[MÚSICA] [MÚSICA] Vamos a seguir pensando sobre etiquetas, sobre categorías, nos vamos a centrar ahora en el funcionamiento de estas etiquetas. Proponiéndoos de entrada repasar o recoger algunos de los planteamientos de la teoría queer que you han ido apareciendo a lo largo de los vídeos anteriores y que en realidad lo que hacen, desde mi punto de vista, es invitarnos a repensar estas etiquetas, a actualizarlas, a deconstruirlas. Incidamos en algunos de estos planteamientos del pensamiento queer que han ido o que hemos ido viendo, ¿no? En primer lugar, la idea de que esas categorías que se actualmente se consideran naturales, hombre mujer, homosexual heterosexual, son en realidad productos históricos, productos normativos, ¿no? De este modo, como you hemos ido incidiendo en ello, pasamos de considerarlas del ámbito o pertenecientes al ámbito del ser, es decir como atributos del ser para considerarlas posiciones sujeto producto de unos entramados normativos y de una serie de procesos de incorporación de estos discursos normativos y de puesta en escena de acción, ¿no? De estos entramados, ¿no? Y por lo tanto también de cierta posibilidad en esta repetición o esta citación de la norma también en cierto modo de subvertirla, you lo veremos en el próximo vídeo un poquito. Por otro lado veíamos que el principal mecanismo de legitimación cultural de las categorías identitarias es la naturalización, ¿no? Que implica suponer que hay un, que la identidad en relación al deseo tiene un origen presocial, prediscursivo, esencial o biológico, ¿no? Frente a este mecanismo que forma parte o que es uno de los mecanismos de lo que veíamos en el vídeo anterior o lo que llamábamos en el vídeo anterior, heterosexismo cultural, ¿no? O uno de los mecanismos de la heterosexualidad obligatoria, lo que plantea la teoría queer es que el sexo siempre ha sido género. Que en otras palabras, el binomio natural cultural es cultural, es decir nuestra noción de sexo biológica, esencia o naturaleza en relación al deseo es siempre una interpretación cultural. No hay manera de pensar la naturaleza si no es desde la cultura y por lo tanto esta división entre lo que es natural y lo que es cultural you es en sí misma un producto cultural. De esta manera, podríamos plantear 3 propuestas. En primer lugar un cambio de perspectiva en el que you hemos incidido de la naturaleza a la puesta en evidencia de los procesos de naturalización. En segundo lugar el rechazo consecuentemente de la perspectiva esencialista, entendiendo la identidad como un proceso de incorporación y de negociación con las normas culturales. Y en tercer lugar la historización o la desconstrucción de algunos de los presupuestos culturales que rigen nuestra manera de entender, leer, interpretar las categorías en relación al deseo. Como son por ejemplo el binarismo de género y la obligatoriedad de la correspondencia sexo género, que you veíamos en otras unidades. Los fundamentos de la heterosexualidad obligatoria y del heterosexismo cultural que veíamos en vídeos anteriores. La evidenciación de la codependencia entre las categorías de género hombre mujer y las categorías asociadas a la orientación del deseo homosexual heterosexual, es decir no podemos pensar la orientación del deseo en términos binarios homosexual heterosexual si no pensamos el género también desde un punto de vista binario, ¿no? No tiene sentido hablar de la orientación del deseo hacia el otro género si no están bien establecidos, o hacia el mismo género perdón, si no están establecidos de una manera estable las categorías de género. Y en último lugar la relación entre orientación del deseo e identidad de la que you hemos hablado, frente a la posibilidad por ejemplo de interpretar las categorías en relación a la orientación del deseo como fruto de unas prácticas, de unas experiencias y no de una identidad, ¿no? Y por lo tanto este planteamiento las analizaría o las pensaría desde un punto de vista muchísimo más fluido. Estos planteamientos nos llevan a hacernos algunas preguntas importantes, si no consideramos you la naturaleza, la biología o la esencia como los fundamentos del género y de la orientación sexual, podemos preguntarnos por ejemplo si es posible prescindir de las categorías en relación al género y al deseo, si este es un horizonte deseable o un horizonte posible, ¿no? Podemos preguntarnos también en la misma línea si el mundo al que apunta esta propuesta es un mundo sin géneros, y por lo tanto también como decíamos sin etiquetas referidas a la orientación sexual. Dejo estas preguntas al aire pero sí me gustaría recoger lo que you planteaba Andrea Francisco Amat en la entrevista anterior, y es que estas etiquetas a pesar de que teóricamente podamos ponerlas en duda, problematizarlas, son espacios a veces necesarios para poder hacer una reivindicación para proponer una visibilización sin la cual muchas personas volverían a situarse en el terreno del silencio, de la invisibilidad, y de la ininteligibilidad cultural de la que vamos a hablar también en el vídeo siguiente. En este sentido me gustaría recoger esta cita de Diana Fuss del artículo Dentro Fuera que tenéis asociado a este vídeo, y que nos habla de la importancia del lenguaje, un lenguaje que no solo nos limita sino que como vamos a ver también, también nos habilita como sujetos, nos da precisamente por ejemplo entre otras cosas, unos lugares de enunciación, unos lugares de los que hablar, desde los que pensar y desde los que reivindicar también, ¿no? La cita dice, el sueño tanto de un lenguaje común o de ningún lenguaje en absoluto, es justamente eso, un sueño. Pero usando estas debatidas palabras, y con estas debatidas palabras se refiere a homosexual heterosexual, dentro fuera, que es digamos la matriz según la cual ella piensa estas lógicas de inclusión y de exclusión que establecen estas categorías, pero sigo, usando estas debatidas palabras, es posible agotarlas, debilitarlas, transformarlas en conceptos históricos que es lo que son y han sido siempre. De esta manera más que una supresión de las categorías, más que la idea de prescindir de ellas, lo que se nos propone desde el artículo de Diana Fuss y desde buena parte de la teoría queer, es un trabajo de deconstrucción, de historización, de replanteamiento, de estas etiquetas, de estas palabras, de estas categorías y de su funcionamiento dentro del marco social. De esta manera lo que se nos está proponiendo es en palabras de Diana Fuss es un análisis interminable que pasa por diferentes puntos. En primer lugar por esta desfocalización de las categorías marcadas del que you hemos hablado, ¿no? De tal manera que el objetivo deja de ser esos sujetos que encarnan estas categorías el objetivo de análisis me refiero, para pasar a ser el marco en el que funcionan estas categorías, el análisis de como devienen marcadas o no marcadas, neutras o marcadas estas categorías, en primer lugar esto. En segundo lugar pasamos de la pregunta sobre cómo somos representados a la pregunta sobre la representación, es decir cómo se adquiere la visibilidad y la inteligibilidad cultural y la legitimidad cultural también, y de qué modo se producen posiciones inteligibles, qué precio tienen esta inclusión de las categorías o de estas posiciones dentro de un marco, de lo que Foucault llama un régimen de visibilidad, etcétera, etcétera. Lo hemos ido viendo y sobre todo podéis ahondar en ello en el artículo de Diana Fuss. Y finalmente el tercer punto sería el paso de la denostación de estas categorías opresivas, de esta idea de que podemos prescindir de ellas, de que podemos suprimirlas, ¿no? Al reconocimiento de nuestro vínculo con ellas, ¿no? Al reconocimiento de que atraviesan y conforman nuestra subjetividad, lo veremos sobre todo al final del siguiente vídeo. En relación a la segunda cuestión, es decir al funcionamiento de estas categorías, lo que nos propone Diana Fuss es pensarlas a partir de la metáfora de la espacialización, partiendo de la idea de que todas las categorías binarias funcionan según una lógica de límites, márgenes, fronteras y lindes, ¿no? Ella explica, y insisto que lo veremos con más detenimiento en el próximo vídeo, en el establecimiento de dos espacios, un espacio central, el espacio del adentro en el que se situaría el interior o que construiría el interior heterosexual, y que es el espacio de la legitimidad cultural, de la inteligibilidad, de la visibilidad, y el establecimiento de un afuera que sería donde se situaría la homosexualidad que es un espacio de invisibilidad y de no representación. Lo que nos viene a explicar Fuss a partir de esta metáfora de la espacialización, es que este dentro heterosexual depende de ese afuera homosexual, que precisamente ese afuera homosexual lo que hace es construir unos márgenes a partir de los cuales se pueda afianzar la pureza y la legitimidad del interior heterosexual. De esta manera se subraya la codependencia de ambas categorías homosexual heterosexual, dentro y fuera, en tanto que ese afuera, esa homosexualidad constituye el margen que limita y que posibilita la existencia de ese interior legitimado. Este funcionamiento a margen interior dentro fuera puede verse claramente en etiquetas como sexualidades fuera de la heteronormatividad o sexualidades no normativas. Fijémonos en lo que subraya este, ¿no? De la etiqueta no normativa, en primer lugar como you decíamos subraya la codependencia de las categorías en los sentidos, ¿no? En primer lugar señala su dependencia de la norma, es decir la dependencia de estas sexualidades no normativas de esta norma, ¿no? Porque toda transgresión de la norma, evidentemente la presupone y la requiere, ¿no? En segundo lugar señala precisamente todo lo contrario, es decir la dependencia de la norma, el no traza la frontera gracias a la cual se genera y se sostiene lo normativo, si en la transgresión tampoco se puede establecer la norma y el centro. Fijaros en la cita de Diana Fuss en la que nos explica esto claramente, dice, lo homo en relación con lo hetero, de la misma forma que lo femenino en relación con lo masculino, opera como una exclusión interior indispensable, un afuera que está dentro de la interioridad haciendo posible la articulación de esta última, una transgresión de la frontera necesaria para construir la frontera como tal. En segundo lugar esta etiqueta no normativa nos alerta también sobre el alcance nada subestimable de la normatividad, podemos plantearnos dos cosas, en primer lugar si al definirse por su distancia de la norma, si al definirse estas etiquetas, estas categorías por su distancia de la norma, no están tan atravesadas por la norma como aquellas sexualidades que se sitúan en el interior de ese espacio cultural que estábamos dibujando, ¿no? Por lo tanto según ese punto de vista no existiría ese afuera de la heteronormatividad, porque este afuera también estaría de algún modo atravesado por esta normatividad, aunque fuera a través de la subversión y de la transgresión o del intento de subversión y de transgresión. En segundo lugar, nos podemos plantear si en el momento en que puede hablarse de ellas, en el que puede hablarse de estas categorías, no están you en el adentro, entendiendo este adentro como un régimen de visibilidad, al que you me referí anteriormente, ¿no? Por lo tanto de algún modo tenemos un exterior absolutamente irrepresentable que es el espacio del silencio, ¿no? Lo absolutamente afuera, ¿no? Pero en el momento en que entramos de alguna manera dentro de la representación, dentro de la visibilidad, en el momento en que podemos hablar y usar estas etiquetas, you nos situamos de alguna manera en los márgenes del interior, ¿no? Por lo tanto you de alguna manera estas representaciones, estas visibilizaciones y estas etiquetas you están atravesadas también por esta normativa. En este sentido, es muy interesante la siguiente cita de Diana Fuss que en realidad podríamos aplicar a todo lo que hemos visto anteriormente sobre la visibilidad normativa. Voy a leerla, dice, estar fuera to be out, en el habla gay común es precisamente no estar más fuera, salir fuera es estar por fin fuera de la exterioridad y de todas las exclusiones y las privaciones que la condición de desplazamiento impone. Evidentemente con este fuera se refiere a salir del armario, ¿no? O dicho de otro modo, estar fuera es realmente estar dentro, dentro del reino de lo visible, lo decible, lo culturalmente inteligible. Pero las cosas, dice Fuss, no están tan claras todavía you que salir fuera tanto puede contribuir a situar a uno a una adentro como a lanzarlo fuera del interior. Es decir, situarlo en estos márgenes siempre marcados del interior. Seguiremos pensando sobre ello en el siguiente vídeo pero os invito a que antes leáis detenidamente el artículo de Fuss que es realmente interesante. Antes sin embargo, no quiero dejar de hacer unas brevísimas reflexiones sobre el hecho de que este funcionamiento binario de las categorías, tanto del género como de la orientación del deseo, requiere de alguna manera de unas patrullas de vigilancia de sus fronteras, unas patrullas de vigilancia que no solo encontramos a través de dispositivos, y de tecnologías, dentro del marco social o de ese adentro, ¿no? Es decir, dentro de las categorías hegemónicas, sino también dentro de ese supuesto afuera o de esas categorías que se sitúan en el margen. Tenéis asociadas a este vídeo, 2 lecturas optativas, en primer lugar una lectura de un texto de Beatriz Preciado sobre los retretes, sobre cómo los retretes son dispositivos de vigilancia del género. En segundo lugar tenéis un artículo de Meri Torres sobre crítica lesbiana en el que encontraréis un ejemplo que también nos va a ayudar a reflexionar sobre esta cuestión. El texto de Beatriz Preciado, Basura y género, mear cagar, masculino y femenino, nos propone un ejemplo de la vigilancia del binarismo de género desde dispositivos sociales que se sitúan en el interior de este marco del que estábamos hablando, ¿no? Como os decía, nos habla de los retretes públicos como cabinas de vigilancia del género. Os dejo aquí 2 citas, pero podéis leer el artículo entero que tenéis disponible en la plataforma. El artículo de Meri recoge este diálogo de la película Go Fish que nos permite reflexionar sobre cómo estas categorías supuestamente fuera, supuestamente al margen también están regidas o también las alcanza esa normatividad según la cual las categorías son estables, son puras y se vinculan con la identidad. Fijaros, por ejemplo en el inicio podéis leer el diálogo entero, pero fijaros en el inicio en el que de este diálogo, en el que tenemos un tribunal formado por distintas amigas lesbianas que se dedican a juzgar a una compañera que ha tenido una relación sexual con un hombre, ¿no? Fijaros en el inicio, ¿qué estabas haciendo? ¡Me da asco! ¿Te da asco o te da miedo? No te hagas llamar algo que no eres. Si te refieres a que no me haga llamar lesbiana, es lo que soy. Mi definición de lesbiana no incluye a los hombres. ¿Cómo vamos a establecer una identidad si las lesbianas lo hacen con tíos? Esta pregunta señala hacia la supuesta necesidad de establecer siempre los límites claros para las etiquetas, unos límites claros que en realidad muchas veces no se corresponden, ¿no? Con las experiencias y las prácticas y los deseos de las personas. Como os decía podeis leer el diálogo entero, pero lo que me interesa ahora es que saquemos alguna conclusión al respecto. Y la conclusión a la que quiero llegar es precisamente una vez más, que la inclusión en el interior implica en parte la asunción o como mínimo el diálogo con el régimen normativo que atraviesa ese interior, ¿no? Veíamos en los distintos vídeos que esto implicaba la asunción de esta naturalización o esencialización respecto al género y al deseo, ¿no? La asunción de la relación entre categoría e identidad que veíamos también al inicio de este diálogo, de la película Go Fish, la concepción binaria de las categorías y la consideración de las categorías como estables, puras, inmodificables, etcétera, etcétera. Frente a ello me interesa mucho la siguiente cita del artículo de Meri Torras que teneis disponible, porque nos propone frente a esa supuesta supresión de las categorías que de alguna manera puede o corremos el peligro con esta supresión de quedarnos en un lugar desde el que reivindicar y desde un lugar que sin, desde el que enunciar y enunciarnos a nosotros mismos, ¿no? Frente a esta supresión propone en la línea de Fuss, esta erosión de las categorías, esta deconstrucción de las categorías, ¿no? Trabaja la cita sobre la etiqueta lesbiana. Vamos a leerla, dice, ¿quién es lesbiana, qué significa ser lesbiana? ¿Qué es una lesbiana? Intentemos pues, responder a la pregunta del millón. ¿Una mujer que quiere a otra mujer, una mujer que ama a otra mujer, una mujer que desea a otra mujer? ¿Es suficiente que esto ocurra a lo largo de su vida solamente con una mujer o tiene que ser más de una mujer para que se la considere lesbiana? ¿Cuántas, 1, 2, 3, por aquello de que a la tercera va la vencida? ¿Es suficiente con que las quiera ame desee o es necesaria que mantenga con ella una relación sexual genital para convertirse, revelarse, descubrirse o simplemente poderse considerar una lesbiana? De nuevo, ¿cuántas relaciones sexuales genitales debe mantener, 1, 2, 3? Una lesbiana, ¿puede querer, amar, desear y /o mantener relaciones sexuales con un hombre, persona que vive en un cuerpo sexuado masculino? Y si lo hace, ¿deja de ser una lesbiana o al menos una lesbiana auténtica? Con esta pregunta del millón, que más que tratar de responder lo que nos invita es a no dejar de pensar, os dejo hasta el siguiente vídeo. Muchas gracias. [AUDIO EN BLANCO]