En este último vídeo de la lección 1 vamos a hablar de la unificación y de los comienzos del Dinástico. Como hemos tenido ocasión de ver en los vídeos precedentes, los tres estados incipientes del alto Egipto Predinástico, el reino de Hieracómpolis, el reino de Nagada y el reino de Tinis o Abidos, se unieron muy a principios de Nagada III, en un único reino unificado del alto Egipto predinástico, que muy pronto emprendió un proceso de expansión política y militar, que lo llevó por el sur hasta la altura de Elefantina, es decir, de la altura Asuán de la primera catarata y por el norte hasta el Mediterráneo. Es importante tener presente sin embargo, que este proceso de unificación política y militar que tuvo lugar durante Nagada IIIAB, es decir, aproximadamente entre tres mil trescientos y tres mil cien antes de Cristo, estuvo precedido por un proceso de unificación cultural que se desarrolló durante Nagada IICD, es decir, aproximadamente entre tres mil seiscientos y tres mil trescientos antes de Cristo, y que supuso que la cultura del sur, la cultura del alto Egipto, se expandiera por todo el valle del Nilo egipcio, y en especial por el delta, es decir por el bajo Egipto. En los yacimientos del delta observamos en efecto como la tradición local, la tradición cultural local, es sustituida paulatinamente por la tradición cultural del alto Egipto. Nos referimos fundamentalmente a la cultura material, es decir, a la cerámica, a la industria lítica, a los objetos en metal, a todo tipo de artefactos construidos por el ser humano, a los patrones de asentamiento, a las necrópolis y a las tumbas. En todos estos ámbitos observamos como en los yacimientos del delta, la tradición local da paso, deja paso a la tradición procedente del alto Egipto. El esquema de esta diapositiva muestra la estratigrafía arqueológica del yacimiento de Tell el-Fara'in o Buto, situado en el norte del delta. En él podemos apreciar como los estratos inferiores que son los más antiguos, responden a la tradición cultural del bajo Egipto, mientras que los estratos superiores que son más recientes, responden you a la tradición cultural del alto Egipto. El medio entre unos y otros, tenemos un estrato de transición, cuya cultura material comporta elementos tanto de la tradición del bajo Egipto como de la tradición del alto Egipto. La cuestión es que a finales de Nagada II, todo el valle del Nilo egipcio está unificado culturalmente bajo la cultura del alto Egipto, la cultura de Nagada. No sabemos por qué mecanismos se produjo esta unificación cultural, pero unos autores han avanzado la hipótesis de que fuera el resultado de un proceso de colonización del delta por parte de las élites del alto Egipto, para asegurarse el control de las vías de comunicación por las cuales llegaban a Egipto, bienes de prestigio y materias de prestigio procedentes del continente asiático. Como decimos durante Nagada III, los reyes de Abidos, es decir, del reino del alto Egipto, llevan a cabo la unificación política y militar de las dos tierras. Datan de este período todo una serie de documentos iconográficos que conocemos con el nombre de documentos de la unificación, que son testimonio elocuente de este proceso. Desde el punto de vista de los soportes, los documentos de la unificación pueden ser pinturas murales o sobre tejidos, o pueden ser también relieves esculpidos sobre mangos de cuchillo ritual de marfil de hipopótamo o sobre paletas votivas de grau vaca o sobre cabezas de maza también votivas de piedra caliza. Originalmente las paletas sirven para la mezcla de cosméticos, y las cabezas de maza son como sabemos armas. En este momento, sin embargo, tanto unas como otras aumentan de tamaño¸ se cubren de iconografía y se convierten en objetos votivos. En las fotografías de la parte inferior de esta diapositiva, podéis ver cuatro de estos tipos de documentos. A la izquierda una pintura mural, a continuación un mango de cuchillo, y en tercer y cuarto lugar una paleta y una cabeza de maza. Por lo que se refiere a la iconografía de los documentos de la unificación, es el vehículo de expresión de ideología de la monarquía faraónica naciente. Y de ahí su gran importancia para el estudio de este periodo y la formación de la monarquía faraónica histórica. En cuanto a la procedencia, algunos documentos de la unificación han sido adquirido en el mercado de antigüedades, como el cuchillo de Djebel el-Arak o la paleta de la caza Otros en cambio, proceden directamente de yacimientos arqueológicos, tumbas o recintos de culto. El más significativo de estos yacimientos es el Main Deposit de Hieracómpolis. Se trata de un depósito de objetos votivos de finales del Predinástico y de las primeras dos dinastías, que los arqueólogos excavaron en el recinto del templo de la Hieracómpolis histórica. De él proceden objetos tan emblemáticos como por ejemplo, la paleta de Narmer o las cabezas de maza de escorpión y de Narmer. Los temas de la iconografía de los documentos de la unificación son básicamente cuatro, la guerra y el dominio, la caza, el ritual regio y la dialéctica orden-caos. Es precisamente a través de estos temas que se expresa la ideología faraónica naciente. Conozcamos algunos de estos documentos de la unificación. Estos que veis aquí son los frescos pintados en los muros de la llamada tumba 100 de Hieracómpolis, fechada muy a finales de Nagada IICD, es decir, algo antes de tres mil trescientos antes de Cristo. Estamos en el momento inmediatamente anterior a la unificación, y por eso estos frescos deben ser considerados más bien, como un precedente inmediato de los documentos de la unificación propiamente dichos. Como sabemos, las élites de Hieracómpolis se enterraron durante Nagada IIAB y después durante Nagada III en el cementerio HK6. Pero durante Nagada IICD abandonaron este cementerio y pasaron a enterrarse en la localidad HK31 situada entre el límite mismo entre el desierto y las tierras de cultivo. Es allí donde a finales del siglo diecinueve. los arqueólogos excavaron la famosa tumba 100. El emplazamiento de la localidad HK31 nos es actualmente desconocido, porque después de la excavación y la documentación de la tumba 100 y de otras tumbas de esta misma localidad, los arqueólogos abandonaron el lugar que volvió a ser cubierto por las arenas del desierto, o tal vez por la vegetación. A la izquierda de la diapositiva tenéis el dibujo de la parte más importante y mejor conservada de los frescos. Como podéis ver el tema principal es una procesión de barcas, se trata muy probablemente de un ceremonial regio con significación funeraria. Alrededor del tema principal, tenemos una serie de motivos secundarios asociados a la caza, a la guerra y al dominio. Los más importantes de los cuales os los he reproducido y ampliado a la derecha y por debajo de la imagen general. Dos de ellos además aparecen en las fotografías de la derecha. Los frescos de la tumba 100 no han llegado hasta nosotros pero si conservamos una fiel reproducción de los mismos realizada en el momento de la excavación de la tumba. Estas fotografías corresponden a esta reproducción. En la superior a la izquierda podemos ver el famoso tema del señor de los animales, es decir, entre el personaje de dos leones lampantes, en este caso rojo el de la izquierda y negro el de la derecha. El rojo es el color que según los egipcios simbolizaba el desierto y la esterilidad, mientras que el negro es el color de la fertilidad de la tierra negra de Egipto fertilizada por el limo del Nilo. Algunos autores han propuesto por tanto, ver en este motivo una alusión a la capacidad del líder, o del rey de mantener el equilibrio de fuerzas cósmicas opuestas. Es el tema de la dualidad, del que hablábamos en el primer vídeo de esta lección. En la fotografía inferior también a la izquierda, podéis ver la primera representación conocida del motivo de la masacre del enemigo, destinado a convertirse en uno de los temas iconográficos más significativos de la realeza faraónica histórica. Podeis ver a un personaje que blande en su maza ante otros tres personajes arrodillados y sometidos a él. De Nagada IIIAB, es decir, you propiamente del período de la unificación, data el famoso cuchillo de Djebel el-Arak, hoy conservado en el museo del Louvre. En la parte superior del recto de este hermoso objeto, podemos ver de nuevo el motivo del señor de los animales, pero esta vez con una factura claramente elamita o mesopotámica. Una evidencia entre otras, de contactos e influencias que en este momento hubo entre Egipto y el golfo Pérsico. En el verso podemos ver escenas de lucha, que evocan sin duda los conflictos del momento. En la parte superior de esta diapositiva podéis ver el dibujo del recto del mango de cuchillo del Metropolitan de Nueva York. El tema representado es una vez mas el de la procesión de barcas como el de la tumba 100 de Hieracómpolis. La iconografía de este objeto nos interesa particularmente, porque en la parte superior derecha podemos ver la imagen de un rey sentado en su trono, portando el flagelo y tocado con la corona blanca. Se trata de una de las representaciones más antiguas de lo que, en tiempos históricos será específicamente la corona del alto Egipto. Además en la parte central inferior del mismo objeto, podemos ver una de las representaciones más antiguas también, de lo que en tiempos históricos era la capilla simbólica del bajo Egipto, con el techo abovedado. En la parte inferior de la diapositiva, podéis ver el dibujo del mango de cuchillo de Hieracómpolis, que hoy se guarda en el Ashmolean Museum en Oxford. Aquí en el verso, es decir, a la izquierda, podemos ver una representación, una de las más antiguas de lo que en tiempos históricos era la capilla simbólica del alto Egipto. Se trata del mismo edificio que presumiblemente precedió el recinto cultural HK29A de Hieracómpolis, como tuvimos ocasión de comentar. De Nagada IIIAB datan asimismo, como hemos dicho, las grandes paletas votivas decoradas. Las más antiguas no presentan su decoración organizada en registros horizontales, como esta que veis aquí, que es la llamada paleta de la caza, uno de cuyos fragmentos se guardan en el museo de Louvre, mientras que los otros se guardan en el museo británico. A la izquierda de la diapositiva, os la he puesto en posición vertical, que es la posición correcta de observación, como quiera que se trata de una paleta escutiforme. En la parte inferior de la diapositiva en cambio, os la he puesto ampliada y en posición horizontal, para que podáis apreciar mejor la hilera izquierda de cazadores, que en este caso es la superior. En este documento se representan las dos modalidades posibles de caza. La caza al herbívoro que es alimenticia y por lo tanto sin peligro, y la caza al carnívoro, a la gran fiera salvaje, en este caso al león, que es una caza peligrosa, y por lo tanto socialmente prestigiosa. Los cazadores aparecen dispuestos como podéis ver en dos hileras, a lado y lado de la composición. Y están pertrechados con todo tipo de armas, cosa que no sucede en una partida de caza real, donde las armas son siempre específicas en función del animal cazado. Esto es así en este documento porque no se pretende reflejar un hecho histórico, un hecho real, un hecho realmente acaecido. Sino que lo que se pretende es reflexionar, digámoslo entre comillas, sobre la realidad caza en todas sus manifestaciones. Como podéis ver también, en este documento no se representa directamente al rey, pero es interesante observar que el atuendo ritual que el rey llevará, you desde finales del Predinástico y en la época Tinita y a lo largo de todo el reino antiguo, es en esencia el atuendo de un antiguo cazador. En la fotografía inferior, el segundo cazador por la derecha en la hilera superior sujeta con su mano izquierda un estandarte, levanta con la derecha una maza y va vestido con un faldellín corto y una cola de toro. Este mismo personaje aparece reproducido a la derecha, en el dibujo inferior derecho. El dibujo superior derecho corresponde al personaje que masacra enemigos de la tumba 100 de Hieracómpolis que you habíamos tenido ocasión de conocer. En cambio, el dibujo de la izquierda reproduce el Rey Narmer de la Paleta de Narmer. Si os fijáis, esta imagen viene a ser una síntesis de las otras dos. En efecto, el Rey Narmer va vestido con un faldellín corto, una cola de toro, igual que el cazador. Levanta con la mano derecha una maza, igual que los otros dos personajes, y sujeta con la izquierda, aunque aquí no esté reproducido, el personaje arrodillado ante él. Igual que en la tumba 100. En efecto, el faraón será a lo largo de toda la historia de Egipto un gran cazador. Un cazador de fieras salvajes en tanto que fuerzas de la naturaleza porque el mismo es una fuerza de la naturaleza capaz de oponerse a sus semejantes y porque esta actividad es una manifestación de su prestigio y de su poder. Y you que estamos hablando del mundo de la caza, permitirme que por un momento retroceda algo en el tiempo para mostraros el origen de lo que en época histórica será la corona roja del Bajo Egipto. En la parte central de esta diapositiva os he reproducido dos personajes que proceden de sendos grabados rupestres del desierto oriental de Egipto fechados en un momento impreciso pero en pleno pre-Dinástico. Se trata de dos líderes de caza, y están tocados con la forma más antigua conocida de lo que después será la corona roja. A la izquierda de la diapositiva, podéis ver la fotografía y el dibujo de un fragmento de cerámica fechado en Nagada I, en cuya superficie aparece en relieve una representación de este mismo tocado. Como podéis ver pues, tanto la corona roja como la corona blanca que veíamos en un mango de cuchillo en una diapositiva anterior, son símbolos originarios del Alto Egipto que en el momento de la constitución del estado dual histórico, como sucedió con muchos otros símbolos como las dos capillas de que hablábamos también anteriormente fueron asignados, repartidos entre el Alto y el Bajo Egipto justamente para que simbolizaran las dos mitades del nuevo estado dual. Volviendo a los documentos de la unificación. Aquí tenéis tres paletas fragmentarias que you tuvimos ocasión de mencionar cuando hablábamos de Hieracómpolis. Los dos fragmentos de la izquierda corresponden a la llamada Paleta del León, o del Campo de Batalla, o también de Los Buitres, debido a la decoración de la parte inferior del recto, que es la que podéis ver aquí. Los dos fragmentos se guardan hoy en el Museo Británico y en el Ashmolean de Oxford. El fragmento central corresponde a la llamada Paleta del Toro por razones obvias y hoy se guarda en el Museo del Louvre. El fragmento de la derecha corresponde a la llamada Paleta de las Ciudades, también por razones evidentes, y hoy se guarda en el Museo del Cairo. Esta última paleta presentaba you su decoración distribuida, organizada en amplios registros horizontales como podéis ver por la línea de separación de registros en la parte superior derecha. En estas tres paletas el rey aparece representado pero no en forma humana, sino en forma animal. A la izquierda como un león que devora enemigos. En el centro como un toro que embiste un enemigo. Y a la derecha como una serie de animales: un halcón, un león, un escorpión, que destruyen fortalezas o bien que fundan ciudades, según algunos autores. En efecto, además de ser un gran cazador como you hemos visto, el rey se identifica con las fieras salvajes en tanto que fuerzas de la naturaleza en virtud de ser él mismo una fuerza de la naturaleza como you hemos tenido ocasión de decir. Pero sin duda, el más importante de los documentos de la unificación es la famosa Paleta de Narmer, que hoy se guarda en el Museo del Cairo y cuyo recto y verso podéis ver en esta diapositiva. En la Paleta de Narmer la decoración se organiza en registros horizontales y el rey aparece representado cuatro veces: dos en forma humana y dos en forma animal. En el registro superior de las dos caras de la paleta tenemos representada a la diosa Bat al lado y lado del serej con el nombre del rey, como you tuvimos ocasión de ver cuando hablábamos de Hieracómpolis. En el recto de la paleta, que aquí tenéis reproducido a la izquierda, en el segundo registro podemos ver al rey en forma humana presidiendo una procesión militar que se dirige hacia una serie de enemigos decapitados. En el registro inferior, en cambio, podemos ver al rey en forma de toro que embiste enemigos y destruye fortalezas. En el registro central dos serpopardos, es decir dos animales fantásticos mitad felinos y mitad serpientes (de clara influencia mesopotámica), entrelazan sus cuellos formando el círculo que en las paletas más antiguas servía para la mezcla de cosméticos. En el verso de la paleta, que aquí tenéis reproducido a la derecha en un amplio registro, tenemos al rey representado en forma humana en el conocido motivo de la masacre del enemigo, que aquí recibe su forma canónica y definitiva. Además también tenemos representado al rey en forma de un halcón que sujeta una personificación de la tierra del delta, de la Tierra de los Papiros, que se ven brotar inmediatamente por debajo del propio halcón. Este último motivo alude muy probablemente al dominio del rey sobre el Bajo Egipto, y por tanto al hecho de que la unificación de las dos tierras estaría you completada. En efecto, la Paleta de Narmer, fechada alrededor de 3100 a.C., es considerada por los egiptólogos como el documento que señala el final del pre-Dinástico y el principio del Dinástico, de la Primera Dinastía, de la cual Narmer sería el primer faraón. No en vano, en la Paleta de Narmer, como podemos ver en estos dos detalles correspondientes al recto y al verso, el rey aparece tocado por primera vez en un mismo documento, con lo que a partir de ahora será la corona roja del Bajo Egipto (a la izquierda) y la corona blanca del Alto Egipto (a la derecha). Esto significa que el estado dual histórico está you en marcha. De Nagada IIIAB datan también finalmente las grandes cabezas de maza votivas decoradas, las más importantes de las cuales son la cabeza de maza de escorpión, que podéis ver en esta diapositiva, y la cabeza de maza de Narmer que veremos en la siguente. Las dos se guardan hoy en el Ashmolean Museum de Oxford y proceden como también la Paleta de Narmer, del "Main Deposit" de Hieracómpolis. En ambas la decoración se organiza en registros horizontales. En esta diapositiva podéis ver el dibujo y la fotografía de la parte conservada de la decoración de la cabeza de maza de escorpión. En ella el rey aparece representado en forma humana, ataviado con el atuendo ritual, el faldellín corto y la cola de toro, tocado con la corona blanca y portando en la mano una azada. La escena corresponde muy probablemente a la fundación de un templo. En esta otra diapositiva podéis ver asimismo el dibujo y la fotografía de la cabeza de maza de Narmer. El rey aparece tambien representado en forma humana, sentado en su trono, bajo un dosel y sobre un podio, portando en la mano el flagelo y tocado con la corona roja. La escena corresponde a un ceremonial del llamado festival de Sed, un gran ritual de rejuvenecimiento del rey, y de regeneración del universo entero. Vistos los documentos de la unificación, podemos decir que durante el reinado de Narmer se produce la transición del pre-Dinástico al Dinástico. Pero además que este reinado supone una inflexión fundamental en la historia de Egipto, que se observa en distintos ámbitos de los cuales nosotros vamos a destacar aquí tres. En primer lugar, Narmer es el último rey que es representado iconográficamente tanto en forma humana como en forma de gran fiera salvaje. En efecto, a partir del segundo reinado de la Primera Dinastía, el faraón será representado siempre exclusivamente en forma humana. En segundo lugar, los motivos de influencia elamita o mesopotámica que aparecen en algunos documentos de la unificación, como los serpopardos de la Paleta de Narmer o el motivo del Señor de los Animales del cuchillo de Djebel Al-Arak que aquí tenéis reproducido otra vez, desaparecen por completo de la iconografía faraónica. Y en tercer lugar, los objetos que a finales del pre-Dinástico habían servido como vehículos de la ideología faraónica, es decir las cabezas de maza, las paletas y los mangos de cuchillo que tenéis en la parte superior de esta diapositiva, dejan de ser utilizados de forma súbita y drástica tras el reinado de Narmer y son sustituidos por otro tipo de objetos como los que veis en la parte inferior de la diapositiva entre los que destacan las etiquetas analísticas (las primeras dos por la izquierda) de las que tuvimos ocasión de hablar en el primer vídeo de esta lección. De este modo, los que hasta ahora habían sido los canales de la ideología faraónica dejan paso a nuevas formas de expresión. Si os interesan los documentos de la unificación y su iconografía, podéis ver las referencias bibliográficas y webgráficas que tenéis en esta diapositiva y también en esta otra. Una vez completada la unificación hacia el 3100 a.C., los reyes unificadores abandonaron Abydos como lugar de residencia y se establecieron en Menfis, fundada en el vértice del delta, en el límite mismo entre el Alto y el Bajo Egipto, y convertida a partir de ahora en la capital del nuevo Egipto unificado. De la fundación de Menfis y de su palacio real así como del templo de la principal divinidad de la ciudad, el dios Khtar, en griego "Hefesto", nos hablan distintos autores clásicos como Heródoto, Manetón, o Flavio Josefo. En esta diapositiva tenéis los pasajes en cuestión.