Hola, bienvenidos y bienvenidas al curso de formación docente basada en la práctica para el desarrollo de habilidades del siglo XXI. En este módulo, particularmente, profundizaremos en lo que entendemos por un currículum basado en la práctica y sus implicancias. Para esto, seguiremos esta ruta de aprendizaje con el fin de poder analizar en qué consiste un modelo de formación inicial docente basado en la práctica y lo que implica. Nos queremos centrar en la pregunta acerca de ¿cómo se aprende a enseñar? Frecuentemente, cuando hablamos con formadores de profesores y le preguntamos acerca de qué es lo que aprenden los estudiantes en sus cursos, nos encontramos con la respuesta de que lo que los estudiantes aprenden son marcos analíticos para mirar las situaciones de enseñanza y reflexionar sobre estas. Entonces, en ese contexto surge la pregunta, bueno, ¿y cuándo aprenden a aplicar? Y frecuentemente, el consenso es que se aprende a aplicar en lo que llamamos la práctica. Notemos que en este ejemplo, particularmente, lo que vemos es una diferencia en la comprensión de cómo el estudiante aprende a enseñar y distintas perspectivas acerca del aporte de cada curso en la formación inicial docente. Entonces, ¿cómo se aprende a enseñar? Para abordar esta pregunta, me gustaría pedirte que te conectaras un momento con otra experiencia de aprendizaje, que es bien frecuente, que es cómo aprendemos a conducir. Para los que no hayan aprendido a conducir, imagínense cómo sería aprender a conducir. Tómate un momento, conéctate con esa experiencia y piensa cómo lo hiciste. En general, las respuestas que recibimos tienen que ver con que uno aprendió observando, otro mirando, otro que sabía más, acompañado por otro que tenía paciencia, que lo guiaba y lo ayudaba a entender cómo empezar a manejar, o pasito a paso, probando en tramitos cortos, etcétera. Hay distintos tipos de experiencias, pero todas involucran una experiencia directa con la conducción. Nosotros, en la formación inicial de profesores, a veces tenemos la sensación de que las oportunidades que les ofrecemos a los estudiantes es como si te enseñáramos a conducir así, como analizando cada una de las partes del auto para poder después llegar, pegar un salto y estar en el terreno de máxima complejidad, que es una calle con alto tráfico, que es el símil de estar en una sala siendo responsable del aprendizaje en niños y niñas en un contexto de máxima complejidad. El desafío que tenemos es lograr una aproximación paulatina a esa experiencia a través de simulaciones guiadas, enfocadas en aspectos claves de lo que es, en este caso la conducción, para luego pasar a tener experiencias acompañadas, guiadas, mediadas, que te van a hacer tomar conciencia de aspectos claves de lo que se trata, en este caso, la conducción, para finalmente llegar a este terreno de máxima complejidad, que es manejar en una hora punta en una ciudad bien concurrida, que sería el símil en educación a hacer clases directamente, hacerte cargo en forma auténtica de la enseñanza de niños y niñas. Entonces, ¿cómo formar profesores hoy? Una respuesta a esta pregunta la ofrece la experta en educación Linda Darling Hammond, que nos propone un marco acerca de cómo preparar a profesores para un mundo en constante cambio, y lo que hace, en primer lugar, es darnos un marco de referencia que tiene que ver con una postura, que es la idea de que preparamos a profesores para enseñar en una democracia. Significa que queremos salas de clases equitativas, dialógicas y participativas. Para lograr esto, se hace necesario distintos cuerpos de conocimiento. Por una parte, plantea que es necesario tener un conocimiento sobre los aprendices y su desarrollo. Es decir, ¿a quién le estoy enseñando?, ¿quién es?, ¿cómo aprende?, ¿cómo se desarrolla? Son conocimientos que se tienen que ir afianzando a través de la formación inicial. Por otra parte, otro cuerpo de conocimiento importante tiene que ver con los contenidos, las materias y los objetivos curriculares. No se puede enseñar lo que no se sabe. La profundidad disciplinar es lo que nos va a permitir generar experiencias desafiantes para los alumnos y alumnas de las salas de clase. Por último, el último grupo de conocimientos que releva es el conocimiento de la enseñanza. Cómo voy a enseñar, cómo lo voy a hacer para generar motivación, para generar la oportunidad de aprendizaje que se traduzca en un aprendizaje profundo. La convergencia de estos tres elementos en el centro, es lo que la autora llama ''la visión sobre la práctica''. Es en el centro, en la intersección entre estos tres tipos de conocimientos, donde se integra un razonamiento pedagógico complejo, que es el que permite tomar decisiones en las salas de clase y poder hacerte cargo en forma responsable del aprendizaje de niños y niñas, que es el objetivo final de la formación inicial de profesores. Entonces, ¿qué aprendimos? Por una parte, que un currículum basado en la práctica no solo implica aumentar la cantidad de horas o de presencia en los contextos más auténticos que son el terreno, sino también infundir de conocimiento práctico especializado los cursos de la formación. El aprender a aplicar no es algo que suceda exclusivamente en la experiencia directa más auténtica, sino que, también, a través de una aproximación paulatina, que implica una transferencia progresiva de la responsabilidad con situaciones y oportunidad de aprendizaje intencionadas y estructuradas para aproximarte gradualmente a esta experiencia. Por último, también profundizamos en que es muy importante para una formación basada en la práctica, ganar en coherencia a través de la generación de una visión compartida de lo que se espera que los estudiantes logren en la práctica profesional.