Comenzamos con el tema "pensamiento espacial". En este tema abordamos cuestiones relativas a la enseñanza y aprendizaje del tema geometrÃa y espacio que vimos en el anterior. Abordamos cuatro puntos. El primero de ellos trata sobre el pensamiento espacial de los niños de cero a seis años de la educación preescolar. El segundo punto trata algunas capacidades que se le suponen a los niños de estas edades. En el tercer punto vemos algunas nociones sobre pensamiento y comunicación sobre el espacio. Y por último, vemos algunas estrategias de enseñanza del espacio y la geometrÃa elemental. En este caso, me he restringido a las cuestiones o contenido matemático que tratamos en el tema anterior. Aunque como decÃa allÃ, este es un tema más amplio de lo que aquà abordamos. El pensamiento espacial, en general, hace referencia a un constructo que incluye conocimiento, habilidades y hábitos de la mente para organizar el espacio. ¿Cuál es la necesidad del pensamiento espacial para los niños? Esta es una de las cuestiones que nos planteamos inicialmente. ¿Por qué introducir este tema en educación infantil? Bueno, hay trabajos que relacionan el éxito en las matemáticas y en ciencias con posterioridad, con base en el trabajo previo que los niños han desarrollado en relación con el pensamiento espacial en preescolar. Se ha visto que produce cierto aprendizaje de forma espontánea en otras disciplinas diferentes a las matemáticas, se usa como un indicador de la creatividad del individuo. De hecho, hay diferentes cuestionarios psicológicos y análisis del coeficiente intelectual que miden la creatividad de la persona y el pensamiento espacial es una de las habilidades que se consideran dentro de esos cuestionarios. También se considera una ventaja, sobre todo en la actualidad, dada la globalización en la que vivimos y los avances tecnológicos. Y se ha visto que el pensamiento espacial fomenta el desarrollo mental y cognitivo de los niños, comparándolo con otros que no lo han trabajado con anterioridad. En cuanto al pensamiento espacial, de los cero a los seis años, ya sabemos que es una edad en la que se producen muchos cambios a todos los niveles. Ya lo hemos visto en temas anteriores. Lo que ocurre es que los niños a esa edad toman conciencia de si mismos como personas pero también en relación con otras personas y con otros objetos. De ahÃ, que viéramos diferentes ubicaciones y localizaciones en el espacio en el tema previo. Los niños pueden comenzar a analizar caracterÃsticas y propiedades de diferentes figuras en general y formas geométricas en particular, tanto en dos como en tres dimensiones. Se puede trabajar con los niños las ubicaciones y describir las relaciones espaciales mediante coordenadas geométricas u otro sistema de representación. Más adelante, veremos algunos ejemplos. Esto nos da una idea del tipo de tareas que se le pueden proponer a los niños en relación con los contenidos que veÃamos en el tema de espacio y geometrÃa elemental: reconocimiento y aplicación de transformaciones, forma simétrica, reconocimiento de formas y estructuras geométricas en el entorno. Siempre se parte de lo más cercano al niño hacia el exterior. También, la utilización de la visualización y de la memoria espacial para que los niños creen sus propias imágenes mentales, porque aquÃ, aunque estemos haciendo referencia al pensamiento nuestra manera de analizar o de describir lo que el niño es capaz de hacer lo hacemos desde la exterior, por supuesto. Aún asÃ, podemos intentar incidir y promover cierto tipo de desarrollo en su interior a través de esa experiencia externa. Por eso hablamos aquà de la representación desde diferentes perspectivas y más adelante veremos también diferentes representaciones como ejemplo. ¿Qué capacidades tienen los niños sobre espacio y geometrÃa a esta edad, de los cero a los seis años? Se trata de un proceso que es lento y es continuado. No es algo que se aprende de un dÃa para otro, como sà ocurre con otros conceptos que quizá, en un periodo más corto logren avanzar más. Hay que tener en cuenta la edad de los niños. Estamos hablando de niños que tienen desde meses hasta niños que tienen seis años. Por lo tanto, el rango de edad que consideramos es importante porque las capacidades que tiene un niño de un año, por ejemplo, son muy diferentes a las capacidades que pudiera tener un niño de cinco o seis años. Desde bebés los niños pueden usar los sentidos y, de hecho, lo usan para captar información del entorno, tener las primeras experiencias espaciales, oÃr sonidos, observar el movimiento, etcétera. Un ejemplo es su reloj biológico que en una adaptación al medio, poco a poco, se van acostumbrando a las horas de sueño, momentos en el que hacen las tomas de comida, momentos en el que toca el baño. Todas estas cuestiones que ocurren en la vida del niño tienen que ver con esas primeras experiencias espaciales y en algunos casos están vinculadas también al tiempo, que lo hablaremos un poquito más adelante. En las siguientes imágenes vemos momentos clave. En la imagen de la izquierda se ve un niño comenzando a andar aproximadamente al año. A partir de ese momento, el niño entra de una forma más autónoma en contacto con el medio porque le da la posibilidad de llegar a lugares que antes por si solo no llegaba, de alcanzar objetos que le despierten curiosidad y asÃ, con otro tipo de movimiento. Llega un momento en el que el niño entra en contacto con otros niños de su edad y todo esto hace que vaya avanzando en esas capacidades que pretendemos desarrollar con los niños a través de aprendizaje entre pares. Vemos que desde pequeños, los niños viven en un espacio, lo exploran, lo descubren y lo describen a través de sus gestos, de sus movimientos, de su actitud con el entorno. Ellos van siendo conscientes de esta situación gradualmente y debemos ayudarles en el proceso. En el desarrollo espacial se consideran unas etapas que provienen de Piaget, quien utilizó los perÃodos del desarrollo de la inteligencia para explicar el desarrollo espacial. Esto también tiene implicaciones en la actualidad porque hay ciertos requerimientos que se observan en estos perÃodos que aún se usan para describir el coeficiente intelectual en algunos niños a los que se les aplican ciertas pruebas. El primer perÃodo serÃa el perÃodo sensomotor. ¿Qué hace el niño entre los cero y dos años? Construye la noción de objeto. El niño realiza ciertas acciones sobre objetos que normalmente pueden manipular o que puede percibir a través de los sentidos, siempre a través del movimiento y de los sentidos. De ahà el nombre del perÃodo sensomotor. Tiene vivencias en distintos campos sensoriales, no sólo la vista, que es muy importante en particular en este tema, pero no nos podemos olvidar de otros sentidos a través de los cuales el niño está en contacto con su entorno. Esto permite al niño tener una representación heterogénea de si mismo. A través de la vista es difÃcil captar la textura que tiene un objeto. En la mayor parte de los casos, salvo que tocamos ese objeto, no tenemos información sobre su textura. Igualmente podrÃa pasar con el sabor. En esta etapa el niño descubre el espacio que tiene cercano. Esas percepciones se unen y al final lo que ocurre es que el niño se hace una propia idea de objetos externos a él, pero siempre desde su perspectiva porque todavÃa está en un desarrollo que es muy individual y que depende mucho de su persona. A continuación, está el perÃodo preoperacional, que se considera que comienza sobre los dos años y dura hasta los siete. Me voy a quedar en este perÃodo por la edades que tienen los niños en preescolar aunque luego vienen otros perÃodos. En esta etapa el niño adquiere una idea intuitiva del espacio, de aquello que le rodea, no solo de objetos concretos, sino cómo se relacionan unos objetos con otros, cuál es su ubicación, su posición, pero aún tiene una imagen mental que es estática. Esto cambiará según vayan pasando los años. En este perÃodo las imágenes están ligadas a acciones que ha vivido el niño y que están vinculadas a ciertos materiales, a ciertos objetos que puede tocar. Poco a poco, se van considerando transformaciones que se llaman simple. Aquà por ejemplo, los niños están jugando con una pelota, se están pasando la pelota de uno a otro. Llega un momento en que el niño ya es consciente de que la pelota es la misma, independientemente de quién la tenga o cómo la esté manejando. Gradualmente, el niño se va interesando por figuras de diferentes tipos o lÃneas abiertas, cerradas, situaciones de dentro, fuera. En este perÃodo, aún la percepción que tiene el niño guÃa continuamente cuál es su representación del mundo fÃsico de alguna manera. En las siguientes imágenes vemos objetos que están sufriendo transformaciones, por ejemplo, el globo y una cinta elástica. En estas situaciones, todavÃa le cuesta al niño percibir que hay ciertas propiedades de ese objeto que permanecen constantes y hay otras propiedades que cambian. Por ejemplo, en el caso de la cinta elástica, la cinta es la misma pero debido a su material puede cambiar la distancia que hay entre dos puntos. Igual ocurre en el caso del globo. El niño tiende a tener una imagen de la cinta elástica en una de esas posiciones pero no en todas. Igual ocurre con el globo que está inflando ese niño de la imagen. En este caso el razonamiento del niño se ejerce sobre situaciones actuales, no está pensando en un sistema de transformaciones, de qué tendrÃa que hacer para que esta imagen cambiara o cómo cambia esa imagen si yo hago una transformación concreta sobre la misma. En este caso vemos otro ejemplo de transformaciones que poco a poco se pueden trabajar con los niños. En el primer caso se trata de un material que aunque yo lo doble o lo estire, la distancia entre dos puntos se mantiene. Lo contrario de lo que pasaba con la cinta elástica o con el globo. Se trata de una isometrÃa. No vamos a trabajar la isometrÃa, pero es importante trabajar con diferentes tipos de materiales y aplicar distintas transformaciones para que vean una variedad de ejemplos. El segundo caso se trata de una sombra. Si comparamos la sombra de una persona con la persona en si, la distancia que hay, por ejemplo, entre el pie y la cabeza, o sea, la altura de esa persona sà que varÃa y se está produciendo una transformación. Este tipo de transformaciones, que no son isometrÃas, les cuesta entenderlas a los niños de esa edad, entre dos y siete años.