[MÚSICA] [MÚSICA] Hace muchos años, el creador del concepto de Visa Internacional, el logotipo ese que aparece en los plásticos de las tarjetas de crédito o débito, Dee Hock, creó un concepto justamente que era el concepto de autoliderazgo. Él era el director del instituto The Chaordic Institute, el Instituto Caórdico. ¿Y qué es esto de caórdico? Es combinar el caos y el orden. De hecho, escribió hace muchos años un libro titulado El nacimiento de la era caórdica. Y él hablaba del modelo de autoliderazgo. Sin embargo, este modelo, que se construyó hace más de 20, 25 años, you dejó de ser funcional y hay una evolución. Y hoy hemos rebautizado a este modelo como el modelo de autogestión. La autogestión se ha implementado en muchas organizaciones, nada más que de manera muy limitada. Y lo que quiero compartirte en este clip justamente es el modelo completo de la autogestión. Paso número 1. Yo me gestiono a mí. No necesito que nadie me dé cuerda ni nadie me esté diciendo todo el tiempo qué tengo que hacer, cómo lo tengo que hacer y cuándo lo tengo que hacer. Yo me motivo a mí mismo y entonces yo me autogestiono. Soy entrepreneur. Yo pido que me den información, que me den orientación, pero yo me hago cargo. Segundo nivel. Gestiono a mis pares. Lo cual significa que entonces si yo gestiono a mis pares, abro la puerta y abro la posibilidad de que ellos me gestionen a mí. ¿Y esto qué es? Nos damos retroalimentación. Somos brutalmente honestos, sin llegar al sincericidio. ¿Y esto qué es entonces? Yo le permito a mis pares que me den retroalimentación a mí y no me molesta ni me ofendo. Y yo le voy a dar retroalimentación a mis pares. Ellos me gestionan, yo los gestiono. Entonces, llegamos al tercer nivel de la autogestión. Y este tercer nivel de autogestión es yo gestiono a mis superiores. Hace algunos años, trabajando este modelo con una empresa, el director general me dijo, Santiago, ¿y desde cuándo le tiran los patos a las escopetas? Y le dije, desde ayer. Esto significa que un líder, un director que no está dispuesto a ponerse al servicio de su equipo está predestinado a fracasar. Un líder, un director permite que sus pares y sus colaboradores lo gestionen. Ahora, ¿cuál crees que sea el paso número cuatro? Si operáramos en la obviedad o en la lógica, dirías, bueno, okey, si me gestiono a mí, gestiono a mis pares y gestiono a mis superiores, ¿pues qué hago con mis colaboradores? Pues gestiono a mis colaboradores y no, porque entonces incurriríamos en lo mismo de siempre, en la supervisión, y en el modelo de autogestión la supervisión no opera, funciona. Entonces, ¿qué hago con mis colaboradores? Y esto es lo que marca una enorme diferencia en este modelo. Lo que hago con mis colaboradores es que les enseño el modelo. ¿Y esto qué es? Les enseño a que ellos se autogestionen, que gestionen a sus pares y que me gestionen a mí. Este modelo completo es de enorme valía en las organizaciones. Lo hemos podido aplicar en muchas organizaciones, en diversos países de Latinoamérica, en Estados Unidos y Europa con grandes resultados. El modelo de autogestión es muy poderoso. Sin embargo, tiene su talón de Aquiles. Este modelo se enseña de arriba hacia abajo y se implementa de abajo hacia arriba. Y normalmente, en la mayoría de las ocasiones, nos encontramos con cuellos de botella. ¿En dónde crees que se atora la implementación del modelo de autogestión en la estructura organizacional? Sí, efectivamente, usualmente se atora en los mandos medios. Los mandos operativos están dispuestos a autogestionarse, los mandos directivos están dispuestos a autogestionarse, pero los mandos medios generan muchísima resistencia y normalmente su conversación es, si no me obliga mi jefe o no me lo ordena mi jefe, no lo voy a hacer. No me importa que mis colaboradores lo hagan, si yo no recibo una instrucción precisa, no lo hago. Entonces, entendamos que el talón de Aquiles de la autogestión en las organizaciones son los mandos medios. Así es que si ocupas un cargo medio, te invito a que te autogestiones y que evites la resistencia. Este modelo es poderosísimo porque aumenta enormemente la productividad, los niveles de confianza y mejora enormemente los resultados. [MÚSICA]