Bienvenidos al segundo módulo. En este módulo, comenzarás con el diseño de tu propuesta de innovación educativa, que atenderá a la situación crítica que has identificado. Empatizar y contactar con la realidad de los estudiantes que están involucrados en la situación crítica es indispensable, porque podrías encontrar información que de otra manera no podrías ver desde afuera. Necesitamos escuchar sus vivencias, sumergirnos en su realidad y entenderla para analizar esta problemática. Por ejemplo, en una comunidad de escasos recursos en Nepal, la situación crítica que se identificó fue la muerte de los recién nacidos en los hospitales. El gobierno determinó que lo que hacía falta eran más incubadoras y, entonces, contrató al equipo de diseñadores de la d.school de Stanford para que ellos diseñarán un modelo económico que les permitiera distribuir las incubadoras en este país. Sin embargo, este equipo empezó a empatizar, a comprender a las familias, escuchó cuáles eran sus vivencias, cuáles eran sus necesidades, observó sus rutinas, conoció su contexto. Es así que los diseñadores se dieron cuenta que lo que realmente necesitaban las familias era mantener a los bebés calentitos desde las casas, no en los hospitales, cuando ya era demasiado tarde. Y, entonces, idearon una manera muy sencilla para prevenir la hipotermia de los bebés. Diseñaron una bolsa de dormir que los arropaba y les permitía regular su temperatura. De esta manera, como profesores, generamos soluciones en el ámbito didáctico y necesitamos poner al centro a los estudiantes. Conocer sus intereses, conocer sus necesidades, conocer su contexto nos permitirá desarrollar una propuesta innovadora que realmente atienda a la problemática. De otra forma, nos puede pasar lo que le ocurrió al Gobierno de Nepal, que estaban atendiendo una idea equivocada. La misión en esta etapa es que exploremos las necesidades que tienen los estudiantes, comprender qué hacen y por qué lo hacen. Entender su experiencia y, con la información que nos aporten, encontrar inspiración para la propuesta innovadora. Al contactar con los estudiantes, podemos llevarnos sorpresas, como la que le ocurrió a la profesora Hilda Rivas, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Campus Morelia de la UNAM. Escuchamos su testimonio. Me tomó tiempo entender que el proyecto tenía que ser dirigido a un problema que los alumnos manifestaran y no un problema que el maestro tuviera. Yo, al inicio del módulo, tenía pretensiones de elaborar un nuevo temario porque pensaba que el problema era el contenido de los temas, cuando, en realidad, yo determino los alcances de cada tema. Los alumnos de la Licenciatura en Geohistoria provienen del área social y tienen poco interés en la física y la química porque suponen que va a ser difícil, por lo que primero debo trabajar sobre este supuesto haciendo que ganen confianza en ellos. Pero ¿de qué manera realizar esta etapa? Esta etapa está orientada a recopilar información de la experiencia de los estudiantes con la situación crítica que hemos identificado. Lo primero que necesitamos para iniciar esta etapa es recobrar la actitud de curiosidad que nos permita posicionarnos de otra manera a como lo hemos hecho hasta ahora. Esto nos permitirá ver la realidad de los estudiantes desde otra perspectiva. Quizá implique ser observadores silenciosos y estar dispuestos a observar y aceptar esa realidad tal cual es, pues quizá nos encontremos ante situaciones que no nos agraden y mostremos ciertas resistencias. Por ello, necesitamos acercarnos a los estudiantes sin prejuicios ni preconcepciones, con respeto y tolerancia. Este ejercicio nos permitirá sumergirnos en la realidad de los estudiantes, viendo cómo están experimentando la situación crítica y conectando con sus emociones a partir de hablar con ellos e interactuar, sin resultar enfadosos ni intrusivos. Para explorar cómo los estudiantes viven la situación crítica, podemos utilizar varias estrategias, como observar y deducir, entrevistar o aplicar cuestionarios. Veamos cada una de ellas para que selecciones la que te es más pertinente. Con esta estrategia, se trata de que mires a los estudiantes y realices deducciones a partir de preguntas como, ¿qué hace el o los estudiantes?, ¿cómo lo están haciendo?, ¿por qué lo están haciendo? Toma nota de tus observaciones para que las puedas analizar después. Por ejemplo, observemos y analicemos la siguiente fotografía. ¿Quiénes están participando aquí? Quizá podamos decir que son un grupo de estudiantes que están en una actividad en la que tienen que experimentar con diferentes sentidos, o están tratando de concentrarse. Es probable que estén escuchando música. Después nos preguntamos: ¿cómo lo están haciendo? Sentados en las bancas, en semicírculo y con los ojos vendados. Y tratemos de profundizar un poco más: ¿por qué lo estarán haciendo? Quizá estén trabajando de esa manera para concentrarse mejor antes de iniciar una clase complicada o quizá para empezar a activar sus conocimientos. De esta manera, podemos observar con más detalle la situación crítica y es posible que necesitemos profundizar más en las emociones y en los pensamientos de los estudiantes. Para ello, podemos complementar con otras estrategias como la entrevista. La entrevista nos permitirá explorar y comprender mejor la realidad de los estudiantes a través de conversar con ellos de manera estructurada. Para empezar, necesitamos preparar las preguntas que nos permitan explorar cómo viven la situación crítica. Selecciona aquellas que te permitan profundizar, por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que tú...? ¿Platícame una experiencia que has tenido con...? Ahondar en las emociones experimentadas nos dará muchas pistas sobre el camino a seguir. Preguntas como ¿cómo te sentiste cuando pasó?, ¿qué sentías en ese momento? Una pregunta que te permitirá explorar más y profundizar en los sentires y pensamientos de los estudiantes es ¿por qué?, ¿por qué haces...?, ¿por qué sientes...?, entre otras preguntas. Al realizar la entrevista, es necesario que conozcas unos lineamientos que te permitirán recopilar la información. El primer lineamiento consiste en explicarle a los estudiantes la razón por la que recolectaremos la información sobre la situación crítica identificada y que pida su consentimiento. Posteriormente, necesitas hacer preguntas sencillas, no rebuscadas, limitadas a diez palabras máximo como ¿cómo elaboras un texto académico? El tercer lineamiento es que evites preguntas que busquen respuestas dicotómicas de sí o no, además de preguntas tendenciosas como ¿por qué te gusta mucho mi clase? El cuarto sería que si alguien te dice "creo que" o enuncia una creencia o preferencia, la entrevista no ha terminado. Es momento de que indagues un poco más y preguntes "¿por qué crees eso?". Por último, necesitas generar preguntas que te permitan evocar historias en los estudiantes, por ejemplo, "cuéntame que hiciste la última vez que elaboraste un escrito". Quizás durante la entrevista haya momentos de silencio, pero no te preocupes. Quizá el estudiante esté reflexionando y vaya a profundizar más sobre la situación. Al realizar la entrevista es importante que observes el lenguaje corporal de los estudiantes, que escuches activamente a las historias que te están contando. Detecta cuáles son las contradicciones y cuáles son los énfasis que hace en determinadas fases. También explora las emociones que podrían estar relacionadas con la situación. Quizá al acudir a las entrevistas sea complicado tomar notas e involucrarse por completo. Por ello, es aconsejable acudir en parejas para que, mientras una persona entrevista, la otra escriba o grabe. Recuerda que es importante que si van a grabar, se solicite la autorización del estudiante. Si decidimos aplicar un cuestionario, podemos enviar máximo cinco preguntas a través de algún medio electrónico y, para no extendernos en la recepción de las respuestas, es necesario que pongamos un tiempo límite. Ahora escuchemos cómo la doctora Elvia Garduño, de la Escuela Superior de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Guerrero, realizó esta etapa. Para empatizar, tuve que ponerme en el lugar de los estudiantes como beneficiarios de mi proyecto. Para ello, utilicé un cuestionario de diagnóstico de expectativas y necesidades; les realicé preguntas abiertas a través de un cuestionario de Google. Este instrumento buscó los porqués de las TIC, usos, prácticas y expectativas. Este cuestionario lo publiqué en mis grupos de redes sociales y obtuve 69 respuestas. Para empatizar con los estudiantes, elaboré una encuesta en Google Forms con las siguientes preguntas. Esta encuesta la respondieron 17 alumnos de la asignatura de Fisiología. Esta fase es crucial para saber qué piensan los estudiantes y conocer sus necesidades. Inicialmente, yo pensaba que el grado de reprobación se debía a la gran complejidad de los contenidos temáticos de la asignatura, pero esta herramienta nos ayuda a acercarnos a ellos y permitir conocerlos un poco más. Ahora, es momento de que tú vayas con los estudiantes a sumergirte en su realidad. Seguramente, encontrarás mucha información que interpretarás en la siguiente etapa.