Las relaciones que se producen entre la pedagogía social, el trabajo social y la educación social entendidas como profesiones, son diferentes. Hay países en los que ni tan siquiera existen los tres como profesiones y, de hecho, en la actualidad hay un debate abierto en Europa sobre cuál ha de ser la filiación académica de cada una de estas profesiones. Es decir, si todas forman parte del trabajo social o de la educación y la pedagogía social. En España, la pedagogía social no existe como profesión, sino, podríamos decir, como una matriz interdisciplinar, como un campo de investigación social, cultural y educativo. Y la profesión es, en nuestro país, la educación social. A pesar de eso, hay que señalar que el campo de la pedagogía social no se agota con estas profesiones universitarias, sino que existen otras no universitarias, como podrían ser los animadores socioculturales o los integradores sociales. Se puede hablar, entonces, de dos campos de profesionalización: uno académico y de investigación, que estaría integrado obviamente por los académicos; y otro profesional, donde estarían los educadores y educadoras sociales. Algunas investigaciones actuales confirman en Europa cuáles son los profesionales que están en relación con el ámbito de la pedagogía social. Y podemos ver que hay intervenciones, aparte de los tres clásicos profesionales que hemos comentado, hay intervenciones que se centran en el ámbito comunitario, en los niños, en los jóvenes y en los adultos. Para saber exactamente a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de pedagogía social y de educación social, hay que señalar que nos referimos a todas aquellas acciones y proyectos que se producen en la confluencia de tres ejes. Estos tres ejes son: el primero es el educativo, que nos marca fundamentalmente el objetivo; el segundo es el relacional interactivo, que nos marca más o menos la metodología; y el tercero es el eje sociocultural que nos habla del contexto. En cada uno de ellos, en cada una de estas dimensiones, se producen unos elementos que configuran lo que es la pedagogía social. Acompañamos y ayudamos a las personas en sus procesos de aprendizaje a través de relaciones socioeducativas que permiten que las personas se eduquen social y culturalmente. A pesar de estar muy relacionados el trabajo social con la educación social, y digo esto porque, por ejemplo, hay algunas universidades en nuestro país que ofrecen un título que da opción a las dos calificaciones, la de educación social y la de trabajo social, a pesar de eso, ambas profesiones han tenido unas trayectorias diferentes a lo largo del tiempo. Es cierto que educación social y trabajo social están muy relacionadas, tanto en la teoría, como hemos dicho con las titulaciones conjuntas, como en la práctica. Por ejemplo, en servicios sociales, trabajan conjuntamente trabajadores sociales y educadores sociales. Ambas profesiones mantienen, sin embargo, colegios profesionales diferenciados, no exentas sus relaciones, en algún caso, de diferencias y conflictos, posiblemente por esta diferente historia que ambos tienen. Quizá es importante señalar cómo funcionan en la práctica estos dos profesionales. Es cierto que ambas profesiones se desarrollan de una manera exponencial en el marco del estado del bienestar, ¿por qué? Porque son profesiones que permiten mediar entre los recursos sociales y comunitarios que ofrece la sociedad y aquello que las personas, las problemáticas, las realidades que viven las personas. Quizá la diferencia más precisa entre los dos sea referida a la manera cómo tratan esta relación entre personas y recursos, dado que los objetivos que persiguen son diferentes. En el caso del trabajador social, se persigue el bienestar de las personas, lo que supone que va de los recursos a las personas, mientras que en el caso de los educadores sociales, la trayectoria es diferente. Trabajamos con las personas para que ellas mismas consigan o accedan a este tipo de recursos. Esa podría ser el matiz diferencial entre dos profesionales que trabajan con mismas personas en mismas situaciones.