Bienvenidos a esta sesión del curso de energías sustentables, mi nombre es Julio Vergara. Hoy veremos la definición formal de desarrollos sustentables, que permitirá a su vez definir las energías sustentables más adelante en el curso y enunciar algunos indicadores. Como vimos, después de la Revolución Industrial y junto con el consumo de energía, parte creciendo la población a pesar de conflictos militares de envergadura, gracias a avances médicos y otros progresos, sobre todo después de la Revolución Verde, que mejoró la productividad agrícola. El aumento de la población fue variantemente excesivo, superando la capacidad de carga del planeta. Solo desde el año 2000, se han sumado 1,300 millones de personas. A futuro, se estima que la población se estabilizará entre 9,000 y 11,000 millones, según las condiciones climáticas, tecnológicas y sociales que predominen. Ante el aumento sostenido de la población, en varios lugares en forma precaria y con alta mortalidad, llamó la atención de la Organización de las Naciones Unidas. Se apreciaba que el desarrollo económico era insuficiente para generar condiciones de desarrollo social y que además había un deterioro ambiental y climático que degradaba la calidad de vida. Por ello, la ONU crea en 1983 la Comisión Mundial del Ambiente y Desarrollo, dirigido por la doctora Gro Brundtland, ex primer ministro de Noruega y ex directora general de la Organización Mundial de la Salud. Esa comisión, después de cuatro años de trabajo, entrega un informe titulado Nuestro Futuro Común, un texto de más de 200 páginas que identifica las preocupaciones comunes, notando un futuro amenazado que requiere un desarrollo sustentable. Identifica desafíos comunes, donde destaca la relación entre la población y los recursos, la seguridad alimentaria, las especies, la energía, la industria y las ciudades. Por último, identifica aventuras comunes en el uso del mar en espacio de la Antártida, la necesidad de paz y seguridad y la necesidad de legislación internacional. Este documento es adoptado por la asamblea de la ONU cinco años más tarde, en 1992. Aunque existen hoy centenares de definiciones de desarrollo sustentable, la más usada proviene del informe de la Comisión Brundtland. Esta dice literalmente que, "El desarrollo sustentable busca satisfacer las necesidades y aspiraciones del presente sin comprometer la capacidad de satisfacer aquellas del futuro". Contiene dos conceptos claves referidos a necesidades, en especial aquellas de las personas y países más pobres y de limitaciones, definidas por el estado tecnológico social. Hoy, el mundo es capaz de sobrealimentar a una parte de la población y apenas a alimentar a otra parte de esta. Con tecnología, es posible producir mejores alimentos sin que se pierdan. Otras características surgieron de la discusión. Aunque la primera alerta fue por temas de degradación ambiental, se notó la importancia de tres factores equilibrados. Importa, por ejemplo, un crecimiento económico moderado pero sostenido. De lo contrario, puede haber delincuencia y deterioro de otro segmento. Si es muy acelerado, puede implicar un daño ambiental con efectos en la salud, un sobreconsumo y agotamiento temprano de recursos, que afectaría a las futuras generaciones. Casi todas las definiciones de desarrollo sustentable se refieren a la integración de un vector económico, otro vector ambiental y otro social, que aparecen como círculos en la figura. La intersección equilibrada de estas tres dimensiones conduce al desarrollo sustentable. Las integraciones parciales son posibles, por ejemplo, la integración social con la ambiental es posible y conduce a un desarrollo tolerable, pero no sustentable. Del mismo modo, la integración económica con la ambiental es viable, pero no es sustentable. Estas dimensiones requieren de un vector institucional, que es clave para conducir los cambios, en especial en un entorno internacional con países desarrollados y con países muy retrasados, a veces vecinos uno del otro, regularmente por falta de gobiernos aptos. El desarrollo sustentable es un concepto abstracto, pero se puede caracterizar y seguir su progreso o retroceso usando indicadores. Encontrarlos ha sido un dilema, pero después de varias interacciones se ha llegado a 50, organizados en temas y subtemas. Antes eran más indicadores y temas, pero los han reducido para facilitar la comparación. No tiene mucho sentido tener criterios que no se pueden medir o indexar. Por ejemplo, aire limpio, ¿qué es eso? ¿Es transparente, es libre de partículas? ¿Cuánto es adecuado, cuánto es necesario o innecesario? ¿Podemos cambiar la concentración de oxígeno? ¿Se acepta el CO2? Etcétera. Una vez que se define, hay que medirlo regularmente con equipos y personas calificadas. No tiene sentido prohibir emisiones de metano si no se sabe cuánto es posible, cuánto hay o de dónde viene. Si no se puede definir qué es, no tiene mucho sentido incluirlo. Se puede notar que los temas no están explícitamente organizados por dimensiones, ya que los indicadores y temas se entrelazan y pueden pertenecer a dos o más dimensiones. En la tabla se muestran algunos de los 50 indicadores. Estos tienen uno o más temas dominantes y varios temas de interés directo. El desarrollo sustentable suele describirse en términos de prosperidad, capital o recurso. Algunos tipos de capital son el humano, referido a la salud, bienestar y productividad potencial de la sociedad. El capital físico realizado por el hombre, se refiere a tecnologías y los bienes físicos que se pueden paralizar. Y el capital natural implica los recursos y activos naturales que son difíciles de valorizar. Podemos resumir el desarrollo sustentable como aquel que permite satisfacer las necesidades intergeneracionales sujetas a limitaciones tecnológicas y sociales. Aunque hay otras definiciones aceptadas aparte de la definición formal de la Comisión. Finalmente, se han definido indicadores medibles en temas que integran las dimesiones económica, social y ambiental, además de la institucional. Hasta la próxima.