Visto todo esto, ya tenemos capacidad para enfrentarnos a lo que es propiamente el sistema fonológico del egipcio en su aspecto consonántico, es decir, enfrentarnos a los fonemas consonánticos del egipcio clásico. Esta tabla la tenéis reproducida en el documento de 1.1 que tenéis entre los materiales del curso y si queréis profundizar en todo lo que es aspectos de la fonología y el consonantismo del egipcio clásico, podéis leer en mi libro "Escrituras lengua y cultura en el Antiguo Egipto". Los parágrafos 117, 128, como podéis ver aquí. Vamos a empezar a ver los fonemas del egipcio clásico, en este esquema que tenemos aquí y vamos a empezar por aquellos que no ofrecen ninguna dificultad de pronunciación para el hispano hablante. Si os fijáis en la tabla que tenéis aquí, tenemos por un lado en la parte superior, en la línea superior tenemos los distintos puntos de articulación: labiales, dentales, palatales, velares, uvulares. Fonemas laríngeos que se dividen en faríngeos y glotales y, en la parte de la izquierda, lo que tenemos son los distintos modos de articulación, algunos de los cuales se subdividen a su vez en esa oposición de fonación, que hemos descrito antes, entre fonemas sordos y fonemas sonoros, es decir, fonemas en los que no hay vibración de las cuerdas vocales y fonemas en los que sí hay esa vibración, que serían los sonoros. Ya hemos dicho que por el modo de articulación, los sonidos pueden ser oclusivo y africados, fijaros que en este caso, hemos hecho una única categoría con estos dos tipos de sonidos: fricativos, nasales, líquidos (que, a su vez, pueden ser vibrantes y laterales) y semi vocales. La diferencia entre vibrantes y laterales que no he comentado antes en el ámbito de los líquidos es que, en los vibrantes, tenemos una serie de rápidas oclusiones seguidas, como cuando digo "erre", mientras que los laterales son líquidos normales, sin esta serie de oclusiones como cuando digo "ele". Entonces ahora vamos a ver cuáles son los fonemas que no ofrece ninguna dificultad para un hablante español o hispanoamericano en principio, aquí puede haber algunas variantes, debo decirlo, pero eso vosotros mismos podéis comentarlo incluso en el foro. Qué diferencias puede haber de pronunciación en estos fonemas. Yo voy a hacer un poco un estándar, para hablar de los fonemas pronunciados por un hispanohablante. Vamos a empezar por hablar de lo que son propiamente fonemas, es decir, los sonidos que están entre barras de entrada. Entonces, fijaros, en la primera columna, la columna de las labiales, tenemos cinco fonemas que son la "p", la "b", la "f", la "m" y la "w", estos son los cinco fonemas labiales de que dispone el egipcio antiguo. Entre los dentales tenemos también, cinco fonemas, la "t", la "d", la "s", la "n" y la "r". Aquí, si os fijáis, os he puesto entre paréntesis la "l", también. Pero, lo he puesto entre paréntesis porque con la "l" tenemos que hacer una salvedad, que es muy importante y es que, nosotros sabemos que el sonido "l" existió en egipcio clásico, pero los egipcios no aislaron un signo mono consonántico para anotar este fonema, para anotar este sonido. Es decir, mientras que para todos los otros fonemas de esta tabla, tenemos como veremos al final de este vídeo un signo mono consonántico, es decir, un signo que anota una única consonante, que sirve justamente para expresar ese fonema, para el sonido "l", no tenemos un signo específico, el sonido "l" se podía reproducir con otros signos, por ejemplo, con el signo del "Aleph" o con el signo de la "erre" o con el signo de la "n", como veremos después. Es decir, otros signos correspondientes a otros fonemas, servían también para expresar la "l". ¿Por qué es así? Porque una cosa que llama mucho la atención de la escritura jeroglífica egipcia, es precisamente el hecho de que los egipcios de alguna forma intuyeron los fonemas de su lengua, porque atribuyeron a cada uno de los fonemas un signo mono consonántico y fijaros, a los fonemas, no a los alófonos de los que hablaremos a continuación, no a los alófonos, no a las variedades de articulación de los fonemas, sino a los propios fonemas les atribuyeron a cada uno de ellos un signo mono consonántico. Esto es muy interesante, porque indica eso, que los egipcios tuvieron intuición, intuyeron, lo que eran los fonemas, es decir, los sonidos estándar, los sonidos modélicos de su lengua, de su sistema consonántico, los intuyeron. Y por eso atribuyeron a cada fonema, un signo mono consonántico, pero la "l" no. La razón puede ser debida, pero este es un tema que no se conoce muy bien, porque es difícil acercarse a este tipo de cuestiones, puede ser debida a variantes dialectales, es decir, el dialecto que se utiliza para la fijación gráfica del egipcio, es el dialecto muy probablemente del norte del país, el dialecto de Menfis, Menfis fue la capital justamente a principio de la historia de Egipto, y en ese dialecto tal vez el sonido "l" no era un fonema, sino que era un alófono, y entonces tenía una presencia, pero no era digamos un sonido determinante, no era un sonido claramente definido como todos los demás, sino que era una variante articulatoria, era sentida como un alófono probablemente, entonces al ser sentida como un alófono no se le atribuyó un signo mono consonántico específico, sino que se reprodujo gracias a otros signos mono consonánticos que servían para anotar otros fonemas afines, desde punto de vista de la articulación al fonema "l". Por eso os lo he puesto entre paréntesis y por eso no hay signo consonántico que sirva para anotar el fonema "l". Lo que es interesante es que, al final de la historia del egipcio, probablemente el dialecto que es la base del egipcio de la segunda fase, del Neo egipcio, sea un dialecto del sur y, es probable, que en este dialecto la "l" sí que fuera un fonema con entidad propia. Por eso, en la segunda parte de la historia de la lengua, los escribas tuvieron necesidad de anotar ese fonema y entonces inventaron unos signos, no un único modo consonántico, sino una serie de signos, cuatro signos en concreto para poder anotar específicamente este fonema. Si queréis más información sobre esta cuestión, la tenéis en los parágrafos que os he citado antes del libro "Escrituras lengua y cultura en el Antiguo Egipto". Por lo tanto, os remito a él si queréis profundizar un poco sobre esta cuestión de la "l", que es una cuestión realmente muy interesante, porque justamente permite reflexionar sobre esta intuición que los egipcios tuvieron de la entidad fonema. Bien, en el ámbito de las palatales, como podéis ver, tenemos dos sonidos que no ofrecen ningún problema de pronunciación para un hispanohablante, el primero es una "ch", que se escribe como veis con una "c", esta ce entre barras, en realidad sirve para anotar el fonema "ch", no os confundáis con esto, es el fonema "ch", de "chacal", por tanto un hispano hablante no tiene ningún problema para pronunciar este fonema y el otro fonema es el que tenéis en la parte inferior de esta columna, es el fonema "ye" del español "ya", tampoco hay ninguna dificultad para pronunciarlo. En el ámbito de las velares tenemos dos sonidos que tampoco ofrecen ninguna dificultad para un hispanohablante, la "k" y la "g". Atención con la "g". La "g", siempre es velar oclusiva, es decir, siempre se pronuncia "g" cuando veáis escrito el mono consonántico que corresponde al fonema "g", recordad que siempre es una oclusiva velar, siempre es "g", nunca es "ge". De acuerdo, no me pronuncieis palabras en las que aparezca una "g" con una "ge", sino que siempre debéis pronunciarlo "g". Fijaros que, lo que diferencia la "k" de la "g" también es el hecho de que la "k" es sorda mientras que la "g" es sonora, efectivamente si las pronunciais veréis, que en el caso de la "k" no vibran las cuerdas vocales mientras en el caso de la "g" sí que se produce esa vibración. Y en el ámbito de las uvulares ya lo sabemos, también tenemos la "jota". Recordar que la jota de nuestra palabra Junko, por ejemplo, es una consonante uvular, se pronuncia en la campanilla, en la uvula, y la manera que el alfabeto fonético internacional tiene de anotar ese fonema, es a través de la "gi" griega. Y fijaros que ya no os he marcado ningún otro sonido en esta tabla, porque los sonidos que quedan son sonidos que si presentan un cierto grado de dificultad entre poquito y mucho, para un hispanohablante y por lo tanto a esos les vamos a reservar la siguiente diapositiva. Pero antes de pasar a la siguiente diapositiva vamos a hacer una observación muy importante. Que es justamente esta diferencia entre fonemas y alófonos que tenéis también marcado en este esquema, porque si os fijáis, en todo lo que son los sonidos oclusivos y africados, yo os he puesto por un lado el fonema entre barras, pero luego entre paréntesis también os he puesto los alófonos que nosotros sabemos que eran variantes articulatorias de esos fonemas, es decir, en el estudio lingüístico del egipcio, se ha podido oír más allá de lo que los textos nos anotan, un texto anota una "p" y ya esta, no nota nada más. Pero estudiando la fonología ante el egipcio por comparación con las lenguas afro asiáticas, por comparación con el copto, por comparación incluso con las transcripciones griegas, ahora veréis por qué y, por comparación con las transcripciones al asirio o al babilonio o al hitita, haciendo todas esas comparaciones, nosotros hemos podido llegar a determinar, que algunas de estas consonantes, se pronunciaban con distintas variantes de articulación, es decir, a la hora de la pronunciación real de esas consonantes, había distintas modalidades, distintas variantes articulatorias. Por ejemplo, vamos a poner el ejemplo de la "p". La "p" es el fonema, de acuerdo, el fonema es "p". Una de las articulaciones del fonema "p" es lo mismo, "p". Por lo tanto hasta aquí, ninguna dificultad. Pero nosotros sabemos, como digo, que en algunos contextos fonéticos la "p" no se pronunciaba "p", se pronunciaba "pa", como en inglés "porr". Cuando un inglés dice "porr", no dice "por", dice "porr". Una "p" con una ligera aspiración que le acompaña, "pa", "porr". Como digo, en algunas posiciones, este fonema se pronunciaba de esta manera. Esto es lo que hace que en griego, por ejemplo, cuando los griegos hacen una transcripción de palabras que tienen, por ejemplo, nombres de dioses, que tienen este sonido y en copto pasa lo mismo, porque el como ya sabéis, es alfabeto griego, verdad. Cuando los griegos o los coptos, transcriben palabras, transcriben este fonema en palabras, que tienen justamente una "p", que tienen este fonema, a veces no lo transcriben con una "p", sino con una "pa ", con el sonido dífono, que el griego tiene, para escribir una "pa", lo que después será la "fi". Originalmente es una "pa" con una ligera aspiración. Y entonces, el griego se sirve de ese sonido, que en realidad es un dífono, es decir, es un signo que en realidad anota dos consonantes o una consonante con una pequeña extensión articulatoria, que sería esta aspiración. Utilizan ese signo para escribir justamente, para transcribir justamente este sonido egipcio. Entonces, nosotros sabemos que en algunos casos la "p" se pronunciaba "p" pero en otros casos se pronunciaba "p". Lo mismo pasa con la "t", a veces era "t" a veces era "ta", como en "Time" en inglés. Lo mismo pasa con la "ch", a veces era "ch", a veces era "cha" como en "Charming", en inglés. Y lo mismo pasa con la "k", a veces era "k", a veces era "ka". Es decir, a veces se pronunciaba lo que era el sonido en su punto de articulación y nada más y a veces se pronunciaba lo que era el sonido en su punto de articulación, acompañado de una extensión que era una ligerísima aspiración. Y esto, en el caso de los griegos y los coptos, se materializa de esta manera. Es decir, que cuando quieren transcribir esos sonidos, lo hacen con los signos dífonos de los que disponen. Por ejemplo, en el caso de la "k", el último que acabo de decir, pues se hace con una "gi", que originalmente ya sabéis, en realidad es una "k", seguida de una aspiración. Y ahora vamos al ámbito de los sonidos sonoros. Como podéis ver en este caso, en este esquema tenemos marcados dos, la "d", por un lado y la "g", que no ofrece ninguna dificultad para un hispanohablante. Pues bien, la "d", en realidad nosotros sabemos que no se pronunciaba "d". No se pronunciaba "d", en ningún contexto, sino que en realidad la "d" se pronunciaba, como una consonante eyectiva, ¿qué és una consonante eyectiva? Pues una consonante eyectiva, es una consonante que en realidad es sorda, no es sonora, fijaros que yo aquí os lo he puesto entre las sonoras, porque la "d" es sonora, pero la articulación real de este sonido, como realmente este sonido se articulaba, en realidad era un sonido sordo, "d", seguido de una extensión también en este caso, que es una oclusión que se produce en la glotis, es una oclusión glótica. Fijaros, la oclusión gótica es la que resulta, si yo pronuncio la palabra española "barbacoa", separando mucho las sílabas y justo delante de la "a" final. Si yo pronuncio esta palabra separando mucho las sílabas justo delante de la "a" final, me aparece este sonido, esta oclusión glótica, que como no existe en nuestras lenguas nosotros no sabemos pronunciar porque no estamos acostumbrados a pronunciarla. En nuestras lenguas no existe como sonido lingüístico, pero a veces sí que se pronuncia, por ejemplo, en este caso, si yo pronuncio la palabra "barbacoa" separada mucho en sílabas, justo delante de la "a". Vamos a hacerlo, "bar va co a". Ese "a" que se pronuncia inmediatamente antes de la "a". Si yo separo mucho esta sílaba, la sílaba "a", la sílaba final de la anterior, ese sonido que aparece ahí, esa oclusión, esa cerrazón de la glotis que hay inmediatamente antes de pronunciar la "a", eso es una oclusión glótica. Bueno pues, estos sonidos se pronunciaban con lo que era el fonema dental, en este caso, seguido de una ligera oclusión glótica, se pronunciaban así, por ejemplo, "at a, at a", y en el caso de "g" se pronunciaba "ag a, ag a". Es decir, después de la "g", una ligera oclusión que se produce en la glotis, antes de pronunciar la vocal que viene a continuación. Fijaros, "at a, ag a". Con una pequeña obstrucción justo antes de la pronunciación de la vocal. Entonces me diréis. Bueno, si ya sabemos que estas consonantes en realidad se pronunciaban como consonantes eyectivas, tenían este rasgo. Por qué seguimos transcribiendo los fonemas como una "d" y una "g", si no eran fonemas dentales en el caso de la "d" o velares en el caso de la "g", sonoros, sino que son fonemas, son sonidos eyectivos. Por qué no seguimos escribiendo, transcribiendo así estos fonemas. Lo hacemos así por tradición. Como toda la vida hemos dicho que existía un fonema dental sonoro que es una "d" y un fonema velar sonoro que es una "g", pues nosotros mantenemos eso a nivel de fonología, a nivel de sistema de lengua, al fin y al acabo, el sistema de lengua pues es un abstracto, de acuerdo, pero nosotros sabemos que la realización concreta la realización real de esos sonidos era la que os acabo de explicar. Por lo tanto nosotros mantenemos el fonema "d" y el fonema "g", digamos por convención y tradición, pero nosotros sabemos que a esos fonemas corresponden en realidad sonidos eyectivos. Estos sonidos eyectivos no existen en nuestras lenguas, por lo tanto son muy difíciles de pronunciar, existen en lenguas etíopes, por ejemplo, pero si vais a Internet y ponéis "ejectives", en inglés, por ejemplo, encontraréis dos o tres vídeos en los cuales se pronuncian estos sonidos eyectivos. Entonces ahí podéis ver, cómo se pronuncian. Pero la pronunciación es esta que os acabo de decir. Es decir la dental y velar en cuestión seguida de esta obstrucción en la glotis. Bien dicho esto, ya vemos que efectivamente el estudio del egipcio, pero no desde el punto de vista meramente de los textos, porque ahí no se ven las diferencias de articulación, sino que sólo se ven las consonantes. No a nivel de los textos, sino a nivel de estudio lingüístico, de estudio comparado, de estudio lingüístico comparado. A nivel de estudio lingüístico comparado como digo se puede llegar a determinar algunos de los alófonos, es decir, de las modalidades reales de pronunciación de los fonemas del egipcio clásico.