[AUDIO_EN_BLANCO] Naturalmente, como en el caso de todos los textos literarios, existen múltiples maneras de abordar Cien años de soledad, para una lectura informada. Tal vez debemos recordar que hay unos temas de la novela que empiezan a perfilarse desde el primer momento. Quiero subrayar por ahora el tema del tiempo, el recuerdo, la soledad y la creación de los primeros personajes en la historia. Historia entendida como la historia del pueblo, no la historia de la trama de la novela. De esta manera, si leemos la primera frase de la obra, vamos a entender que ahí están ya cifrados todos los elementos. Y la palabra cifrados es clave para leer Cien años de soledad, que en sí misma es un documento cifrado. Entonces, miremos esa primera frase: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas, había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una semana, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales, daban a conocer los nuevos inventos." Hasta ahí, en realidad, vamos a encontrar el tema del tiempo y del tiempo histórico. Mirémoslo en detalle: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento. Muchos años después ¿de qué? Repito: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Ese momento es anterior al inicio de la narración. Entonces, la novela, en su primera frase, dice: Yo soy un problema de tiempo. El tiempo aquí, va a ser complicado. ¡Pongan atención! Y empieza, desde luego, a echar para atrás en el tiempo. Dice: Macondo era entonces, en aquella época, en ese momento, en esa época remota, una aldea de veinte casas de barro y cañabrava, construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes, como huevos prehistóricos. Es un tiempo remoto en el pasado. Otro poquito: El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas, había que señalarlas con el dedo. Aquí acaba de juntar la dimensión temporal con el lenguaje. Había que señalar con el dedo, porque el lenguaje todavía como que no estaba muy organizado. Entonces, vuelvo a muchos años después, nos dice esta frase, cuya estructura es recurrente a lo largo de la novela. En el primer capítulo aparece al menos 5 veces, con diferentes sujetos y en diferentes momentos de la historia, siempre asociados a otra cosa muy importante en esta novela, que es el recuerdo. Había de recordar, además, es un tiempo verbal complejo: era necesario recordar, era inevitable, siempre habría que recordar. Entonces, la frase al repetirse, con una frase temporal, mucho tiempo después, tiempo después, años después, meses después, alguien que, por lo general, es Aureliano Buendía, él iba a recordar necesariamente. Era obligatorio recordar, por así decirlo. Entonces, vimos cómo se juntan esas tres dimensiones fantásticamente entrelazadas a lo largo de toda esta novela: el tiempo, la historia, el lenguaje. A partir de aquí, el primer capítulo, que tiene unos 25 párrafos, se estructura a entorno a los ciclos marcados por la llegada de los gitanos. Y a medida que van llegando cochadas de gitanos, una tras otra, se va perfilando otro tipo de tiempo. En el primer párrafo, por ejemplo, dice que: Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos llegaba. Un poquito más abajo dice: Primero llevaron el imán. Y después dice la presentación del personaje Melquíades, que es un personaje clave. Y es el primer personaje que aparece en la novela. Es el personaje que va a escribir los manuscritos que vamos a desentrañar en el curso de nuestra lectura de esta novela. Después vuelve José Arcadio Buendía y dice: Bueno, esto que trajeron estos gitanos me sirve para este proyecto. Emprende este proyecto con locura y fracasa. Úrsula reniega, alega o llora y José Arcadio renuncia. Pasa un tiempo. Al marzo siguiente, meses después, cuando volvió Melquíades, cuando llegaron los otros gitanos, vuelve y pasa lo mismo. Entonces, en el primer capítulo, como vimos ya insinuado en el primer párrafo, hay una estructura circular; tenemos que acostumbrarnos a revisar las estructuras circulares en "Cien años de soledad", para entender la secuencia de generaciones de la familia Buendía a lo largo de los cien años y para descubrir la manera como paulatinamente la lectura de los manuscritos se va haciendo cada vez más posible.