Si el periodismo es la ciencia social, la profesión, oficio y, a veces, hasta el arte de recopilar la información, de sintetizarla, escribirla y difundirla para beneficio de los ciudadanos, entonces, los géneros periodísticos son las diferentes maneras de presentar esa información. Los géneros periodísticos son varios: la nota informativa, entrevista, crónica, reportaje, textos de opinión, aunque algunos agregan el recuento, el perfil, la reseña, la crítica. Se les ha agrupado en tres grandes bloques: géneros informativos, géneros interpretativos y géneros de opinión. Aquí también hay diferencias a la hora de clasificar uno u otro, en este o en aquel grupo, pero lo importante es conocer poco a poco, de manera teórica y práctica, cada género, y encontrar y expandir las cualidades de cada uno de ellos. Por lo pronto, veamos la nota informativa, que se ubica entre los géneros informativos. Es conocido como el género periodístico más sencillo, pero también como el género madre, pues provee la materia prima, la materia inicial, es decir, la noticia. Como cualquier género periodístico, la nota informativa debe responder a las preguntas: qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué. El qué, se refiere al hecho noticioso, al qué pasó. El quién, al sujeto o sujetos, es decir, al protagonista o al declarante. El cuándo, se refiere al tiempo, a la hora o el día del suceso. El dónde, se refiere al lugar, a la ciudad o país donde se dieron los acontecimientos; el cómo, a la manera en que sucedieron; y el por qué, a las causas que dieron lugar a ese hecho noticioso. La redacción de la nota informativa debe ser clara, precisa, concisa y directa. Clara, para que no dé lugar a confusiones. Precisa, para que diga exactamente lo que se quiere informar: nombres, lugares, porcentajes, números, declaraciones. Concisa, para que todo se diga de la manera más breve; la máxima es decir la mayor cantidad de información con la menor cantidad de palabras. Y, finalmente, directa para que se informe sin rodeos ni retórica alguna. Lo anterior no debe llevar al exceso y caer en un lenguaje telegráfico, esquemático y frío, sino un estilo personal. La nota debe informar con veracidad. El reportero no debe opinar, ni calificar, ni decir si está de acuerdo o no con algo. Algunos aseguran que se debe ser objetivo, pero hay quienes consideran que la objetividad en el periodismo no es posible porque, argumentan, quienes escriben son sujetos, es decir, son subjetivos. La subjetividad existe a la hora de jerarquizar la información, a la hora de escoger ciertos datos y desechar otros, de darle más importancia a un declarante que a otro. Pero lo que sí es posible es cruzar y comprobar la información, o sea, consultar varias fuentes de datos, informarse a fondo y con amplitud, analizar, cuestionar y prepararse intelectual y éticamente para esa labor. "Los cínicos no sirven para este oficio", solía decir el periodista, ya desafortunadamente fallecido, periodista polaco Ryszard Kapuściński. El reportero, incluido el que escribe la nota informativa, debe acumular una formación suficiente que le permita transitar con lucidez y sentido de justicia entre las contradicciones políticas, económicas, sociales, ideológicas y culturales en que suele trabajar. Pero ¿cuáles son los hechos que mejor caben en este esquema de la nota informativa? En primer lugar, los hechos actuales, los hechos desconocidos, novedosos, de interés común o de interés público, es decir, los hechos considerados como noticiosos, por ejemplo, un accidente, un fenómeno natural, un imprevisto político, económico o criminal. Y, en segundo lugar, los hechos anunciados o previstos, agendados, como unas elecciones, pero de los que también deberá buscarse la nota, algo nuevo que pueda servir al ciudadano para tomar decisiones y participar en la vida pública. Cabe recordar que el periodismo es, ante todo, una actividad cercana a la sociedad, un servicio social, dicen algunos. Otro aspecto es el de la estructura de la nota informativa, que en general es la estructura de cualquier género periodístico. Si la perspectiva es más técnica, se puede decir que consta de entrada, cuerpo de la nota y remate. Y si se prefiere una perspectiva más literaria, inicio, desarrollo y final, como en el cuento. Los periodistas, finalmente, somos contadores de historias y venimos de la misma tradición que la literatura, solo que nuestra materia prima no es la ficción, sino la realidad. Lo más importante de la estructura de la nota informativa es la entrada, pues ahí se condensa el hecho noticioso, con las respuestas que ya vimos a las preguntas; ¿qué, quién, cuándo, dónde?, Etcétera. Por ejemplo, en una nota imaginaria: "El secretario de finanzas, Fulano de Tal, anunció ayer un aumento de diez por ciento al presupuesto de salud, el cual se destinará a combatir la nueva epidemia surgida en la zona norte del país". En esta entrada, se pueden identificar el quién, el cuándo, el por qué, el qué. Después, a partir del segundo o del tercer párrafo, en ciertas ocasiones, se consignarán los demás datos y se ampliarán los de la entrada, en orden de mayor a menor importancia, por eso se dice que la imagen es la de una pirámide invertida, con la base arriba y la cúspide abajo, que vendría siendo el remate o párrafo final.