La concordancia amplia y el modificador de palabras clave
son concordancias muy útiles para llegar a públicos amplios
con una estructura de palabras clave más acotada.
Pero parte de estos públicos serán usuarios que están haciendo búsquedas
que no son relevantes para los anunciantes.
En cambio,
las concordancias de frase y exacta van a ser muy efectivas para llegar a usuarios
muy relevantes que hicieron búsquedas muy acordes a lo que el anunciante ofrece.
Sus CTRS y tasas de conversión
van a ser más elevadas y muy probablemente también lo serán sus niveles de calidad.
La enorme desventaja es que se va a estar llegando a un público mucho más reducido.
Y además se va a estar perdiendo la posibilidad de aparecer
frente a búsquedas que sí son relevantes
pero que el anunciante no previó al armar la estructura de palabras clave.
Otra manera de controlar la cantidad de búsquedas para la que va a aparecer
una determinada palabra clave es su especificidad.
Por ejemplo, un anunciante que tiene una florería puede llegar a muchísimos
usuarios si incluye la palabra clave flores dentro de su estructura.
Pero, va a llegar a usuarios de mucha mejor calidad si apuesta por palabras
clave más específicas como comprar flores de invierno o rosas rojas en venta.
De nuevo, en el segundo caso los CTRs,
tasa de conversión y niveles de calidad van a ser mucho mejores.
Pero los anuncios se estarán imprimiendo frente a un universo
mucho más limitado de búsquedas.
La mejor práctica es armar una estructura amplia de palabras clave bien específicas.
De esta manera el anunciante se asegura de tener un buen caudal de tráfico
pero derivado de términos de búsqueda relevantes y de muy buena calidad.
Entonces las palabras clave se pueden utilizar de manera positiva o negativa.
Esto quiere decir que se pueden utilizar para decirle al sistema
cuándo queremos que aparezcan nuestros anuncios pero también cuándo
no queremos que aparezcan nuestros anuncios.