[MÚSICA] [MÚSICA] Hola. Esta vez tenemos el placer de inaugurar el bloque con una entrevista a Andrea Francisco Amat. Andrea Francisco es profesora del departamento de educación de la universidad Jauma Prime de Castelló. Ella es periodista de formación y educadora social, pero hace tiempo que trabaja con diversos temas relacionados con las sexualidades disidentes, es decir, las sexualidades que se sitúan fuera de la heteronormatividad. Lo hace participando en diversos colectivos y a través de proyectos como el que os vamos a presentar hoy, titulado El banquete de Safo. Andrea os va a hablar, os va a explicar en qué consiste El banquete de Safo, pero como se trata de un proyecto de investigación colectivo, queremos que también hoy escuchéis las voces de las otras participantes. Por eso, antes o después, como queráis, de escuchar a Andrea os proponemos que vayáis al video vinculado a este enlace y escuchéis a las participantes del banquete de Safo. Bueno, os dejo con Andrea >> Vale, El Banquete de Safo fue un proyecto de investigación de acción participativa que comenzamos un grupo de mujeres lesbianas y bisexuales >> que queríamos reflexionar sobre cómo nos habían influido los discursos mediáticos del amor romántico en nuestra, en nuestro imaginario y sobre todo, al final, en nuestras historias de vida afectivas. La idea era ser capaces de empoderarnos frente a esos discursos mediáticos del amor, que idealizan la idea de pareja monógama, heteronormativa etcétera, etcétera, y poder construir otro tipo de relaciones mucho más igualitarias, más comunitarias y sobre todo más respetuosas con la vida de las personas, ¿no? >> ¿Y nos puedes explicar un poco a qué conclusiones llegasteis respecto a la influencia de estos discursos mediáticos en vuestras historias de vida? >> Sí, mira, nos dimos cuenta de que sobre todo en la infancia y en la adolescencia lo que habíamos recibido era la idea de primero, que tenía que haber 2 roles en una relación, uno más >> tradicionalmente masculino y otro más tradicionalmente femenino, que en el caso de 2 mujeres, como era nuestro caso, nuestro deseo, pues una de ellas tendría un rol que asumir, esa parte y esa complementariedad que nos vendían desde esas producciones audiovisuales, por otra parte que el amor era >> único hacia una persona para toda la vida para siempre o si no, no era amor; que, además, como el amor lo puede todo, tienes que aguantarlo todo por amor y, bueno, cómo eso, al principio había hecho que buscaramos un ideal de pareja y sufríamos mucho >> para conseguirlo o para mantenerlo, ¿no? Y muchas veces desde una visión, también, donde asumíamos un rol u otro y donde se generaban relaciones también de poder y de desiguales, ¿no? Y la idea de la conclusión es que realmente you en nuestras vidas you habíamos cuestionado mucho esos discursos pero en el banquete, como un colectivo muy heterogéneo aún pudimos cuestionarlo más, reflexionarlo colectivamente y, justamente, empezar a construir otras visiones u otros imaginarios muchos más acordes con lo que queríamos, que son relaciones más igualitarias, basadas, evidentemente en redes y no tanto en una única persona, sin proyectar un ideal, sino intentando conocer en el camino de ese deseo de querer caminar juntas, de conocer auténticamente a otro ser humano, de mirarle a los ojos y ser capaz de tener la curiosidad de descubrirlo y no de querer que alguien sea lo que nosotros hemos proyectado, ¿no? Entonces un poco desde ahí hacemos esa crítica a esos mitos del amor romántico y nuestras propuestas alternativas, evidentemente, en Work In Progress siempre, es decir, siempre construyendo y reconstruyéndolas y siempre también siendo conscientes de que una cosa es como nuestra teoría o lo que queremos nosotras, la utopía de la que queremos caminar, y otra de nuestras prácticas, que al final, estos discursos, por mucho que los reflexionemos críticamente, están como metidos en nuestros genes y hay que recuestionárselos constantemente porque siempre se nos acaban colando cuando practicamos y cuando estamos en nuestras relaciones. >> Una pregunta que nos estaba en el. [RISAS] ¿Crees que el hecho de vivir un deseo socialmente no previsto es una oportunidad para cuestionar toda una serie de narrativas que circulan habitualmente? >> Sí, esta fue otra de las conclusiones a las que llegamos, al menos nosotras, siempre El banquete de Safo nunca querido como que las conclusiones fueran extrapolables a todas las mujeres >> con deseos lésbicos, simplemente allí, el grupo de mujeres que nos reunimos, que eramos 20, llegamos a unas conclusiones, que son las nuestras, con nuestras experiencias particulares de vida, ¿no? Dicho esto, nosotras sí que pensamos que en nosotras había sido una gran oportunidad también el descubrirnos desde la infancia, desde la adolescencia deseos fuera de la norma, de la heteronormatividad había sido una oportunidad muy buena para cuestionarnos qué era lo normal y si queríamos estar o no dentro de la caja de lo normal, no solamente en nuestros deseos sexuales sino también en nuestros estilos de vida, en nuestra manera de relacionarnos a un nivel global, con la comunidad, con la sociedad. Entonces, para nosotras sí que ha sido como revelador e interesante el ir caminando y transitando entre la frontera en el margen, en lo no definido y queriendo justamente dejar de estar en la normalización, sino estando en la transformación de la sociedad hacia otros modelos que nos parecen como vidas más vivibles y que producen más bienestar a las personas que el modelo social que nos propone el capitalismo heteronormativo y patriarca. >> Bueno, pues después >> de esta experiencia. Bueno y después de tu, dentro de tu trayectoria investigadora y vital, ¿por qué crees que es tan importante el acceso a representaciones que ejerzan como modelos, por ejemplo? >> Bueno, yo creo que es importante que haya, cuanto más diversidad en la representación, >> es mejor. Una representación o un modelo, al final, siempre deja excluyendo a todos los demás que no se acoplen a ese modelo y es una utopía el pensar que cualquier narrativa audiovisual va a representar a todo el mundo, porque esto es imposible, inviable. Ahora, cuanto más representaciones haya y cuanto más personas muy diferentes y diversas puedan participar en la producción de esas narrativas audiovisuales, pues mucho mejor, más inclusión de todas las voces. En este sentido, creo que lo más interesante es que aprendamos a ser nosotras capaces de transformar los discursos y construirlos nosotras, ¿no? Es decir, los discursos que nos propone el sistema mainstream, ¿no? Es uno y desde ahí van colándose pequeñas cosas pero nosotras también tenemos un potencial ahora, sobre todo con los nuevos lenguajes, con un abaratamiento también en los costes en tecnología, que nos permite construir otros discursos, jugar con ellos, reírnos de nosotras mismas también, a partir de esas representaciones y autorrepresentarnos. Autorrepresentarnos significará que hará construir un discurso y eso no significa que me encasille dentro de él, igual dentro de 10 años mi discurso es otro, ¿no? Porque también es un poco eso, ¿no? No caer en que ni la identidad es fija, esencial ni inmutable, ni una representación de ti misma va a ser, por tanto, fija, esencial o inmutable, sino que se va a ir transformando a lo largo de tu vida, tocada por todas las experiencias que vayas viviendo, ¿no? >> Y en relación a esta representación hegemónica, >> ¿cómo la describirías? >> Vale, la representación hegemónica actual, es verdad que en los últimos años ha habido mucho movimiento ¿no? La historia tradicional de la representación lésbica empezó por una invisibilidad total, pasó luego a la fase de o malas malísimas o locura absoluta o drama con un final siempre catastrófico, que era o alguien mata a alguien o alguien se mata a sí misma. A partir de ahí fueron incorporándose otras narrativas menos trágicas pero no por ello más representativas de todo el universo lésbico. Actualmente creo que, sobre todo, las representaciones en grandes medios, por una parte están las más afectadas, suelen ser representaciones de mujeres ultra femeninas, que no cuestionan la expresión de género en ningún momento y que, por tanto, no son como tan incómodas para el público heterosexual, con una expresión de género muy marcada de lo que es una mujer y un hombre y luego, aparte de ultra femeninas, tienen un deseo terrible de ser madres, es decir, parece que todas las lesbianas seamos ultra femeninas y además nuestro deseo sea emparejarnos en una pareja para toda la vida Y tener dos hijos y medio, ¿no? Estar en la norma, de acuerdo de lo que la sociedad plantea. Este es uno de los discursos más repetidos en la televisión y el otro es cuando aparece alguien que cuestiona el género, que tiene pues una expresión de género más masculina, lo que suele ser es un personaje mucho más rebuscado, amargado o mala de la película, ¿no? Entonces hay una criminalización hacia toda la expresión de género más masculino de cualquier personaje interpretado por una mujer, ¿no? Entonces bueno ahí también es como el sistema permite o va permitiendo la entrada de parejas del mismo sexo, pero con el coste de ajustarse a las reglas y normas sociales y sin cuestionar los binomios de género o el modelo de familia. >> O sea que podemos ser visibles siempre y que respetemos, digamos, una feminidad adecuada y normativa, ¿no? Este es, digamos, el precio que hay que pagar por existir, ¿no? En el ámbito de la visibilidad. >> Exacto, en el ámbito de la normalización. Y como una más del sistema aceptada por la comunidad heterosexual, ¿no? Bueno sobre todo por el poder hegemónico, que creo que hay que distinguir también a los ciudadanos y ciudadanas de a pie de lo que plantean los grandes medios y por tanto el discurso hegemónico. >> Vale, en el Banquete de Safo fue un grupo creado para o por lesbianas y bisexuales bajo estas etiquetas, ¿no? Entonces te quería hacer una pregunta en relación a las etiquetas. En principio con todo esto que estas planteando de la, digamos, de la erosión del binarismo de género y por tanto necesariamente de la erosión del binarismo de las categorías referentes de la orientación del deseo, ¿por qué necesitamos seguir hablando o seguir utilizando una etiqueta como lesbiana o como bisexual? >> Bien, el, bueno las etiquetas para nosotras las entendemos como estrategias políticas, ¿no? La etiqueta de lesbiana o de bisexual, para visibilizar algo que todavía cuenta con una exclusión estructural, ¿no? Y con una violencia cultural por tanto. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que nosotras no nos etiquetamos de algo esencialista, es decir no nos etiquetamos como lesbianas, porque consideremos que toda lesbiana tiene que cumplir estas características y además una nace lesbiana y siempre será lesbiana de esta manera. Y todas las lesbianas se entienden de la misma manera sus deseos, sus prácticas, no. Nuestra idea es que bueno que cada una entiende de sus deseos, sus prácticas y de su vida afectiva como quiere, la va reconstruyendo y tiene que ver con sus experiencias, ¿no? Y por tanto sus etiquetas se irán transformando, ¿no? Son transitables, son más un estar en que un ser, pero dicho esto tenemos que visibilizar prácticas y deseos que están penalizados, excluídos y que, bueno, al día de hoy todavía sufren mucha violencia cultural y estructural, ¿no? Entonces utilizamos las palabras para visibilizarlas, para poner de manifiesto al sistema que existimos, que estamos ahí, que se nos tiene que tener en cuenta también, que somos visibles, que nuestros deseos están como los demás y nuestras prácticas también, que caminamos por la calle, existimos, etcétera, ¿no? Entonces la única manera de poderlo hacer es visibilizando esas palabras, ¿no? Si dijeramos que el Banquete de Safo es un espacio de un grupo de personas que hablan de sexualidades, estaríamos invisibilizando que nuestra sexualidad ha sido una sexualidad fuera de la hetero normatividad y que esta además ha tenido unas características que sí que nos han unido, porque sí que es verdad que nosotras somos, bueno, desde que participamos diferentes y hemos tenido diferentes experiencias. Hay algo que nos ha atravesado a todas en nuestros cuerpos y es que vivimos en una sociedad hetero normativa y patriarcal, y esto como mujeres y como lesbianas y bisexuales es algo que como mínimo lo hemos atravesado y hemos sufrido y hemos transformado. Pero que ha tenido que ver con nuestra vida y nos lo hemos tenido que encontrar de frente. >> Bueno en la línea de lo que estábamos diciendo, el Banquete de Safo se plantea, decíamos, como un espacio lésbico bisexual, ¿no? Muchas personas consideran que la existencia de espacios gay lésbicos tienen que ver con o producen una guetización. ¿Qué les dirías a esas personas o cómo te planteas este tema? >> A ver. Cualquier minoría y minoría no digo en un sentido numérico, sino a que no tiene acceso al poder o a los discursos hegemónicos, tiene espacios donde encuentra confianza, se empodera y trabaja determinadas cuestiones que solo esas personas han vivido, porque les han tocado, ¿no? Entonces esto ha ocurrido en cualquier movimiento minoritario digo you no me repito en lo que denomino como minoritario, ¿no? Entonces sí que creo que es interesante tener espacios para empoderarnos, que nos unen mucho y que tienen que ver con esas experiencias compartidas. Que yo con mis amigas que no se han tenido que plantear, porque no se han planteado un deseo fuera de la normatividad, pues nos podemos querer mucho o apoyar mucho, pero hay cosas que no hemos compartido o vivido. Que hace que yo sí que me acerque a otras personas de otra manera y que para mí también es importante tener esos espacios, donde puedo compartir esas experiencias que tienen que ver con salidas del armario, con enfrentamientos a una sociedad que todavía no lo ve como algo común, poco cuestionable y que you está, sino que siempre genera un tipo de tensión. Entonces ese tipo de tensión que hemos todas vivido pues poderla compartir es como menos sanador y necesario, ¿no? Y luego claro si en cualquier lugar you no tuviéramos que etiquetarnos nunca ni nadie mirará o dejará de mirar de una determinada manera cualquier tipo de deseo y práctica pues no serían probablemente necesarios esos espacios. Esos espacios yo creo que son espacios que ojalá algún día dejen de existir. Significará que ha habido un paso más allá en lo que es la libertad de las personas de vivir la vida que quieran vivir, Y esto es como la utopía o el ideal. Estos son espacios de transito, no están hechos para quedarse, pero están de momento, porque lamentablemente la sociedad aún sigue etiquetando a las personas, clasificándolas y poniéndolas en lo que es normal o no y las personas que hemos vivido fuera de ese modelo pues nos tenemos que enfrentar constantemente a miradas, a tensiones por estar fuera de ese modelo, ¿no? Fuera you hemos dicho antes que también es un espacio muy interesante y muy agradable, y ahí es donde también nos gusta estar entre las fronteras. Pero para poder estar transitando entre las fronteras y sentirse completamente plena, una también tiene que tener una red, o sea unas personas necesitamos también tener un reconocimiento y un espacio de aceptación donde no se nos cuestione en absoluto. Y esa red es fundamental para poder ir luego por la vida, en la frontera, a gusto y tranquila. Pero desde la soledad del rechazo de la exclusión mayoritaria o del modelo hegemónico es complicado ir por la frontera cuestionando las cosas. Entonces estos dos espacios yo creo que lo que hacen es también darnos fuerza y sentirnos apoyadas, queridas y aceptadas plenamente en esa frontera, ¿no? Es esa red. >> ¿Cómo es la sociedad que trabajas por construir en realción al deseo al amor y la sexualidad y las categorías, las etiquetas a través de las cuales pensamos estas el amor, el deseo, el sexo a nosotros mismos, a nosotras mismas? [RISAS] >> Casi nada, ¿no? >> Igual vamos a hablar después, porque pero bueno, venga. >> Bueno, así para resumirlo y que el vídeo quede con un minutaje razonable. Bueno nosotras desde el Banquete cuestionamos qué tipo de relaciones queríamos, ¿no? Y están muy basadas en el respeto mutuo, la comunicación sincera, la igualdad o la equidad y una buena auto estima, es decir trabajarnos a nosotras mismas y empoderarnos y sentirnos bien con quiénes somos. Estar en nuestro centro para tener justamente relaciones igualitarias y luego también al mismo tiempo consideramos también que, bueno, que el modelo que nos ofrecen, este amor romántico también está muy vinculado a un modelo económico, que es el modelo que ofrece la sociedad capitalista, ¿no? Entonces con unos tiempos muy determinados que marcan la vida, es decir, primero nos la marcan de primero estudias, luego vas a la universidad, y luego tienes el trabajo, y luego te casa y tienes los hijos. Produce, produce, produce y vive en unidades muy pequeñitas para soportar un poco ese aislamiento, pero al mismo tiempo para no enredarte mucho en la comunidad. No sea cosa que te plantees que qué haces con este modelo de trabajo que es tan poco sostenible para la vida. Entonces para nosotras es un poco como también cuestionar ese estilo de vida, esa economía que es una economía no hecha para las personas y esos modelos de relación que tampoco están muy hechos para las personas. Que solemos tener como una capacidad de afectividad mucho más grande que la pareja monogama. Y que es mucho más saludable también si estamos enredadas en redes que de verdad nos creemos y que nos dan mucho afecto y ese sentimiento de pertenencia, de respeto y reconocimiento, que probablemente justamente nos da la fuerza para decir, ¿qué vida es vivible? ¿Qué vida queremos vivir? Y podemos sostener, en estos tiempos desde luego no, porque para tener relaciones de verdad profundas con otros seres humanos es necesario tener tiempo para cuidarlas. Y en este sentido también el poner una cosa que es una cosa muy de la economía feminista que es poner los cuidados en el centro, ¿no? Si creemos que una vida vivible es una vida en donde nos cuidemos y donde gocemos y disfrutemos de esa compañía y de esas relaciones pues tendremos que poner los cuidados en el centro. Y para ponerlos significará que tendremos también que replantearnos nuestros ritmos de trabajo, los modelos productivos y cambiar un poco las prioridades, para dar espacio justamente a otros tiempos más sosegados, al poder, escuchar, estar ahí, cuidarse. Y transformar las cosas, también nuestra relación con el mundo y con la naturaleza. De otra forma diferente a la que la hasta el mismo frenético que lo que propone el sistema capitalista, que además es muy individualista y muy plano y muy poco, con muy poco tiempo para profundizar en conocerse y conocer a los otros y muy desde solamente el estereotipo o la primera facahada o la primera capa de cada una de nosotras, que parece que nos tuviéramos que vender constantemente, ¿no? Entonces bueno, hay también nuestro, hacia lo que nos gustaría caminar, es también a buscar muchos más espacios donde podamos repensar la vida y donde podamos cuidarnos y sentir que tenemos la autonomía para decidir la vida que queremos vivir, la libertad y el tiempo para ponerlo en práctica. Y la red de relaciones que a la final es lo que nos da goce de estar vivas, ¿no? >> Y bueno con este recordatorio del goce de vivir enredadas, es decir >> entre otras cosas en red, en comunidad, lo dejamos aquí. Muchísimas gracias Andrea por este tiempo y a vosotros por habernos escuchado. Nos vemos en el próximo vídeo, chao.