.
Tenemos también factores relacionados con el contexto institucional,
dentro del cual se despliega un programa y este contexto institucional adopta
aspectos como pueden ser el marco jurídico diferente, el entorno organizativo
en el que debe actuar, en el que deben actuar las organizaciones que
tienen asignada la responsabilidad de la implementación de un programa,
la propia cultura organizativa en el ámbito en el que se desempeñan, etcétera.
Otro grupo de aspectos se relacionan con el contexto político,
por ejemplo el apoyo explícito de los decisores públicos o
de cargos políticos visibles con gran presencia mediática,
puede favorecer en algunos casos o dificultar en otros casos, pero en
cualquier caso es un factor relevante, el éxito o el fracaso de un proceso de
implementación, tanto el apoyo político puede ser un factor a tener en cuenta.
Dentro del contexto social, ¿qué aspectos podemos destacar?
Pues por ejemplo, la opinión pública en relación a la problemática que se
está tratando con este programa de intervención.
O bien la atención de los medios de comunicación con relación a un determinado
programa según como sea esa atención o como vaya dirigida, puede ser un factor
que ayude al éxito o que tal vez pueda ayudar a propiciar al fracaso.
Depende de como sea esa atención de los medios de comunicación o las propias
condiciones socioeconómicas o tecnológicas de un determinado momento pueden
influir en el éxito o fracaso de la implementación.