[MÚSICA] [AUDIO_EN BLANCO] La formación de la nación mexicana y del estado mexicano resulta un tema muy complejo, porque son muchas las variables que entraron en este asunto. Para 1821 se puede proclamar la Independencia de México, el antiguo Reino de la Nueva España, de su madre patria, de España. La proclamación fue realmente fácil, los antiguos insurgentes y sus enemigos llegan a un acuerdo y se va a iniciar una nueva vida, un México independiente. Pero ¿qué es México en ese momento? No había tenido la experiencia de un sistema exclusivo para México, era parte de un imperio colonial y las grandes decisiones se tomaban fuera de México. No habia una clase política con experiencia en la administración de lo propio. Y, por otro lado, había una enorme heterogeneidad. El México del centro era muy distinto del México del Norte, ese México donde no se sabía incluso exactamente hasta donde llegaba lo que era la Alta California. Toda esa zona que hoy corresponde a los Estados Unidos era una zona muy poco poblada y muy poco conocida. Pero además, la élite que había logrado que se firmara la independencia no tenía una unidad clara. Había quienes querían que se constituyera el nuevo México en una monarquía, la Monarquía mexicana. Había quienes insistían: no, este es el momento de una república, porque estamos viendo el éxito de la república que está al norte de nosotros. Estados Unidos es un ejemplo que está siempre presente. Los norteamericanos tienen enorme éxito, tiene que ser una república. ¿Pero qué tipo de república? Puede ser una república federal o puede ser una república centralista. El problema de federalistas y centralistas vaya que sí va a ser grande. Ese México sin mucha comunicación entre sí, hay que recordar, no había carreteras, o bueno, había el camino real, pero no era muy alentador andar por esos caminos y desde luego, no había grandes ríos para comunicarse una región con la otra. Estaba México muy aislado. Las regiones eran microcosmos, con una cultura propia, una economía propia. ¿Cómo unir todo eso? ¿Cómo unir todo eso en un proyecto nacional y sobre todo, teniendo en cuenta que el español no era necesariamente la lengua dominante? Las costumbres tampoco, porque eran muy diferentes en México de Yucatán del México del Centro, del México de Chihuahua, del México de la Alta California. Entonces, la creación de una unidad política, cultural de la cual emergiera el sentido de nación era prácticamente imposible en esas condiciones. Lo que se dio entonces fue una lucha al principio más o menos pacífica y luego abiertamente armada, entre diferentes proyectos. Simplifiquemos mucho. Entre liberales y conservadores. Pero antes, hay que acordarnos del intento de un México imperial. Iturbide, como el primer emperador de México, teniendo o queriendo combinar la herencia española, en donde era una herencia monárquica, con la modernidad de la república, un imperio constitucional, un maridaje entre estas dos posibilidades, no dio ningun resultado. Lo de Iturbide fue efímero. El México, que tenía ese primer imperio, empezó a disgregarse. En primer lugar se fue Centroamérica, luego vendría Texas que se haría independiente con un poco de ayuda de los Estados Unidos, pero luego eso, el problema texano, terminaría por llevar a una guerra con Estados Unidos, a una guerra entre un México que no era aún una nación, con unos Estados Unidos que ya tenían todas las características de un estado nacional. Entonces, el resultado fue la derrota mexicana y la pérdida del Norte. Se pudo haber perdido más. Lo que quedó, incluso lo que quedó, estaba todavía bastante despoblado. Así que, en cierto sentido, México tuvo suerte de no desmembrarse más. Yucatán se pudo haber ido. ¡No se fue! Pero la posibilidad allí estuvo. Y era un México en donde, por ejemplo, hablando de Yucatán va a estallar la guerra de castas, una lucha interna entre los yucatecos, entre los yucatecos de clase alta y una parte de esa enorme población de maya; va a irse también convirtiendo en un problema el Norte, los yaquis, por ejemplo, los mayos, que son naciones, porque tienen todas las características de naciones. Tienen tradición, lengua, autoridades, región. México tuvo que conquistar a otras naciones para hacerse nación. Y en eso, la verdad es que implicó un montón de sacrificios y visto a la luz de la ética y de los valores políticos del México del siglo XXI, una buena dosis de injusticia. Todas las naciones, o bueno, vamos a ponerlo así: casi todas las naciones tienen detrás de su consolidación un montón de luchas y un montón de sangre derramada. México no fue la excepción. Entonces, la lucha, después del Imperio de Iturbide, ¿qué hacer? Una república federal. Pero los centralistas querían otra cosa y tenían sus razones para pedir un México centralista. Luego, después de esa Constitución de 1824, va a venir la lucha alrededor de la Constitución del 1857. Esta concita todas las angustias, esperanzas y odios de liberales y conservadores y va a requerirse de una prolongada guerra civil y de una intervención extranjera, para que finalmente esta constitución prevalezca y empiece entonces, alrededor de los 1860-1870, la aparición, por fin, de una nación mexicana titubeante, balbuceante, pero ya es la nación que hoy conocemos. [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA]