Hasta ahora tradicionalmente había
hecho un pacto con los políticos que en cierto modo era bueno,
la clase política que era yo me ocupo fundamentalmente de lo mío,
lo privado y cómo es necesario dividirse el trabajo pues tú me haces el trabajo que
tiene que ver con la ciudadanía, tú eres el profesional de la cosa.
Yo soy un espontáneo que de vez en cuando pues introduce algo,
de repente se enfada, pues introduzco alguna demanda que no estaba prevista,
puede reaccionar de múltiples maneras pero el día a día la política es tuya.
Al cabo de un tiempo yo examino pero la política es tuya.
Yo lo he visto funcionando hasta muy recientemente,
hemos confiado en los partidos, hemos confiado en las instituciones y
yo creo que los ciudadanos ahora se han dado cuenta de que de
repente de tanto ir delegando al final se han quedado, se han quedado sin función.
Entonces esos que se ocupan del supuesto bienestar de los ciudadanos.
Curiosamente hay un momento en el que you no
representan a los ciudadanos sino que representan a todo ese
conjunto de imperativos sistémicos que son a los que ellos tienen que atender.
Entonces al final lo que más les importa es ver cómo organizar las
canalizaciones por las que ha de fluir el agua y pierden de vista el agua,
se pierden de vista qué es lo que se pide de ellos ¿no?
Y esto yo creo que es casi inevitable igual que es
inevitable que esto genere allanación.
>> El 15 m debe entenderse como una
movilización social que irrumpe de forma masiva una
semana antes de las elecciones municipales y autonómicas españolas.
Este nombra, politiza un sentimiento generalizado y
transversal de desafección y alejamiento hacia la clase política y
de descontento hacia la manera de llevar a cabo la gestión de la crisis
económica mediante recetas neoliberales de achicamiento del estado social.
El citado está allí ¿no?
de descontento y se materializa mediante acciones políticas no
convencionales como son las acampadas y el activismo en la red.
>> Yo creo que los nuevos, nuevos movimientos sociales porque estamos you
dándole una vuelta tuerca a lo que antes se llamaban movimientos sociales,
los nuevos nuevos movimientos sociales yo creo que son la expresión de una carencia
y esa carencia es lo que podemos llamar la, digamos la, la excesiva lejanía ¿no?
de lo político respecto de lo que la gente percibe que son sus problemas.
O sea que realmente los ciudadanos necesitan participar para
primero sentirse juntos, para sentirse demos, sentirse casi la asamblea ¿no?
Porque la asamblea que lo representa la ven cada vez más lejana y
eso me parece que es algo evidente.
Pero por otra parte, también yo creo que lo que hay es eso,
una necesidad por un lado de comunidad y de mayor comunidad entre los ciudadanos,
no hay forma mejor que la participación de casi directa o a través de las
nuevas tecnologías, pero de donde uno sabe que recibe el mensaje de alguien ¿no?
que sirva para compensar esa abstracción, esa lejanía de lo político pero
que también sirve como reacción frente a la tecnocratización de todo lo político.
>> Casi cuatro años más tarde de
este episodio conflictual irrumpe en España un nuevo partido político, podemos.
Este se presenta en las elecciones europeas de mayo del 2014 y
obtiene con solo unos pocos meses de vida cinco diputados.
En la actualidad los sondeos le dan una perspectiva de voto que
los situarían en segundo, tercer lugar en las próximas elecciones generales.
Podemos nace del mismo magma de descontento e
indignación que pone sobre la mesa 15 m.
Este hace la función de canalizar demandas y
sentimientos hacia la arena de la representación institucional.
Es evidente que desde una perspectiva de estudio de los actores
y la acción política el 15 m y podemos son dos fenómenos de naturaleza diversa.
El 15 m es una movilización social, una erupción puntual que
pone sobre la mesa un descontento y que a la vez introduce en la disputa
política importantes sectores sociales alejados anteriormente de la cosa pública.
Por el contrario, podemos es un partido político con voluntad de
permanencia en el tiempo y de disputa del poder político.
Nace con el objetivo de patear el tablero, dicen alguno de sus creadores.
Es decir, de obtener una gran representación institucional para
poder cambiar las reglas del juego.
Ahora bien, podríamos decir que se trata de dos momentos diversos,
de dos plasmaciones diferentes en el campo de la agencia.
Eso sí, en un mismo contexto de malestar.
Ahora bien, la creación de podemos puede verse como automática e inevitable.
La respuesta sería radicalmente no.
Debemos alejarnos de cualquier perspectiva que entienda a los
procesos sociales como un devenir lineal y dado por descontado.
No estaríamos frente a podemos si aparte de un contexto favorable,
nos hubieran dado otros elementos en el origen.
Vamos a citar algunos.
Un primero, la existencia de un núcleo inicial, un núcleo de madrugadores,
unas personas que saben leer el contexto de desafección y descontento.
Además que tienen a disposición una serie de recursos,
un líder carismático Pablo Iglesias, ampliamente conocido por sus
intervenciones políticas en los medios de comunicación.
Una relevante competencia técnica del grupo inicial en diversos campos como
pueden ser la construcción discursiva, el conocimiento demoscópicos,
elaboración de campañas electorales, propuestas programáticas, etcétera.
A partir de este contexto y de su conocimiento el grupo inicial lleva a cabo
una tarea de construcción discursiva, realizan una buena
enmarcación de las demandas ciudadanas con la oferta de la formación.
Además son conscientes que politizan una
problemática también presente en otras latitudes.
Saben que no están solos.
Aprenden de las luchas contra las políticas de austeridad que encuentran sus
antecedentes en el proyecto de Sirisa, en Grecia y en la formación nacional
populares en los países en transformación de América Latina.
Finalmente generan una primera ampliación del núcleo inicial a través de los
círculos, agrupaciones locales y sectoriales que posibilitan el
apoyo logístico en todo el territorio estatal, es decir recursos organizativos.
Desde un punto de vista académico,
este proceso de institucionalización pone encima de la mesa distintas cuestiones.
Una primera,
una complejización de la tipología clásica de los actores políticos.
Como recordareis, esta tipología nos hablaba de la existencia de
partidos políticos, movimientos sociales y grupos de interés.
Podemos se construye como un dispositivo político que
combina elementos propios de los primeros y de los segundos.
Como segunda cuestión, situar la construcción de
una nueva categoría en la tipología de partidos políticos.
Hasta el momento estábamos frente a partido de cuadros,
partido de masas y partidos atrápalo todo.
Podemos podría estar inaugurando otra categoría.
En síntesis, estos elementos que situamos en un plano teórico,
se corresponden con retos prácticos para la organización.
Unos desafíos para el proceso de institucionalización de
una corriente de fondo politizada por el 15 m.
Terminaré poniendo sobre la mesa a modo de apertura de debate estos retos.
Un primero, la capacidad de conjugar radicalidad democrática propia
de los movimientos sociales con eficacia y eficiencia institucional propia de
los partidos políticos.
O dicho de otra manera, cómo construir un dispositivo político que
haga compatible una participación ciudadana masiva a la vez de
la disputa de un gobierno nacional para la apertura de un proceso constituente.
Un segundo reto, el desafío de transformar este sentimiento de desafección
y desconfianza en acción política y en una renovada confianza en la cosa pública.
Cómo recuperar la implicación de los ciudadanos en la
decisión de futuros colectivos.
>> En que estamos pasando de ser porque fue distinción de Rousseau
ante el Boujoir y decir el burgués y el ciudadano que todos somos burgueses,
tenemos intereses privados pero a veces somos ciudadanos, tenemos el
interés común que compartimos con los demás, tanto miembros de la comunidad.
Bueno hemos pasado de una situación en la que prácticamente solo
eramos burgueses a una situación en la que queremos ser casi solo ciudadanos.
Pero claro, no podemos ignorar nuestra alma burguesa también,
es decir estos intereses que son particulares, que no coinciden con los de
los demás y que eso no se diluye por el hecho que tratemos de intercambiar
posiciones de liberar con otros ciudadanos.