En este vídeo vamos a hablar del proceso de incorporación del Reglamento General de Protección de Datos. Este reglamento es un reglamento que tiene su origen en el hecho de que en la Unión Europea y también a nivel global, hay una rápida evolución tecnológica, sobre todo en los años 2000. La gente ya tiene un uso muy frecuente y diario de las nuevas tecnologías, de los móviles, de Internet y, por lo tanto, en la Unión Europea ven la necesidad de reformar legislativamente la normativa que tienen vigente en protección de datos. Es en ese momento, la directiva del año 95, que se había adoptado con el fin de armonizar el Mercado Común en la Unión Europea, que se convierte en un instrumento obsoleto. Tanto empresas como organizaciones públicas, como personas físicas, jurídicas, ya adquieren un volumen demasiado grande de datos personales como para poder regularlo con una sola directiva. Además, pensad que desde el año 2009, como ya sabéis, en el Tratado de Lisboa ya hay una base jurídica exclusiva para la regulación de la protección de datos con vistas a que se incorpore un nuevo instrumento, que en este caso es el Reglamento General de Protección de Datos. La propuesta que se emitió por parte de la Comisión fue en el año 2012. El 25 de enero de 2012 es cuando la Comisión propone el nuevo Reglamento General de Protección de Datos, que obviamente tiene que ir después al Parlamento Europeo y al Consejo, que tienen que decidir cuáles son las enmiendas y cuál es el resultado final de ese reglamento. Hubo muchísimas enmiendas, más de 3.000. Es uno de los documentos que ha tenido más enmiendas por parte de las instituciones europeas, porque además había muchos intereses diferentes de los diferentes "lobbys", empresas tecnológicas que no querían una regulación muy estricta de la protección de datos, agentes e instituciones que velaban por la privacidad y que querían que se regularse de manera muy estricta esa privacidad. Por lo tanto, tardó muchísimos años y no fue hasta el año 2016, el 25 de enero de 2016, cuando tenemos el documento final, un reglamento que además cambia la naturaleza jurídica de la antigua directiva. Ahora ya tenemos una nueva naturaleza jurídica, un reglamento, que armoniza todas las legislaciones nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea. Crea mucha más coherencia, mucha más uniformidad y además, este reglamento, que entra en vigor en 2016, tendrá efectos jurídicos plenos el 25 de mayo de 2018. Por lo tanto, las empresas, las instituciones públicas, toda institución y toda persona física y jurídica tendrá que adoptar los mecanismos necesarios para incorporar legislación coherente con ese reglamento y tendrá dos años. A partir de mayo de 2018, tenemos ya el reglamento con efectos jurídicos plenos y, por lo tanto, aquel que no haya incorporado dicha legislación se podrá enfrentar a sanciones muy elevadas.