Bienvenido al tema inversión. Una vez que hemos hablado del presupuesto y el ahorro, es importante conocer qué opciones existen para que el dinero crezca. Recuerda que éste pierde su valor a través del tiempo, por lo que es necesario invertirlo. En este tema también conocerás tu perfil de inversionista y cómo hacer para que tus recursos se maximicen. Cuando invertimos buscamos incrementar nuestro patrimonio, es decir, generar un interés a través de instrumentos financieros. En una economía inflacionaria, el dinero pierde su valor conforme pasa el tiempo. Si mantenemos el dinero estático debajo del colchón, éste va a perder su valor. Por eso es necesario invertir, porque a través de la inversión el capital crece, el dinero mantiene su poder adquisitivo y reducimos los riesgos. ¿Te has puesto a pensar que en algunas ocasiones, aunque haya mayores ingresos, no necesariamente podemos comprar más? La razón es que los precios de las cosas suben. A esto llamamos inflación. Lo cual es el aumento generalizado y continuo de los precios de bienes y servicios. Este fenómeno se debe a la emisión excesiva de dinero o al sobreendeudamiento de un gobierno para hacer frente a gastos que están por arriba de los ingresos. Debido a que la inflación afecta nuestros ahorros, debemos invertir para que nuestro dinero suba por encima de la inflación. Ahora bien, se deben considerar tres elementos al momento de la inversión. El primero es el rendimiento, es decir, la ganancia que los instrumentos ofrecen, y se mide como un porcentaje de la cantidad originalmente invertida. En segundo término debemos considerar el riesgo, el cual es la incertidumbre de lo que se va a ganar, ya sea mucho o poco. También se debe considerar el plazo, que es el horizonte de inversión, o sea, el tiempo que se espera obtener un resultado de la inversión. Los instrumentos a mayor plazo y con mayor riesgo ofrecen mejores rendimientos, pero también existe la incertidumbre de que estos no ofrezcan lo esperado. Debemos estar muy conscientes de ellos al momento de elegir el instrumento de inversión. Ahora hablaremos un poco sobre los perfiles del inversionista. Esto no es necesariamente exclusivo de las personas que saben mucho sobre finanzas. Al contrario, muestra las características que una persona debe saber antes de tomar decisiones de inversión. ¿Por qué? Porque esto va a influir su tolerancia o aversión al riesgo y la relación que existe con los instrumentos de inversión en el mercado. Es muy importante tomar en cuenta los siguientes elementos. El primero es la edad. La tolerancia o la aversión al riesgo de una persona de 25 años es necesariamente diferente a la de una de 60. El segundo es el futuro económico. Es posible que una persona tenga mayores ingresos y que tenga más dinero en un futuro, lo que le permitirá ser más arriesgado en sus decisiones financieras. Los conocimientos también son parte importante del perfil del inversionista: querer conocer algún tipo de cuestiones básicas de inversiones para comprender de qué forma operan los instrumentos financieros y cuáles son las mejores alternativas que existen en el mercado. El carácter es importante, ya que nos muestra la tolerancia al riesgo e incertidumbre. Y por último, el tiempo. Debemos estar conscientes que una inversión puede ser a corto o a largo plazo, y esto tendrá una influencia sobre el rendimiento esperado. Los tres perfiles de inversionistas son: conservador, moderado y agresivo. El inversionista conservador es aquel al que no le gusta tomar riesgos. Prefiere las inversiones seguras, aunque los rendimientos sean menores. Busca instrumentos financieros como títulos de deuda, certificados de depósito, pagarés bancarios, etcétera, ya que estos dan un rendimiento fijo al vencimiento del documento. También tenemos al inversionista moderado, el cual es una persona que sigue siendo cautelosa con sus decisiones, pero puede tomar cierto riesgo en sus inversiones. Tiene la percepción de que sus ingresos y empleo se mantendrán estables por un buen tiempo. Estos inversionistas los encontramos en todas las edades. Generalmente se trata de personas con ingresos estables, y pueden ser entre moderados y altos. También encontramos a los padres de familia con capacidad de ahorro. Por último tenemos al inversionista agresivo. Generalmente cuenta con percepciones favorables en su trabajo y sus ingresos. Busca mayores rendimientos, aunque esté dispuesto a asumir el riesgo que sea necesario. Pueden ser inversionistas jóvenes que cuenten con solidez económica y con ingresos moderados y altos; personas solteras, sin hijos, entre 30 y 40 años de edad. Este tipo de inversionistas prefiere portafolios de inversión que combinen fondos de capitalización, deuda a corto plazo o deuda a largo plazo. Y tú, ¿con qué tipo de perfil de inversionista te identificas? Después de que identificaste qué tipo de inversionista eres, debemos revisar cuáles son las diferentes opciones de inversión para cada perfil. En los bancos e instituciones financieras existen diversas opciones de inversión, cada una con características particulares. Se debe elegir la más conveniente sin olvidar el rendimiento, el riesgo y el plazo. Los principales instrumentos de inversión son: El pagaré bancario. Es un instrumento financiero de bajo riesgo, rendimiento y plazo fijo. Es una inversión a plazos que paga rendimientos garantizados a una tasa de interés fija y al término del plazo. Su manejo se realiza a través de una cuenta de cheques o ahorros y está diseñado para personas que buscan buenos rendimientos con una inversión mínima, ya que se abre con una cantidad de dinero muy pequeña. Los beneficios de este tipo de instrumento financiero son que se dispone de la cantidad de dinero inicial más los intereses, se puede disponer sólo de los rendimientos y reinvertir el capital, se puede reinvertir el capital más los intereses. Los beneficios están garantizados desde su contratación. Se inicia con un plan de inversión regular y permanente. Se obtienen mejores rendimientos al realizar mayores montos de inversión en plazos mayores. Otra alternativa de inversión son los certificados de depósito, los cuales son de bajo riesgo, con rendimiento y plazo fijo o ajustable. Estos certificados ofrecen atractivos rendimientos con base en el plazo y monto invertido, con pago de intereses periódicamente, los cuales se realizan automáticamente a la cuenta de cheques o ahorros. Otra opción son los fondos de inversión de deuda con riesgo bajo medio, rendimiento y plazo variable. Estas son sociedades que reúnen a un grupo de ahorradores que invierten su dinero de manera conjunta. Los beneficios que presenta este tipo de inversiones son instrumentos de inversión a bajo riesgo con atractivos rendimientos y con liquidez. Captan recursos adicionales para financiar instrumentos del mercado de dinero y de capitales. Por lo natural, en estos instrumentos, las emisiones adquiridas son tomadas hasta el vencimiento. Con las alzas de tasas de interés, al ajustarse los precios del mercado de los instrumentos de inversión, el precio de la sociedad puede disminuir, ajustando al alza sus nuevos rendimientos. En este tipo de instrumentos existe reinversión automática del capital e intereses y existe una valuación constante de sus activos. Finalmente tenemos los fondos de inversión en renta variable, que a comparación de las opciones anteriores, son inversiones con un riesgo medio-alto, rendimiento y plazos variables. Estas sociedades operan de manera parecida a los fondos de deuda, con la diferencia que se invierte conjuntamente el dinero de todos los ahorradores en el mercado accionario. Además de los instrumentos financieros, existen otras alternativas de inversión. Pueden ser bienes inmuebles, metales preciosos o la moneda extranjera. Pero debemos recordar cuáles son las alternativas y las características de estos. Los bienes inmuebles tienden a subir de valor, pero también debemos cuidar que hay ciertos elementos de riesgo en estas inversiones. Los metales preciosos generalmente se invierten por su estabilidad, aunque no todos los momentos históricos son buenos para estos elementos. La moneda extranjera, por otro lado, se invierte con fines de especulación, es decir, comprar bajo y vender caro. Seguramente te preguntarás: ¿El riesgo puede eliminarse? No. Sólo se puede minimizar. Por ello existe la diversificación. Esto es una estrategia de inversión que administra el riesgo mediante la difusión del dinero a través de una variedad de inversiones como acciones, bonos, bienes raíces y alternativas en efectivo. Existe una filosofía de diversificación muy simple: no poner todos los huevos en la misma canasta. Pero, recuerda: la canasta no sólo debe contener huevos. Es decir, la diversificación en instrumentos de inversión es diversificar riesgos, plazos y montos. Recordemos que los dos montos más importantes en cualquier inversión es el retorno y el riesgo. Más aún, este debe diversificarse. La teoría de carteras de Harry Markowitz estudia cómo maximizar el retorno y minimizar el riesgo a través de una adecuada elección de componentes de una cartera de valores. Esta teoría toma en consideración el retorno esperado a largo plazo y la volatilidad esperada en el corto plazo. La volatilidad se trata como un factor de riesgo y la cartera se conforma en virtud de la tolerancia del riesgo de cada inversor en particular, tras evaluar el máximo nivel de retorno disponible para el nivel de riesgo escogido. Para poder integrar una cartera de inversión equilibrada, lo más importante es la diversificación, ya que de esta forma se reduce la variación de los precios. La idea de la cartera es diversificar las inversiones en diferentes mercados y plazos para así disminuir las fluctuaciones en la rentabilidad total de la cartera y, por lo tanto, también el riesgo. Ya que conoces tu perfil de inversionista y cuáles son los diferentes mecanismos y alternativas de ahorro, puedes revisar el siguiente video que hemos preparado acerca de las inversiones, esperando que te sea de utilidad.