[MÚSICA] Familias, equipos, multitudes, tribus, compañías, partidos, tropas, bandas, sectas, pandillas, cuadrillas, clanes, naciones, todos estamos enlazados en muchas redes sociales. Por eso no es nada nuevo, hace cerca de 400 años el poeta John Donne escribió, ningún hombre es una isla entera por sí sola. Lo novedoso es lo pequeño que se ha vuelto el mundo social desde el siglo XVII. Nuestras redes sociales influyen fuertemente en nuestra conducta. En este tema se examinarán algunas formas en que pensamos en situaciones sociales y las varias maneras en que influimos en los demás. La participación en diversos grupos es una realidad básica de la vida social. ¿Cómo influyen los grupos en nuestra conducta? Como eres miembro de un grupo llamado clase de psicología, sería prudente saberlo. Psicología social es el estudio científico de cómo los individuos se comportan, piensan y sienten en situaciones sociales, es decir, en presencia real o implícita de otros. Cada día hay una interacción fascinante entre nuestra conducta y la de quienes nos rodean. Nacimos en una sociedad organizada, los patrones establecidos de valores, expectativas y conductas están presentes cuando llegamos. También lo está la cultura, un patrón constante de vida que pasa de una generación a otra. Para apreciar el impacto de la sociedad en la cultura, piensa de qué manera te han afectado el idioma, los usos y costumbres matrimoniales, los conceptos de propiedad y los roles sexuales. Todos pertenecemos a muchos grupos sociales empalmados y en cada uno ocupamos una posición en la estructura del grupo. Los roles sociales son patrones de conducta esperados de personas en varias posiciones sociales. Por ejemplo, desempeñar el rol de madre, jefe o estudiante implica diferentes conjuntos de conductas y expectativas. Algunos roles son adscritos, o sea, asignados a una persona o no bajo control personal masculino o femenino, hijo, adolescente interno. Los roles alcanzados son voluntariamente adquiridos por un esfuerzo especial, cónyuge, maestro, científico, líder de una banda o criminal. ¿Qué efecto tiene el desempeño de roles en la conducta? Los roles agilizan las interacciones diarias al permitirnos anticipar lo que harán los demás. Cuando una persona actúa como médico, madre, empleado de oficina o policía, esperamos ciertas conductas. Sin embargo, lo roles también tienen un lado negativo. Muchas personas experimentan conflictos de roles en los que dos o más roles les imponen demandas en conflicto. Por ejemplo, un maestro que debe reprobar al hijo de un buen amigo suyo, una madre con un empleo de tiempo completo o un entrenador de fútbol cuya hija está en el equipo pero no es muy buena atleta. De igual modo, las demandas del trabajo, la familia y la escuela crean conflictos de roles para muchos estudiantes. Los conflictos de roles en el trabajo, como ser un buen miembro de equipo frente a ser un gerente enérgico, conducen al burnout. Survivor y otros reality shows de la televisión ofrecen una mirada interesante, aunque voyerista, a alguno de los mejores y peores aspectos de la conducta humana. Sin embargo, esos programas no tienen nada que exceda los experimentos más relevadores de la psicología social. Por ejemplo, un estudio clásico realizado por Philip Zimbardo y sus alumnos en la Universidad de Stanford, mostró drásticamente cómo influyen las situaciones sociales en nuestra conducta. En ese estudio se pagó a estudiantes universitarios sanos y normales por servir como internos y guardias en una prisión simulada. Después de solo dos días en la cárcel, los internos se pusieron inquietos y desafiantes. Cuando escenificaron un disturbio, los guardias sofocaron la rebelión sin piedad. En los días siguientes, tomaron medidas de creciente brutalidad. En un lapso sorprendemente corto, los falsos convictos parecían prisioneros reales, estaban abatidos, traumatizados, pasivos y deshumanizados. Cuatro de ellos tuvieron que ser liberados porque se sentían llorosos, confundidos o severamente deprimidos. Cada día los guardias atormentaban a los prisioneros con más órdenes, insultos y tareas degradantes. Luego de seis días, el experimento tuvo que interrumpirse. ¿Qué había ocurrido? Al parecer, los roles sociales asignados, prisionero y guardia, eran tan podersos que en solo unos días el experimento se hizo realidad para los involucrados. Más tarde, fue difícil para muchos de los guardias creer su propio comportamiento. Como recuerda uno de ellos, me sorprendí de mí mismo, hacía que se insultaran entre sí y que limpiaran baños con las manos descubiertas. Prácticamente, consideraban a los prisioneros como ganado. Tendemos a conseguir a la gente como inherente buena o mala, pero a los participantes en el estudio de la prisión de Stanford se les asignó al azar ser prisioneros o guardias. Evidentemente, los orígenes de mucha relaciones humanas destructivas pueden encontrarse en roles destructivos. [MÚSICA]