El autocontrol o autorregulación, que es la habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso. Pero, la pregunta que hacen todos mis alumnos es: "¿Cómo podemos lograr el autocontrol?". La respuesta que les doy no les gusta del todo. Autocontrolarte no resulta como por arte de magia. Primero, tienes que pasar por las fases de autoconocimiento y después debes practicar. Cada vez que te encuentres en situaciones en las que la amígdala se sienta amenazada, cambia el comportamiento natural operante. Esto lo puedes hacer a través de, uno: cambiar tu foco. Todo está en el foco que le damos a las cosas. Por ejemplo, si estás a punto de explotar o de llorar o de desmoronarte, gritar o tener una acción que no es la acción que quieres tener en ese momento, enfócate en tu respiración. Haz cinco respiraciones profundas y verás que cambia completamente tu fisiología. También puedes buscar cualquier cosa que sea de color azul en la habitación y contarlas. Otra que puedes hacer es tener un mantra o una frase que puedas repetir mentalmente y que funcione como ancla para regresar a tu estado de paz. Esto funciona también con una canción. Hagamos el ejercicio de relajación. Concéntrate en un punto fijo en la pared. Inhala suavemente y exhala. Esto lo vamos a hacer tres veces. Siente como el aire atraviesa la nariz hasta llegar a los pulmones y con cada respiración que das te vas a relajar más y más. Te invito a realizar un ejercicio como el que te acabo de explicar cada vez que sientas que tu amígdala toma el control de tu cerebro. Para concluir, les quiero dejar esta frase del doctor Richard Bandler: "Si cambias la forma en la que piensas, cambiarás la forma de cómo te sientes. Por lo tanto, cambiarás tu forma de actuar".