Ahora sí y por recapitular, veamos cuáles son los principales learnings del caso, que aporta luz sobre el trabajo y los procesos de liderazgo que se dan en la cumbre de las organizaciones internacionales. ¡Empezamos! La primera lección a extraer tiene que ver con el nombramiento de Javier Solana y el concepto de confianza. Las relaciones personales y la confianza en la selección de alguien destinado a liderar, son capitales. En nuestro caso, la elección de Javier Solana como alto representante, es el resultado de su buena sintonía con Estados Unidos y la legitimidad que se ganó como eficaz Secretario General de la OTAN, ese es el fundamento para su designación. La segunda lección ya aplica a su trabajo y en el modo que ejerció su trabajo, fijaros que Solana, aún estando en la cúspide de la organización, asumió un rol de negociador y de facilitador, no actuó como jefe jerárquico todo poderoso, porque hubiera quedado condenado. De hecho, buena parte de su trabajo consistió en dinamizar sus jefes, es decir, el concejo. A pesar de la autoridad y el poder que tenía, Solana lideró desde la generación de consensos de los países europeos. Era el mejor modo para poder ejecutar la política exterior y de seguridad común. En su actuación se vislumbran muchas actividades propias de la gestión relacional, de hecho, lo primero que procura, es facilitar la interacción entre los ministros de exteriores, jefes de estado o representantes permanentes de los países miembros, como fundamento para evitar el conflicto. Se comunica constantemente con todos ellos bilateralmente y luego acompaña la interacción entre ellos para asegurarse que las diferencias no se conviertan en conflictos entre ellos. Esa interacción es clave, porque permite a las distintas partes, converger y reducir diferencias de percepción, en buena medida, actúa como un traductor de intenciones. Y en entorno donde hay distintas partes autónomas, ese trabajo es fundamental para conseguir acuerdos. La tercera lección vinculada a su trabajo es la estructuración de la PESC. En el caso vemos como la PESC es una construcción paulatina progresiva. Primero crea el COPS, un nuevo cuerpo de representantes permanentes con el que consigue asegurar la confidencialidad y generar confianza entre las partes. Luego crea la Policy Unit, con un personal secundado de los diferentes ministerios de exteriores de los países miembros. Esta unidad le sirve para dos cosas, una oficial, que es la tarea de análisis y otra, aún más importante, consigue un segundo canal de comunicación directo con los países miembros, de este modo le hes más sencillo diseminar sus ideas entre los países miembros. Este trabajo de estructuración es muy importante en entornos horizontales como el descrito, porque te permite crear a ti, las reglas y los canales estables de interacción entre las partes. La cuarta lección que podemos extraer del caso, es el pensamiento estratégico de Javier Solana como alto representante. La clave residía en evitar que los países miembros se sintieran amenazados por la misión y la actuación de la PESC. Con eso en mente, propuso centrarse en intervenciones de emergencia, un ámbito en el que los países miembros no operan y así evitaba hacer diplomacia clásica, que interferiría con las funciones de los países miembros. Con esta decisión, Solana, consiguió incluso que el concejo aceptara la creación del Situation Center, un servicio de inteligencia para la PESC, algo muy difícil de imaginar cuando empezó su mandato, la inteligencia es una de las áreas más sensibles de un estado o nación, pero era clave para poder trazar estrategias y estar preparado para poder actuar ante futuras emergencias. Y la quinta y última lección, es la movilización de apoyos externos que consiguió Solana. Para el éxito de su empresa era clave tener el beneplácito implícito de Estados Unidos, que había provisto de seguridad a Europa Occidental desde la Segunda Guerra Mundial. Por eso cuidó tanto la relación con Estados Unidos y garantizó el encaje con la OTAN, porque el principal temor de los americanos, era que la PESC debilitara a la organización atlántica. Y lo hizo nombrando al vicecomandante para Europa de la OTAN, jefe de operaciones de la PESC, esto garantizó el apoyo americano. Por resumir, el caso nos muestra cómo el ejecutivo en jefe de una organización internacional debe liderar de manera colaborativa y negociando constantemente con sus estados miembros. Para ellos era importante que facilite la interacción, estructure los canales de participación y comunicación, piense estratégicamente y movilice el apoyo externo necesario. Por mi parte, aquí termina mi participación en el MOOC. Ha sido un placer compartir este par de semanas con vosotros y la experiencia de trabajar con personas de todos los rincones del mundo. Ahora os dejo en las mejores manos posibles, las de Javier Solana, que nos hablará de seguridad global, a través del fascinante caso de Irán. Un saludo y hasta la próxima.