[MÚSICA] [MÚSICA] En esta lección, nos ocuparemos de ver cómo se determina la salud financiera de una empresa utilizando el cuadro de resultados y el balance. Cuando un inversor analiza diferentes alternativas, su foco está en la rentabilidad. Por eso, podríamos decir que determinar un buen diagnóstico financiero consiste en analizar de dónde proviene la rentabilidad de la empresa. ¿Es suficiente la rentabilidad obtenida? ¿Podemos hacer algo para mejorarla? En este video, después de dar una definición de la rentabilidad, veremos cómo impacta el financiamiento en ella. >> La rentabilidad se define como la ganancia divido la inversión. ¿Cómo calculamos la rentabilidad de una empresa? La ganancia está en el cuadro de resultados y la inversión en el balance, dentro del activo. Pero en el cuadro de resultados tenemos el beneficio operativo y el beneficio neto. ¿Cuál usamos? Podemos usar los dos. El beneficio operativo si queremos calcular la rentabilidad de toda la empresa y el beneficio neto si nos interesa la rentabilidad del accionista. Calculemos, en primer lugar, la rentabilidad de toda la empresa. La ganancia de toda la empresa dijimos que es el beneficio operativo. A primera vista, podemos pensar que la inversión es el activo. Sin embargo, el recurso espontáneo nos lleva a considerar que la verdadera inversión es el activo neto. Por tanto, la rentabilidad de la empresa sería el beneficio operativo dividido el activo neto. Y la llamaremos por sus siglas en inglés, RONA. Si quisiéramos calcular el RONA después del impuesto a las ganancias, deberíamos utilizar el beneficio operativo después de impuestos, es decir, el NOPAT. Análogamente, podemos calcular la rentabilidad del accionista. Su ganancia es el beneficio neto y su inversión, el patrimonio neto. Por tanto, la rentabilidad del accionista es el beneficio neto dividido el patrimonio neto. Y la llamaremos, por sus siglas en inglés, ROE. Si bien es bastante evidente, no está de más hacer notar que cuando una empresa no tiene deuda, la rentabilidad de la empresa coincide con la rentabilidad del accionista, es decir, el RONA después de impuestos es igual al ROE. Esto surge de que, cuando no hay deuda, el NOPAT es igual al beneficio neto y el patrimonio neto debe financiar todo el activo neto. ¿Qué pasa con la rentabilidad cuando la empresa incorpora deuda? Veámoslo en un ejemplo sencillo donde usted es el protagonista. Imagine que tiene la posibilidad de instalar un restaurante y que requiere una inversión de 1.000. Según su información, podría obtener un beneficio de 200. Para mantener el ejemplo sencillo, consideremos que está en un país donde no hay impuesto a las ganancias. Entusiasmado por el proyecto, decide ponerlo en marcha y, al cabo del primer año, obtiene, según lo esperado, un beneficio de 200 y, por tanto, una rentabilidad de 20%. Al ver su éxito, un banco se le acerca y le ofrece prestarle hasta 2.000 pesos a una tasa de 15%. ¿Qué le conviene hacer? Para responder, analicemos tres escenarios posibles, el actual sin deuda, otro donde financie un nuevo restaurante con un préstamo de 1.000 y el tercero donde instale dos restaurantes financiados por el banco. Empecemos por resumir la información del escenario actual. El balance es muy sencillo. Toda la inversión son 1.000 pesos y está financiada por el patrimonio neto. El cuadro de resultados también es muy simple, el beneficio es 200. Pero como no hay intereses, representa tanto el beneficio operativo como el beneficio neto. Cuando calculamos la rentabilidad, tanto el RONA como el ROE son 20%. Veamos el primer escenario con deuda. Al incorporar un restaurante más, el activo neto se duplica, pero ahora está financiado en partes igual por usted y por el banco. Si los restaurantes son muy similares, es de esperar que genere la misma ganancia, es decir, que mantengan el RONA de 20%. De esta manera, el beneficio operativo será 400. Si el costo de la deuda, aquí abreviado como Kd, es 15%, deberá pagar intereses por 150. Y le quedará un beneficio neto de 250. ¿Cuánto es ahora su rentabilidad como accionista? Si su beneficio neto es 250 y su patrimonio neto sigue en 1.000, su rentabilidad, es decir, el ROE, será ahora de 25%. Al incorporar deuda, su rentabilidad subió de 20 a 25%. Veamos el último escenario. Al agregar el tercer restaurante, el balance quedaría así. Es de esperar que si aún no se saturó el mercado, con el nuevo restaurante el RONA siga en 20%. Por tanto, el beneficio operativo sería ahora de 600. Si le restara los intereses, le quedaría un beneficio neto de 300. Como su patrimonio neto sigue en 1.000, su ROE sería ahora 30%. ¿Qué está pasando? ¿Cómo llegamos de un ROE de 20% a uno de 30%? La explicación es sencilla. Si el banco le cobra 15% y cada restaurante rinde 20, los restaurantes financiados por el banco le dejan a usted, accionista, un adicional de 5% sin poner dinero. Es decir, su rentabilidad como accionista sería la conformada por el 20% del restaurante financiado por usted, más el 5% para cada restaurante financiado por el banco. Dejando de lado el ejemplo, podemos mostrar la fórmula que relaciona la rentabilidad del accionista, El ROE, con la rentabilidad de la empresa, el RONA. Para que el ROE aumente, el RONA debe ser mayor que el Kd. Es decir, la inversión sostenida por el acreedor debe rendir más que lo que le cobra el acreedor. Si esto se cumple, se produce un efecto multiplicador. Cuanto mayor sea el endeudamiento, más aumentará el ROE. De aquí surge el nombre de apalancamiento financiero. Cabe destacar que este efecto multiplicador se da cuando el RONA es alto pero también cuando es bajo. En los años malos, cuando el RONA caiga por debajo de Kd, un alto endeudamiento podría reducir mucho el ROE e incluso hacerlo negativo. Habiendo analizado el impacto al endeudamiento, podríamos decir que la rentabilidad del accionista tiene dos fuentes. Por un lado, la rentabilidad de la empresa y, por otro, el efecto del apalancamiento financiero. Un buen análisis y diagnóstico de la rentabilidad del accionista debería comenzar con este desdoblamiento. Si se quisiera mejorar la rentabilidad del accionista, se puede hacer mediante la mejora de la rentabilidad del negocio o a través de la mejora del endeudamiento. Por último, es necesario resaltar un punto muy importante. De lo dicho hasta aquí podría pensarse que mientras la rentabilidad del negocio sea mayor que el costo de la deuda conviene endeudarse, porque aumenta la rentabilidad del accionista. Sin embargo, este razonamiento está dejando de lado el riesgo. Si bien al tener deuda en estas condiciones efectivamente aumenta la rentabilidad del accionista, también aumenta su riesgo. Una mayor rentabilidad no siempre es mejor si esto implica un aumento considerable del riesgo. En este video, hemos definido la rentabilidad como la ganancia dividido la inversión. Vimos cómo calcular la rentabilidad del accionista, conocida como ROE, y la de la empresa, que hemos llamado RONA. El apalancamiento financiero consiste en el efecto multiplicador que genera la deuda sobre la rentabilidad del accionista. Este efecto multiplicador suele aumentar la rentabilidad del accionista, pero también aumenta su riesgo. Por lo que aún no estamos en condiciones de determinar si el nivel de endeudamiento es adecuado o no, sino simplemente su impacto en la rentabilidad. [MÚSICA]