La Escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica de Chile en colaboración con la Liga Chilena contra la Epilepsia presentan la clase "Epilepsia en la adultez". Bienvenidos a nuestra clase llamada "Epilepsia en la adultez" del curso "Manejo de crisis epilépticas y promoción de la inclusión social". Nuestro propósito principal es que logres advertir las características de la epilepsia en la adultez y sus comorbilidades, entendidas como afecciones médicas concomitantes. También, la epilepsia en la mujer, respondiendo a la importante pregunta de si pueden o no desarrollar un embarazo sin mayores complejidades. Para abordar, finalmente, el auto manejo en el adulto en tres áreas críticas: adherencia al tratamiento, manejo de la crisis y al manejo psicosocial. En esta clase abordaremos la epilepsia en el adulto con un énfasis en el adulto mayor y en la mujer, intentando responder preguntas como, ¿existe una relación entre epilepsia y depresión?, ¿una mujer con epilepsia ve afectada su vida reproductiva?, ¿es posible establecer una relación entre epilepsia y algún posible impacto en la salud ósea?, ¿cuáles son las estrategias recomendadas para fomentar el autocuidado en un adulto con epilepsia? Antes de iniciar, te recordamos la importancia de entender que la epilepsia en la etapa de la adultez presenta ciertas características, existen algunas comorbilidades y consideraciones particulares en relación a este período de la vida. De ahí la relevancia de profundizar el caso de la mujer con epilepsia y cómo se manifiesta en el adulto mayor. Bienvenidos nuevamente y comencemos. Yo soy la doctora Ada Chicharro, soy neuróloga, especialista en epilepsia, y a continuación les hablaré sobre los conceptos generales de la epilepsia en el adulto. La epilepsia es una enfermedad que se puede presentar a cualquier edad. Sin embargo, hay algunos tramos etarios en que la epilepsia se presenta con mayor frecuencia. Y esto corresponde a los niños menores, especialmente los que son menores de un año, y a los adultos mayores, donde la epilepsia es, como decía, más frecuente. Si bien puede obedecer a múltiples causas, dentro de ellas, las más frecuentes son las causas genéticas, también puede obedecer a causa adquirida, como son, por ejemplo, cualquier lesión que afecte la corteza cerebral que puede provocar epilepsia, ya sea una secuela, por ejemplo, de un traumatismo encéfalo craneano, la existencia de un accidente vascular antiguo, antecedentes de haber presentado meningitis con secuelas neurológicas, etcétera. Si bien en muchos casos se conoce la causa, existe alrededor de un 40 por ciento de los casos en que la causa de la epilepsia es desconocida. Existen dos grandes tipos de epilepsia. Un tipo son las epilepsias generalizadas idiopáticas que corresponden a aquellas en que la actividad cerebral anormal se inicia simultáneamente en ambos hemisferios cerebrales. La mayoría de estas epilepsias o muchas de ellas son de causa genética y ocurren principalmente en los niños, y se presentan en esa edad y también en el adulto joven. Y otro tipo de epilepsia importante son las epilepsias focales, que son aquellas en que la actividad cerebral anormal se inicia en un punto específico del cerebro. Muchas veces, este inicio de la crisis se manifiesta con un síntoma específico que el paciente puede reportar, como lo que nosotros llamamos un aura. Es decir, siente una sensación que le avisa que la crisis va a venir y eso nos ayuda a nosotros para poder, más o menos, localizar en qué lugar del cerebro se está iniciando el problema. Por lo tanto, este primer síntoma es muy importante. Lo que sí es importante considerar es que no siempre este síntoma se presenta porque hay áreas del cerebro que son áreas que se llaman no elocuentes, que no tienen una función primaria y, por lo tanto, su activación no va a generar ningún síntoma y el síntoma se va a generar posteriormente cuando la actividad epiléptica se propague. También ocurre que muchas de estas crisis, que ocurren en el sueño y que el paciente no se va a dar cuenta de los síntomas iniciales. La epilepsia también se asocia especialmente en los adultos, a ciertas comorbilidades que son muy específicas de la epilepsia, por ejemplo, los trastornos del ánimo. Sabemos que alrededor del 40 por ciento de los pacientes con epilepsia tienen además un trastorno del ánimo, ya sea un cuadro depresivo, un cuadro distímico, o un trastorno de personalidad o cualquier otra patología del orden psiquiátrico. Uno de las comorbilidades más frecuentes en la epilepsia del adulto es la depresión. La depresión es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por algunos síntomas muy específicos, que son la sensación de tristeza, angustia y labilidad emocional. Muchas veces los pacientes presentan también trastornos del apetito, trastornos del sueño y cuyo síntoma principal es la anhedonia, que es la incapacidad para disfrutar de las cosas que previamente al paciente le gustaban y que lo hacían feliz. A continuación, les mostraremos algunos datos estadísticos sobre la depresión en epilepsia. Esta enfermedad afecta al menos a un tercio de las personas con epilepsia. Se presenta de manera más habitual en epilepsia del lóbulo temporal. Determina un riesgo aumentado de suicidio de 5 a 25 veces mayor que la población general, particularmente en aquellos que presentan epilepsia del lóbulo temporal. Existen tanto factores biológicos como factores ambientales involucrados en el desarrollo de depresión en los pacientes con epilepsia, estigmatización, discriminación social, pérdida de control asociado a lo impredecible de las crisis epilépticas, restricciones y limitaciones en el diario vivir, sobreprotección y dependencia familiar. Inherentes al tipo de epilepsia y a su tratamiento, efectos secundarios de medicamentos, secuelas de tratamiento quirúrgico, entre otros. La probabilidad de que estos fármacos pudieran aumentar las crisis. Sabemos hoy en día que si se usan estos medicamentos en dosis adecuada, no en dosis extremadamente altas, son muy seguros de la epilepsia y contribuyen significativamente a mejorar la calidad de vida de estos pacientes. El tratamiento, en general, es un tratamiento multidisciplinario en que trabaja el neurólogo en conjunto con el psiquiatra y se trata con antidepresivos. Por mucho tiempo, se ha tenido bastante temor de usar antidepresivos en este grupo de pacientes. En comparación con los pacientes más jóvenes, la epilepsia en el adulto mayor a veces es más difícil de diagnosticar, por varios motivos. Uno de ellos porque muchas veces viven solos, porque muchas veces el acompañante, que también es un adulto mayor, cuesta que entregue datos fidedignos o datos precisos sobre los síntomas que el paciente presenta. También puede ocurrir que los síntomas no sean muy específicos, que sean un poco vagos, como por ejemplo que el paciente estuvo confuso por un momento, que estuvo con pérdida de memoria, pero el paciente a veces lo niega porque él mismo no se ha dado cuenta de lo que le ha sucedido. Entonces, a veces, la verdad es que es bastante engorroso el diagnóstico y en eso, lo más importante es tener presente que los adultos mayores tienen una prevalencia de epilepsia que es alta y ante cualquier situación en que ellos tengan un trastorno de conciencia transitorio, momentáneo, que sea recurrente, es importante tener presente este diagnóstico para poder diagnosticarlo. Sabemos que la incidencia de esta patología a esta edad, es el grupo etario que más la presenta, por lo tanto, es algo que no se nos puede olvidar. Sabemos también que la comorbilidad es mayor porque son un grupo etario que sufre más de otras enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el trastorno psiquiátrico, trastornos neurodegenerativos, como había nombrado previamente. Es muy importante también considerar en el adulto mayor que la gran mayoría toma un número de medicamentos importante y que, entre ellos, pueden haber interacciones farmacológicas que pueden producir síntomas, que muchas veces el paciente no sabe que son por la cantidad de remedios que está tomando. Entonces, es importante revisar cada uno de ellos y la eventual necesidad de suspensión de alguno o las posibles interacciones farmacológicas que puedan existir. Existe mayor probabilidad de que los pacientes adultos mayores desarrollen epilepsia debido a que tienen una mayor probabilidad de presentar factores de riesgo como son, por ejemplo, accidentes cerebrovasculares, trauma encefálico, trastornos neurodegenerativos como la demencia senil y la enfermedad de Alzheimer, alcoholismo y abuso de otras sustancias, tumores cerebrales. Aproximadamente en la mitad de los adultos mayores no se logra encontrar la causa de su epilepsia. Existen distintas dificultades diagnósticas, como por ejemplo, dificultad para diferenciar una crisis epiléptica de alguna condición médica subyacente, como hipoglicemia, síncope, confusión, trastornos del movimiento, síntomas de un accidente cerebrovascular, entre otros.