[MUSIC] Vamos a seguir con la segunda parte de la guía de lectura sobre el artículo de Adrienne Rich, "Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana". "Pero, incluso, la llamada pornografía suave y la publicidad. Incluye el mensaje que la sumisión obligada y el uso de la crueldad, si se producen dentro de la pareja heterosexual, son sexualmente normales. Mientras que la sensualidad entre mujeres, incluido el respeto y la reciprocidad erótica, son raras, enfermiza. Y o realmente pornográficas o no muy excitantes comparadas con la sexualidad del látigo y de la humillación. Me parece un apunte muy interesante, esta cuestión, sobre todo porque es algo que está en plena vigencia todavía. Si nos fijamos en todo el aparato de textos que buscan relacionar lo pornográfico en lo erótico. Es verdad que existe la permisividad de cierta violencia sobre un cuerpo femenino, por el simple hecho de ser femenino. En ese juego de poder, donde el cuerpo femenino asume esa violencia llegada desde el hombre. Sin embargo, cuando aparecen dos cuerpos femeninos, insisto, como lo dice Rich, sensualidad entre mujeres incluido el respeto y la reciprocidad. Esto está cargado automáticamente de cierto mensaje perverso, dañino, como algo que debe excluirse, que no debe tenerse en cuenta o que ese no es un reflejo que sea ejemplificante. Que frente a la violencia o cierta permisividad en una violencia pornográfica heterosexual, aparece algo denostado en la representación lesbiana desde el respeto y la reciprocidad. A lo largo del artículo, Rich menciona o se centra en cuatro publicaciones, y sobre ellas va ahondando en la cuestión de la heterosexualidad obligatoria y la existencia lesbiana. Una de las citas en las que se para, es del libro de MacKinnon. Entre ellas, he destacado un par de citas que destaca Rich a su vez: "La mujer que resiste demasiado decididamente las insinuaciones sexuales en el lugar de trabajo es acusada de seca y asexuada, o de lesbiana". Cito la segunda: "Una lesbiana, parapetada en su lugar de trabajo a causa de los prejuicios heterosexistas, se ve obligada a algo más que a negar la verdad de sus relaciones externas o su vida privada. Su puesto de trabajo depende de que finja ser, no simplemente heterosexual, sino una mujer heterosexual en términos de atuendo y del rol femenino y de gerente exigida a las verdaderas mujeres". Volvemos a una cuestión donde paradójicamente pueden haber pasado 35 años y sigue igual de vigente o más. Estamos muy acostumbrados a que una mujer que tiene éxito en el mundo laboral, acaba siendo criticada de alguna manera. Si no se sabe nada de su vida privada, no por ninguna cuestión, sino porque sea una persona que su intimidad no la explica en su ámbito laboral. Es verdad que eso acaba viéndose mal, y una de las maneras de criticar eso es tacharla o insinuar una posible relación lesbiana, o una posible identidad lesbiana, como algo que denosta al individuo mujer, que en el caso de ser hombre, no sucedería. Directamente se le asume, probablemente, una familia heterosexual. Sí, también. Pero es verdad, que en el discurso laboral, el éxito femenino pasa, muchas de las veces, por una crítica constante. Las mujeres con éxito no deben tener vida. Porque de tener vida, y se entiende por vida, vida doméstica y familiar; no podrían ser capaces de tener ese éxito. Porque deberían atender a su vida familiar. El hecho de que tengan éxito, y que por lo tanto se les presuma cierto descuido en lo que se ha considerado tradicionalmente, su ámbito doméstico de responsabilidad. Acaba sufriendo justamente una crítica, no sólo de sus compañeros, también de sus compañeras. Lo problemático de estos, a parte evidentemente de la crítica en si, es que uno de los argumentos para ser criticado, es presuponerle una sexualidad lesbiana. Las mujeres han sido educadas tanto por la literatura romántica como por la pornografía, a autopercibirse como presa sexual. Retomo la idea you mencionada de Virginia Woolf, y retomo la idea de la pornografía. Todo el discurso sexual y romántico de la relación de una mujer con un hombre, nos ha llegado a través de textos que fomentan una heterosexualidad incuestionable. Donde la mujer ocupa, y así se le exige, y así se espera de ellas, un papel sumiso. Y en ese papel sumiso la mujer ha asumido tradicionalmente, de una manera cultural, el ser y sentirse, y saberse representar una presa sexual. Una ideología del amor romántico heterosexual, que se han hecho brillar desde la infancia, los cuentos de hadas, la televisión, el cine, la publicidad, las canciones populares, los cortejos nupciales es una herramienta. Evidentemente, destaco esta cita porque permite ahondar en la cuestión de los estudios culturales como un ámbito que atiende precisamente estas cuestiones. Todos los discursos culturales y sociales están reforzando ese sistema heterocentrista del que justamente Rich, está dando cuenta. Claro, desde la infancia, los cuentos de hadas, todos los cuentos a los que estamos acostumbrados. Esa cultura popular que, además, suele pasarse por una vía femenina, normalmente son las abuelas, las madres, las que han ido explicando todas estas historias. Lo que están haciendo son construcciones que están fomentando el mismo rol, y que desde la infancia los estamos asumiendo. Sólo hay que pensar y hacer una revisión, todas las películas Disney. De alguna manera, todo hay un final, primero de matrimonio y, sobre todo, de una heterosexualidad como justamente la no existencia de otra cosa, y no creo que sea tanto porque no se sepa que existe evidentemente. Sino por esa voluntad de invisibilizar lo que queda del otro lado de la norma, de lo que es una subversión que debería estar invisibilizada. O que al menos, debería pasar a no en un segundo, sino en un tercer o cuarto plano. Y sigo: "La interacción con mujeres es vista como una forma inferior de relación a todos los niveles". Es verdad que, dos hombres que mantienen una relación de amistad, se les sugiere cierta camaradería. Mientras que la relación de mujeres, acaba siendo vista siempre algo entre visillos, por decirlo así. Como algo muy doméstico, y muy de hablar de sus cosas, ¿no? Esta idea absurda de que las mujeres tienen que ir juntas al baño y los hombres van solos. Es un típico tópico extendido pero que, de alguna manera, funciona con esta cita. Esa relación de mujeres queda a otro nivel de relación, no es una relación seria, no es una relación productiva. Ni tan siquiera se puede ver cómo una relación estable, de amistad, entre dos individuos que son mujeres. Sin embargo, si las pensamos desde dos individuos hombres, probablemente las connotaciones y las denotaciones que sugieren, son una cuestión mucha más fructífera. Al menos entre los individuos que participan en esa relación. La última de las citas. "El supuesto de que la mayoría de las mujeres son heterosexuales por naturaleza, es un muro teórico y político que bloquea el feminismo. Sigue siendo un supuesto sostenible en parte, porque la existencia lesbiana ha sido borrada de la historia o catalogada como enfermedad. En parte, porque ha sido tratada como excepcional y no como intrínseca. En parte, porque reconocer que para las mujeres la heterosexualidad puede no ser en absoluto una preferencia. Sino algo que ha tenido que ser impuesto, gestionado, organizado, propagado y mantenido a la fuerza. Es un paso inmenso a dar si una se considera libre e innatamente heterosexual". Evidentemente si históricamente, las mujeres han sido un producto de transacción, su posibilidad de elegir algo que se escape de esto es infinitamente lejana. Las mujeres que históricamente eran el equivalente a un adote, para ese futuro marido, o eran el equivalente a que la familia de la mujer pudiera extraer un beneficio de esa boda. Era una cuestión de categoría, y no permitía de ninguna de las maneras, e invalidaba de todas las maneras posibles, la posibilidad de que la mujer fuera capaz de expresar un deseo. Y a veces you no es tanto la expresión de un deseo, sino saber que existe la posibilidad de otras cosas. La mayoría de nosotros y nosotras, hemos crecido con la idea de que, al ser mayores, nuestro deseo va pasar por una persona del sexo opuesto. Y a partir de ahí, vamos a crear todo un sistema familiar del que probablemente, la mayoría procedemos, y si no, es el camino que se nos marca. Hoy, que tenemos más opciones, que tenemos más libertades, de alguna manera sigue siendo inmensamente difícil para un gran número de mujeres y de hombres que no sienten el deseo heterosexual, poder expresarlo. No tanto, a veces, a un nivel social, sino a un nivel de comunidad. Sus relaciones sociales no pasan por entender que se desvíe de la norma. Y en tanto que todo lo que no queda del lado de la heteronormatividad se entiende como un desvío de la norma. Todo es denostado, todo merece ser no solo señalado sino criticado y cualquiera se cree en el derecho, como un deber, de señalar que eso no es lo correcto. Claro, llegamos a la conclusión de que la heterosexualidad de alguna manera no es algo que uno acabe como decidiendo. Sino es una cuestión que a menos que decidas pensar otras posibilidades, ante la no sensación de necesitar otra cosa, lo inherente es la heterosexualidad. Pero evidentemente, es un sistema político que de alguna manera dociliza a los sujetos. Porque es ese estamento el que que erige como el normativo, el socialmente adecuado. Y el que, justamente, sirve de andamiaje para otros discursos, que están sujetos también, en esa heteronormatividad, ¿no? El sujeto del poder masculino frente al femenino está sujeto también en este andamiaje. Y el rol femenino respecto del masculino igualmente, ¿no? Se acoge en esa imbrincación de aspectos que funcionan simplemente porque políticamente, históricamente, socialmente, ideológicamente, como uno más, porque permitía evidentemente al poderoso seguir siendo poderoso. E ir asumiendo cierto ámbito de poder. Esta bien recoger, creo que es acertado recoger un artículo como el de Rich. No tanto porque nos vaya a descubrir quizás aspectos, conceptos hoy en día que nos puedan sonar novedosos. Sino porque sí me parece que permite un alto en el camino de reflexión, sobre cosas que, insisto, a veces, pasan desapercibidas por normalizadas. Y justamente esa normalidad, las hace transparente que no invisibles. Pero esa transparencia, esa heterosexualidad, esa hegemonía, lo que hace es invisibilizar discursos que son los que sustentan a otros individuos que no se sienten forzosamente parte del grupo fuerte, hegemónico, popular, ¿no? Y la posibilidad de defender eso y de sustentarlo con un aparato teórico tan fuerte como puede ser el feminismo. Haciendo que el feminismo recoja esa diversidad de mujeres que existe. Me parece que es una muy buena herramienta de poder, para poder pensar, y en la medida de lo posible, reflexionar a propósito de en que situaciones culturales y sociales nos encontramos. Y nada más, hasta aquí nuestra guía de lectura.