[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] Cuando hablamos de la entrevista hablamos de un diálogo, la palabra es mitad de quien la habla y mitad de quien la escucha decía Michel de Montaigne uno de los grandes filósofos y este diálogo, esta palabra que se comparte es me parece la esencia de la entrevista. La entrevista es junto con la crónica, el reportaje y el artículo de opinión uno de los géneros periodísticos fundamentales. Existe desde el primer momento en que tenemos algún tipo de publicación periódica los primeros diarios, los primeros semanarios tenían por supuesto la entrevista, hasta la fecha sigue siendo uno de los géneros fundamentales del periodismo. El propósito de la entrevista al igual que los demás géneros del periodismo y esto es muy importante es revelar información, que sea a un mismo tiempo verdadera pero también relevante para nuestro público. Las dos cosas son muy importantes, particularmente en estos tiempos de las falsas noticias. ¿Por qué es importante que sea verdadera la información? Porque esa es la responsabilidad fundamental del periodista, porque es importante que sea relevante, no se trata nada más de decir la verdad, necesitamos decir la verdad que le interese al público de aquellos acontecimientos, de aquellos sucesos que sean fundamentalmente de interés para nuestro público. Usualmente la entrevista es una conversación. Una conversación de uno a uno, el entrevistador conversa con el entrevistado y es como si estuvieran tomándose un café, de una manera afable, tratan de conocerse uno al otro pero en realidad también podemos llamar entrevistas a otros formatos en los que puede haber varios entrevistadores o varios entrevistados, a veces un entrevistador y varios entrevistados, a veces un solo entrevistado y un panel de periodistas que pueden estar en un momento determinado haciendo preguntas. Esto es por ejemplo muy común en entrevistas con mandatarios, con jefes de estado ya que pues ellos mismos exigen varios periodistas para hacerle las entrevistas. Para mi es muy importante señalar, se lo señalo a usted que nos está escuchando que muchas de las entrevistas que generan más público, más rating como se dice en los medios electrónicos no son necesariamente las mejores entrevistas. Una entrevista que lleva a un pleito entre entrevistador y entrevistado no necesariamente es la mejor de las entrevistas, muchas veces lo único que revela es el ánimo protagonista del entrevistador que busca confrontarse. A mi juicio y a juicio de los especialistas son diferentes, no son las que llevan a un conflicto sino a aquellas que nos llevan a conocer mejor los puntos de vista del entrevistado. Hay otros formatos que son más aceptables para generar un debate, por ejemplo el mismo debate, la controversia en el que hay dos polemistas que defienden distintos puntos de vista. Ya sea con un moderador o sin moderador. Pero desde un punto de vista estricto, desde un punto de vista de quien quiere construir una buena entrevista, desde un punto de vista técnico, lo importante no es conocer el punto de vista del entrevistador, lo que se busca es conocer el punto de vista del entrevistado. Desafortunadamente en los medios de comunicación tenemos muchos protagonistas, muchas divas que lo que buscan es enseñarle a su público constantemente que ellos saben más de su tema que los demás. A mi, pues me parece que eso no revela más que el gran ego que tienen algunos de estos entrevistadores. Para mi un buen entrevistador hace preguntas concretas, preguntas interesantes, preguntas distintas, no las preguntas que siempre se le hacen al mismo personaje para poder tratar de sacar información nueva. Pero el entrevistador no debe por qué ser el protagonista, no tiene por qué pelearse. Hay otras formas, hay otros géneros periodísticos más adecuados para que el entrevistador pueda expresar sus puntos de vista, para eso está el artículo de opinión, para eso está en otros medios electrónicos también el editorial, por ejemplo el medio radiofónico, en un medio televisivo. Como cualquier trabajo periodístico, esto es muy importante, la entrevista tiene que prepararse bien. No se trata de que el entrevistador llegue y le pregunte al entrevistado ¿Y tú quién eres?, ¿y por qué eres importante?, ¿y por qué estás frente de mí?, esa es la peor entrevista que podemos tener. El entrevistador tiene la obligación de saber a quién está entrevistando, de saber qué ha dicho el entrevistado en otras circunstancias, de saber cuáles son sus fortalezas, de saber también cuáles son sus puntos débiles. Esto es muy importante porque hay gente que piensa que lo que tiene que hacer el entrevistador en un momento determinado es llegar y como muchos entrevistadores se sienten verdaderos genios, piensan que pueden absolutamente improvisar todo. Las buenas entrevistas son muy planeadas. Ya como un entrevistador profesional, yo puedo decirle a usted que nos está viendo y escuchando que la primera pregunta y la última pregunta son muy importantes en una entrevista. ¿Por qué? Porque es como cualquier otro género periodístico como la crónica, hay que tener un inicio, hay que tener un destino final y tenemos que saber cómo vamos a llegar a ese destino final. Hay que tener una muy buena pregunta, porque queremos saber dónde empezar como cualquier otro trabajo periodístico, queremos saber también cómo vamos a terminar, y por supuesto tenemos que conocer el camino, la ruta que vamos a seguir. Un buen entrevistador no se limita a repetir las preguntas que ya le hicieron al entrevistado. A veces si nos vamos a las entrevistas que se hacen a personajes famosos, ya sea artistas, cantantes, políticos, nos vamos a dar cuenta que casi todos los entrevistadores hacen las mismas preguntas. Es muy importante que el entrevistador distinga su cuestionario de lo que han hecho otros. Y para eso pues tiene que saber también lo que han hecho los otros entrevistadores. Es muy importante que el entrevistador llegue con ánimo abierto, esto no significa que el entrevistador no pueda tener su propia ideología, está bien, los entrevistadores de izquierda, de derecha, de centro, liberales, estatistas, no importa la ideología del entrevistador. Pero sí es muy importante a diferencia de otros géneros que el entrevistador tenga el ánimo abierto, que el entrevistador sepa escuchar, que finalmente lo que estamos viendo es, este diálogo, este compartir, es la palabra que nos hablaba Michel de Montaigne en que nos tenemos que dar cuenta que la palabra para que pueda realmente informar debe ser compartida. Un entrevistador que no tiene el ánimo abierto no puede hacer buenas entrevistas porque o convierte la entrevista en una polémica o convierte la entrevista simple y sencillamente en una forma que quiere ratificar sus prejuicios o los prejuicios de una parte de su público. Nunca debe el entrevistador insultar al entrevistado. ¿Y por qué? Es una simple buena educación, de cuándo acá consideramos que una buena conversación es aquella a que alguien insulta a aquella persona con la que está conversando. Yo supongo que uno genera un gran rating si uno insulta al entrevistado y el entrevistado se pone de pie, y hay quien piensa que este tipo de entrevistas son el epítome de lo que debe ser una buena entrevista, es exactamente lo contrario. Si el entrevistador lo único que logró es insultar al entrevistado, entonces no ha hecho un trabajo de entrevista, ha hecho un trabajo de editorialización o ha hecho un trabajo de agresión, pero ciertamente no el diálogo que debemos tener en una buena entrevista. Estoy convencido de que un buen entrevistador debe tener un guión, sí, yo por ejemplo a lo mejor tengo muy buena memoria pero yo estoy utilizando una serie de puntos y que me permiten que ninguno de los temas que yo considero importantes para la entrevista se me olviden. Cuando alguien está entrevistando es exactamente lo mismo, se nos puede olvidar una pregunta crucial, se nos puede olvidar aquel tema que resulta fundamental para nuestro público, por eso hay que tener un guión. Lo cual no quiere decir que uno no deba ser esclavo del guión. Es muy importante que el entrevistador esté viendo a su entrevistado, que lo mire a los ojos, que lo escuche, conozco a muchos entrevistadores que ni siquiera escuchan a quienes están entrevistando y entonces no pueden cambiar el guión. Y es muy importante a veces cambiar el guión, saber que si el entrevistado respondió tal cosa mi re pregunta tiene que ser esa, esto no lo vamos a hacer nunca si no le estamos prestando atención al entrevistado. Por eso es tan importante tener un guión pero también es muy importante saberse salir del guión. Es como una buena pieza del jazz, un buen jazzista tiene su partitura, y sabe seguir la partitura y al mismo tiempo puede improvisar porque sabe cuáles son los cambios armónicos que se avecinan y por lo tanto puede hacer una buena interpretación, una buena improvisación. Muy importante, que las preguntas del entrevistador sean cortas. Me ha tocado ver tantas entrevistas en que las preguntas son más largas que las respuestas, y esto no es un problema del entrevistado, esto es un problema del entrevistador que a veces en lugar de hacer una pregunta, lo que está diciendo en un momento determinado es lo que quiere que le responda el entrevistado. A lo mejor se siente muy inteligente el entrevistador, pero ciertamente está haciendo una mala entrevista. Yo estoy absolutamente convencido que una buena entrevista no es la que genera un mayor escándalo. Sino la que revela algo que el público o el lector no sabía con anterioridad. Por eso la entrevista tiene que ser bien preparada, por eso la entrevista tiene que ser profesional y por eso el propósito de la entrevista no debe ser generar escándalo. Una buena entrevista se construye con la interacción entre el entrevistador y el entrevistado, es la palabra compartida de Michel de Montaigne. Y finalmente debemos recordar las palabras de un diplomático estadounidense, que se dedicaba precisamente a la negociación Max Campellman, que decía: "Un diálogo es más que dos monólogos". Una entrevista es un diálogo, no puede ser dos monólogos. [MÚSICA]