Debido a los resultados que tiene el mindfulness, cada vez es más común ver cómo empresas como Google, Apple, la Armada de Estados Unidos, Facebook o la misma NASA lo han incorporado dentro de las prácticas de sus empleados. Por esto, hoy, te quiero compartir las prácticas que puedes realizar de una manera cotidiana, porque ¿qué quiero? Que conviertas el mindfulness en un estilo de vida, en una parte importante de cada dÃa, de volver a la calma, de recuperar el control y de bajar esta velocidad con la que vamos tan rápido en el mundo que nos hace perder muchas cosas. ¿Qué queremos? Que cultives la atención plena como un estilo de vida que te hará más feliz, más consciente y más conectado con las personas y con todo lo que te rodea. Para eso, lo primero que quiero es que aprendas a reducir la velocidad. Cuando te apresuras de una actividad a la otra estás haciendo cosas, pero no estás siendo efectivo y no estás dando un alto rendimiento. Si quieres pasar del alto potencial al alto rendimiento, hay que aprender a estar en el aquà y en el ahora, conectar con el momento presente y fluir aplicando todas esas habilidades. Dos, utiliza alguno de los siguientes momentos que te voy a decir para que te ancles en la respiración. Llegaste a la oficina. Antes de iniciar el dÃa, toma tres respiraciones conscientes, lentas, define cuál es el objetivo de la primera tarea que vas a hacer y pasa a ella. Si te gusta el café, el té, saboréalo, huélelo, tómate el tiempo de disfrutarlo. Antes de entrar a una reunión para, aquiétate, ajusta tu posición, respira profundamente y pasa a la acción. Visualiza el futuro con optimismo y con esperanza. No diciéndote mentiras, sino centrándote en qué cosas puedes hacer bien. Para eso hay tres preguntas que quiero que te hagas todos los dÃas cuando salgas de la oficina. Quiero que te preguntes: ¿qué hice bien?, ¿por qué lo hice bien? y ¿qué habilidades apliqué? Esto te va a ayudar a que pases de estar en el modo activo y estresado, a sentirte ganador, a sentirte que estás aplicando tus fortalezas, tus talentos, tus habilidades y que estás aportando a que el mundo sea un lugar mejor. Y el último ejercicio es que necesito que escanees tu cuerpo antes de entrar a la oficina. No es lo que tú dices, es lo que tú transmites. Cuando tú llegas a un lugar, ¿eres el de la buena actitud, el de la buena vibra, el que llega siempre con la energÃa? O eres de esos que uno saluda "hola, ¿cómo estás?" y te contestan "bien por no preocuparlo". No. Hay gente que alegra cuando llega, hay gente que alegra cuando se va. Nosotros tenemos que ser los que alegramos cuando llegamos, porque tenemos la buena actitud, porque tenemos un lenguaje corporal que transmite emociones positivas y te voy a enseñar cómo se contagian las emociones. Vamos a hacer un ejercicio. Hagan esto: "señores espectadores", hagan un cÃrculo. Ahora cojan ese cÃrculo y colóquenselo en la mejilla. Esa no es su mejilla, ese se llama el mentón. Mis neuronas espejo se conectaron con sus neuronas espejo y les contagiaron la emoción. Cuando nosotros llegamos a un lugar estamos contagiando emociones. Entonces, ¿qué tipo de emociones queremos que nos rodeen? Recuerden que la neurociencia nos enseña que somos el fruto de las cinco personas más cercanas. Entonces, cuando yo no tengo una buena actitud, cuando yo no actúo como un ganador, cuando yo no vivo contagiando emociones positivas, soy la vÃctima, soy el que dejo que todas las toxicidades de los otros vengan y me carguen. Cuando yo me escaneo, tengo una pose ganadora, elijo contagiar unas emociones positivas al llegar a la oficina. Pero más importante aún, antes de que usted entre en su casa, independientemente de si usted vive solo o acompañado, llegar a la casa es una celebración. Tenemos que llegar con toda la actitud. Nos miramos de arriba abajo, colocamos la sonrisa del millón de dólares y entramos con toda la buena vibra a la casa. Podemos tener un mal dÃa, pero eso no quiere decir que tenemos una mala vida y podemos haber tenido un dÃa de mucho estrés, pero no tenemos derecho a contagiarle ese estrés a nuestra familia. Que cuando usted llegue a la casa sea un momento agradable, no sea un momento de crÃtica, sino de conectar con lo bonito, de saludar, de buscar compartir un momento de relajación. Y hay algo que es clave y es ¿qué hacemos en ese espacio de la noche para generar un espacio de recarga energética y que al otro dÃa estemos muy bien? Quiero que piensen en cuál es su ritual ideal de descanso. Lleguen a la casa, se cambian la ropa, tengan una bebida de su elección que sea muy agradable, una copita de vino, una copita, o un té que no tenga cafeÃna, una bebida aromática, algo que los lleve a la relajación. Colocar una música agradable; ver un programa que sea divertido, nada de noticias y nada de cosas que tensionen; darse una ducha y meternos a la cama conscientes de que vamos a descansar. Miren que toda esta serie de actividades que hemos visto para ingresar el mindfulness a la vida cotidiana nos va llevando un paso a la vez. Elija todos los dÃas una actividad y pruébela. Bueno, ¿cómo me va a ir comiendo consciente? Me voy a sentar a almorzar, voy a probar el bocado, si está salado, si está dulce, si está blando, si está duro y voy a agradecer porque tengo ese alimento. Estoy hablando con alguien, voy a aquietar acá este ruido que tengo en segundo plano y le voy a poner mi atención a la conversación. No voy a generar estrés, después, cuando me vaya y se me olvidó lo que el otro me dijo. Si ven cómo prácticas tan pequeñas generan transformaciones tan grandes. Si ustedes sostienen el esfuerzo durante ocho semanas van a activar áreas del cerebro que nunca han utilizado. Van a lograr ser mejores en lo que están haciendo porque van a coger todo este potencial y lo van a poder llevar al alto rendimiento y van a poder optimizar los momentos de estrés positivo y no ser vÃctimas del estrés negativo. Atrévanse a probarlo un dÃa a la vez y van a ver cómo logran en 63 dÃas generar una nueva estructura neuronal que les dé soporte para manejar el estrés. ¿Por qué 63 dÃas? Ahà me tocó romperles el corazón. Tenemos un mito de que en 21 dÃas generamos un hábito. ¿Y cómo les parece que no? En 21 dÃas solo tenemos una débil cadena neuronal. Si el dÃa 22 usted volvió a comer azúcar, perdió el tiempo. En otros 21 dÃas sostenidos fortalecemos la cadena neuronal y en los terceros, es decir, en 63, ya tenemos toda una estructura, toda una red que va a hacer que convirtamos, por ejemplo, en este caso el mindfulness, en parte de lo que somos. Hacer esfuerzo sostenido un dÃa a la vez es transformar nuestra vida. Y hay algo que es muy importante, que es darnos cuenta de que tener bienestar está en nuestras manos. Entonces, apliquen los ejercicios, háganlo un dÃa a la vez y seguro que van a ver cómo pueden transformar su vida en una mejor versión.