[MÚSICA] La formación de adultos en España comprende ya varias décadas. Todas las personas a lo largo de la vida deben tener la posibilidad de formarse dentro y fuera del sistema educativo con el fin de adquirir, actualizar, completar y ampliar su bagaje, tanto personal como profesional. Hoy en día, formarse en edad adulta deviene indispensable. No solo en el terreno meramente sustancial, sino, sobre todo, desde una óptica más social. Así pues, nuestro principal reto radica en el bienestar de personas y colectivos autóctonos y foráneos para edificar una auténtica justicia social, binomio entre equidad e igualdad. En ese sentido, conocer las distintas opciones formativas, también sus itinerarios, resulta clave para localizar y orientar cualquier experiencia de aprendizaje. Un rasgo que indica justamente el vigor de una población que busca mejorar su calidad de vida. Esta formación, dirigida a una gran diversidad de público cristaliza bajo el siguiente orden curricular: De entrada, una formación básica que se estructura en dos ciclos: la formación instrumental y la educación secundaria. Ambos bloques con el mismo destinatario: todas aquellas personas que habiendo superado la edad establecida en la enseñanza obligatoria, no han alcanzado aún sus competencias básicas. En segundo lugar, tenemos aquellos estudios que preparan para una formación profesional. Concretamente, los cursos preparatorios para las pruebas de acceso a grado medio y grado superior. Estas pruebas están diseñadas para que el alumnado que no puede acceder directamente por falta de acreditación, a su anhelo profesional. Asimismo, también se capacitan las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años. A continuación, viene la formación lingüística, el aprendizaje de lenguas oficiales extranjeras. En el mundo actual, sin duda, la competencia lingüística se convierte en una garantía sólida de futuro. De acuerdo con el eje formativo, se prevé una progresión paulatina en los niveles de adquisición pasando de unos conocimientos básicos a otros y avanzados. Todo ello para adaptarse a entornos cada vez más plurilingües y multiculturales. Por último, cabe destacar la formación digital. Una realidad inexcusable para nuestros perfiles de adultos. De hecho, nuestras actividades cotidianas ya se ven alteradas por los efectos de estas tecnologías. En consecuencia, asistimos a un cambio profundo en todos los vectores de nuestra sociedad. De ahí que, ante esta exigencia hay que proporcionar herramientas útiles para la alfabetización tecnológica y el dominio de los entornos digitales. Dicho esto, sin embargo, hay todavía mucho camino por andar. El gran objetivo sigue siendo a escala educativa, equipararnos con los mejores países del ámbito europeo. Para ello, y sin más dilaciones, conviene tomar una serie de medidas, [AUDIO_EN_BLANCO] a saber: Primera: concebir la formación como un proceso permanente, el cual se desarrolle durante toda la vida. En el pasado, el aprendizaje solo era una tarea que concluía en la adolescencia. Por contra, en la actualidad, este planteamiento resulta claramente inasumible, pues se sabe que la capacidad de aprender se mantiene a lo largo de los años. Ahora longevos, aunque varíen el modo y la motivación de dichos aprendizajes. De igual forma, las necesidades, fruto de los cambios económicos y sociales, nos obligan a ampliar indefinidamente nuestra formación. Por ello, la educación de adultos seguirá en alza. Segunda: incrementar la flexibilidad del sistema educativo. Un objetivo que debe permitir al alumnado más joven, desdén de sus estudios, poder retomarlos y completarlos satisfactoriamente, así como al alumnado más adulto, poder continuar con el tránsito entre formación y trabajo, y viceversa. En definitiva, toda flexibilidad implica establecer conexiones entre enseñanzas distintas, colaborar en el paso de unos a otros, y posibilitar la configuración de vías formativas según los intereses de cada persona. Tercera: construir un entorno de aprendizaje más abierto, atractivo y que procure por una ciudadanía activa la igualdad de oportunidades y la cohesión social. Un escenario, en efecto, que conlleve a reforzar los lazos con la vida laboral, con la investigación, y con los diferentes actores sociales. Además, no hay que olvidar el hecho de alentar el espíritu emprendedor, mejorar el aprendizaje en lo idiomático, aumentar la movilidad y los intercambios y reforzar la cooperación europea. Cuarta: prestigiar la labor docente a través de una atención prioritaria sobre su formación inicial y permanente, cuya finalidad responda a las necesidades y desafíos que recibe el sistema educativo. Por otra parte, el ingreso del profesorado novel se debe acompañar con la tutoría y asesoramiento de profesionales ya experimentados. Y quinta: acometer una simplificación y una calificación normativas en un marco de pleno respeto al reparto de competencias entre las múltiples administraciones locales y supra locales en materia de educación de adultos. Así, las cosas y después de enumerar estas demandas, llego tu hora, mi relevo. Estés donde estés, muy cerca o muy lejos, ahora tú eres el protagonista. Adelante. [MÚSICA] [MÚSICA]