Hola, mi nombre es Marco Aurelio Tapia Maltos y soy médico egresado de la UNAM. Les doy la bienvenida a esta sesión, en la que les daré algunas estrategias prácticas para dar una buena conferencia. Desde que somos estudiantes de medicina, cuando somos internos, ahora que son residentes y aún ya siendo médicos especialistas, es muy probable que se les pida dar presentaciones sobre múltiples temas, ya sea en una clase, en sesiones del hospital, en congresos o inclusive ante el público en general. Sin embargo, en ningún punto de la carrera se nos enseña de forma sistemática cómo dar una conferencia. Esta omisión en nuestra formación trae como resultado que, al momento de asistir a conferencias, muchas veces no nos queda un aprendizaje significativo de lo que estamos escuchando y viendo. ¿Qué objeto tiene asistir a una conferencia si no vamos a salir de ella con un mejor entendimiento de un tema? ¿Qué objeto tiene pararnos y hablar ante un público, si no logramos transmitir lo que sabemos? Precisamente, para evitar que el hecho de dar una conferencia sea una pérdida de tiempo para todos los presentes, es necesario aprender a exponer nuestras ideas de una forma amena e interesante. Los objetivos de este vídeo son dos. El primero es que aprendan sobre los aspectos de la organización y presentación de una conferencia que les permitan transmitir de forma eficaz la información sobre un tema. El segundo, es que conozcan técnicas efectivas sobre el diseño gráfico de su presentación. Para dar una conferencia de forma efectiva, es necesario que desde la preparación de nuestra presentación, prestemos atención a la forma en la que vamos a organizarla y a la manera en la que vamos a presentar. Es importante tener siempre en mente cuáles son los objetivos de la conferencia. Conocer cómo se ubica nuestra presentación en el temario de un curso o en un simposio puede ayudarnos. Hablar con el organizador del curso o aún mejor, con miembros de nuestra audiencia antes de preparar nuestra conferencia, nos puede ayudar a definir mejor qué es lo que esperan aprender durante nuestra presentación. Es importante que nuestra conferencia tenga una organización clara y coherente con una narrativa fácil de seguir. Al principio podemos capturar la atención de la audiencia con un caso clínico o con una pregunta. Además, podemos despertar la curiosidad de la audiencia señalando qué es lo que puede que no conozcan del tema y por qué es importante aprender lo que vamos a exponer. Incluir una diapositiva sobre lo que abordaremos durante nuestra conferencia ayuda a que sepan qué esperar. Regresar a esta diapositiva, cuando cambiamos de un subtema a otro, ayuda a la audiencia a contextualizar lo que acabamos de presentar. Una forma sencilla de organizarla es presentar qué es lo que se va a enseñar, enseñarlo y después señalar qué es lo que se enseñó. Es importante decir que si no hacemos nuestra presentación a la medida de nuestra audiencia, nos arriesgamos a perder la atención de gran parte de ella. Si vamos a hablar sobre diabetes mellitus, no será lo mismo si estamos presentando ante estudiantes de pregrado internos, otros residentes o especialistas. Si presentamos ante estudiantes de pregrado, querrán saber sobre las generalidades del diagnóstico y del tratamiento. Si presentamos ante internos ahondar un poco más en el diagnóstico y tratamiento de las complicaciones que podemos observar con más frecuencia en urgencias y en el hospital, será percibido como conocimiento de mucha utilidad. Si presentamos ante residentes, debemos de dar conocimiento mucho más especializado, útil para su práctica diaria, pero también para evaluaciones y para la certificación ante los concejos. Por último, si estamos presentando ante especialistas, querrán conocer los últimos trabajos publicados al respecto y cómo pueden ellos influir en su práctica clínica diaria. Es muy fácil intentar utilizar presentaciones que hemos dado previamente para dar una conferencia que se nos ha solicitado. Hacer esto tiene el riesgo de que la presentación no sea del agrado del público. Aunque comúnmente esto no es respetado, es profesional y responsable ajustarse al tiempo que nos han dado para nuestra conferencia. Comúnmente, se aconseja que nos tardemos un minuto por diapositiva, pero en la realidad esto varía dependiendo de la complejidad de la diapositiva y del estilo del ponente. Al momento de estar haciendo una presentación, comúnmente pensamos que entre más información incluyamos, será mejor. Sin embargo, la atención y la capacidad de retener información son limitadas durante una conferencia. Así que es mucho mejor cubrir menos información, pero que ésta quede claro. La única forma de estar seguros que nuestra conferencia se ajusta al tiempo, es practicarla. Hay que evitar al momento de estar presentando, conductas que alejan a nuestra audiencia, como voltearse y leer textualmente nuestras diapositivas. Tampoco es aconsejable utilizar el puntero láser para ir leyendo palabra por palabra lo que está en nuestra presentación. La única forma de evitarlo es estar familiarizado con nuestro material y esto se obtiene mediante la práctica. Si nuestra presentación tiene distintos subtemas, es aconsejable incluir diapositivas de transición para permitir a la audiencia procesar nueva información. En esta diapositiva, se puede incluir el esquema general de la conferencia o alguna forma visual de representar el conocimiento que ya se alcanzó con la información expuesta previamente. La presentación no debe de terminar de forma abrupta después de la última diapositiva. En lugar de esto, podríamos dar a manera de conclusión un resumen de los puntos más importantes de nuestra presentación.