Bueno lo que quería presentar o comentar es el discurso que Brutus hace como justificación de su crimen del asesinato del César tal como lo presenta Shakespeare en Julius Caesar en su drama de ambiente romano. Aquí lo primero que hay que decir antes de entrar en el análisis del discurso es que probablemente no estamos ante un discurso real, es decir aunque podamos utilizar elementos de la retórica para observar como Brutus construye su justificación, en realidad lo que estamos observando no es un discurso romano, no tenemos ninguna noticia de que hubiera ningún discurso después de la muerte de César, por lo tanto no nos explica nada al respecto. Lo que si tenemos es una podríamos llamar recreación artística literario por parte de un genio como Shakespeare de lo que pudo haber sido un discurso retórico persuasivo de Brutus. Lo leeré en primer lugar en inglés porque la construcción como veremos literaria figura retórica también del discurso es importante. Acaban Brutus y sus secuaces, acaban de asesinar a César y Brutus increpado por personas que se mueven en aquél momento, en aquél lugar, no podemos hablar del pueblo romano sino más bien del senado, de personas de la aristocracia en aquél momento delante del senado Brurus siente la necesidad de justificarse y dice. Y el pueblo exclama o los expectadores exclaman, es decir que le dan inicialmente la razón. En este discurso claramente lo que Shakespeare pone en juego en boca de Brutus es lo que podríamos llamar un argumento que en derecho se llama un caso de estado de necesidad, es decir Brutus pone ante el público un argumento que él considera irrefutable que es la necesidad de matar a César para evitar un mal mayor, Se trata de justificar la comisión de un acto, en este caso gravísimo como es la muerte del gobernante que además probablemente es su padre, es decir que aquí se juntan aspectos digamos políticos con aspectos personales, justificar la comisión de este acto gravísimo para evitar el mal mayor que supondría la destrucción de la república puesto que César empezaba a tener ambiciones incluso de ser tratado como un Dios. Brutus y sus secuaces no admiten esto y por lo tanto deciden asesinar a César. La construcción que Shakespeare nos propone del discurso es muy clara en el uso de los argumentos racionales que al mismo tiempo se apoyan en figuras, que son figuras de pensamiento esencialmente, al servicio de los argumentos, por ejemplo las antítesis, una esencial que está en el centro de lo que acabo de leer es esta. Una antítesis en la que se contrapone nítidamente César contra Roma, incluso con este juego probablemente buscado por Shakespeare de Rome more que es un juego con las mismas letras. Brutus está pidiendo a los espectadores que utilicen la razón para decidir la bondad del acto que ha cometido, es decir está suponiendo un auditorio muy preparado intelectualmente, capaz de sobreponerse al sentimiento que representa el cuerpo de César asesinado allí delante, capaz de sobreponerse a las emociones y de entender racionalmente la necesidad del asesinato. Esto naturalmente es una petición muy exigente y presupone un auditorio repito muy preparado intelectualmente y muy capaz de controlar las emociones. Al mismo tiempo estos serían los argumentos que podríamos llamar o que la retórica clásica llamaba racionales, medios de persuasión racionales. Pero al mismo tiempo Brutus se está presentando con medios de persuasión éticos, está presentando una figura de sí mismo como aquél que pone el bien común por encima incluso de sus intereses personales. Él tenía una amistad con el César, apreciaba el trato que César, el trato preferente que César y sin embargo se ha sobrepuesto a esto para cometer el acto que el creía necesario racionalmente. De esta manera construye una persona de sí mismo ética positiva. Aquél que obra siempre según la razón, según lo que es conveniente. Este conjunto de medios de persuasión racionales y éticos, la retórica clásica los ponía bajo la etiqueta de fidem fakere, es decir convencer, conseguir la fidelidad, la fé, la confianza del auditorio. Esto es interesante porque Shakespeare que habría estudiado retórica probablemente en Stratford y conocía muy bien las distinciones de la retórica clásica, contrapone este discurso de Brutus muy poco después al discurso de Anthony. Y esto es interesantísimo. Para el espectador de la obra de teatro es un contraste brutal, riquísimo de significación. Diré cuatro cosas solamente para acabar sobre esto. Anthony le han dado permiso, Brutus le ha dado permiso para intervenir, para hacer su discurso fúnebre en honor de César. Pero, con ello Brutus ha cometido un error retórico enorme que es dejar hablar al adversario en último lugar. Nunca se debe dejar hablar al adversario en último lugar, siempre hay que tener la última palabra si se quiere vencer, y Anthony que lo sabe muy bien utiliza el permiso que le han dado para desvirtuar no solamente, no los argumentos de Brutus exactamente sino precisamente la honorabilidad de Brutus. Lo que hace Anthony es destruir la persona ética que ha construido Brutus. Ahora no podemos alagarnos a explicar eso pero lo hace por medio de medios de persuasión sentimentales, presentando la toga de César con la sangre, los agujeros que han hecho las dagas de los asesinos, hablando de César, recordando cuando César volvía de sus campañas victorioso, etcétera, etcétera, una serie de argumentos de orden sentimental y en un determinado momento se presenta como una persona sincera. Esto también es una presentación ética de sí mismo, pero es una presentación que intenta decir que no hay retórica, que lo que hay es sinceridad contra la retórica. Esto no es verdad, todo es retórica y Shakespeare debía pensar que todos son palabras en su obra de teatro. Pero Anthony dice por ejemplo esto, I come not friends to steal your hearts, no vengo a robaros los corazones, es exactamente lo que está haciendo, robar los corazones del auditorio y persuadir con los sentimiento. Es decir, no soy orador, dice él. Anthony, sino un amigo que ha venido sinceramente a hablar con vosotros. Y entonces lo explica, y es muy interesante ver como Shakespeare está guiñando el ojo explicando exactamente lo que era un orador para la retórica clásica. Es decir, ni ingenio ni palabras ni valor personal. Ni acciones, es decir ni lo que es propiamente el la presentación del discurso, ni la explicación, ni la fuerza de la palabra para remover la sangre de los hombres. Presentándose con esta aparente sinceridad, lo que Anthony conseguirá es precisamente robar como dice el corazón del auditorio de los que escuchan y inducir a lo que él dice que haría Brutus y que él no hará, que es inducir a la revuelta y a la guerra civil que vino a continuación.